NBAEstás viendo//Análisis: El efecto Golden State Warriors: ¿Es momento de cambiar el límite salarial de la NBA?
Análisis: El efecto Golden State Warriors: ¿Es momento de cambiar el límite salarial de la NBA?

Análisis: El efecto Golden State Warriors: ¿Es momento de cambiar el límite salarial de la NBA?

La NBA, como cualquier organización o empresa global, tiene mejores y peores momentos en su historia. En el presente, la liga vive un boom absoluto con la globalización y la era de las redes sociales, y lo ha aprovechado como muy pocas ligas en el planeta. Pero en los últimos años se está encontrando un nuevo problema: el sistema salarial, que se creó en los ochenta, puede que haya quedado caduco. ¿Toca ajustarlo?

Intentar escribir este artículo sin que se sienta un ataque a los Golden State Warriors es complicado, pero realmente no lo es. Es contra la NBA. Ellos son simplemente la prueba de que se necesita un cambio. Porque el funcionamiento salarial de Golden State (y muchos otros) va a acabar rompiendo la liga, y si la NBA quiere volver a encontrar un sistema equitativo y competitivo, es momento de plantear un posible cambio de paradigma a nivel financiero en la competición.

Con las renovaciones de Jordan Poole y Andrew Wiggins, ambas empezando el próximo verano, y los contratos de Steph Curry, Klay Thompson y Draymond Green (que tiene player option), los Warriors ya tienen casi 180 millones garantizados para el 2024. En solo cinco jugadores, los mencionados. Al mismo tiempo, se espera que el límite salarial para la próxima campaña sea de 162 millones: Golden State ya lo supera por 56 millones contando todos sus contratos garantizados.

Los Warriors tendrán que cerrar la plantilla sabiendo que cualquier jugador que añadan automáticamente implicará una sanción en el impuesto de lujo. Como los Warriors están los Nuggets con 150 millones invertidos en su quinteto titular, los Clippers (126.2 millones en sus cuatro jugadores más caros a la espera de renovar a Reggie Jackson), o incluso Milwaukee, que tiene 122 millones garantizados a sus tres mejores jugadores. Pero nadie al nivel de Golden State, ni por asomo.

Y lo peor es que los Warriors lo vienen haciendo casi cada temporada. Desde 2017, cuando Kevin Durant firma por Golden State, solo en 2019 la franquicia se queda por debajo del impuesto de lujo. Cinco de las seis ocasiones (seis de siete si contamos 2024), el equipo de Joe Lacob ha pagado la multa, más que ninguna otra franquicia y acumulando un total de 543.2 millones en sanciones. La diferencia con el segundo, los Brooklyn Nets, son casi 250 millones de dólares.

La opción de un hard cap

Los límites salariales en el deporte americano se diferencian en dos tipos, duro y blando. Los blandos, como es el caso de la NBA, permiten que se supere el límite usando una serie de excepciones que favorecen a las franquicias en determinadas circunstancias. El caso más habitual en la liga es renovar a jugadores que ya formaban parte de tu equipo usando los bird rights, excepciones para agentes libres como la mid-level u otras destinadas para veteranos adoptadas por la propia NBA.

En el caso de la NHL o la NFL, el límite salarial es duro: no se puede superar sea la situación que sea. No hay excepciones, no hay casos especiales ni nada que valga. Hay una línea roja que la liga no permite superar. Y si comparamos ligas, NHL y NFL son las que más equipos distintos han conseguido meter en finales de conferencia (o similar) en los últimos 10 años: 21 cada uno. La NBA se queda en 18. Quizás ha llegado el momento de que la NBA decida si es buena idea un cambio de escenario por el bien de la competición.

En 2016 había dos equipos por encima del lujo: Clippers y Cavaliers. Al año siguiente, con la llegada de Durant a Golden State, los Warriors se sitúan como la segunda plantilla más cara y todavía no han salido del top-3. En la actualidad, el número de franquicias que pagan impuesto de lujo es de 10, cifra récord en la historia de la liga y otra prueba más de que el sistema está roto. Permitir que las franquicias se salten dicho límite con tanta facilidad anula su esencia: crear una liga equitativa.

En la historia de la NBA se han hecho cambios importantes cuando la situación lo exigía. Con Jordan se cambió el límite salarial y los contratos máximos, con Larry Bird la opción de renegociar con tus propios jugadores, quizá con Curry llega el momento de analizar el sistema del impuesto de lujo.

El caso de los Warriors invita a un sistema mixto

Comparar a Golden State con Clippers o Nets es injusto. Los Warriors han construido una de las mejores dinastías de la historia moderna de la NBA desde el draft y con años de trabajo mientras que el resto adquirieron a sus estrellas en la agencia o vía traspaso. No se debería castigar igual, aunque ambos estén en el mismo saco a la hora de pagar demasiado dinero en salarios NBA. Por eso hay que buscar un sistema mixto.

Steph Curry (pick 6), Klay Thompson (11), Draymond Green (35) o Jordan Poole (28) son piezas clave del último anillo de Golden State. Incluso Harrison Barnes (7) fue importante, y toca añadir al futuro de la franquicia: James Wiseman (2), Moses Moody (14) y Jonathan Kuminga (7). El porcentaje de acierto de Bob Myers, general manager de la franquicia, es mucho mayor al ejecutivo promedio de la liga.

En un sistema con un límite salarial duro, Golden State nunca podría haber adquirido a Kevin Durant en 2017 tras perder las finales o posteriormente haber conseguido a D’Angelo Russell, quien se traspasó por Wiggins a la larga. Pero peor aún, no habrían podido renovar a todas sus estrellas, a las que eligieron a dedo, trabajaron durante años y cuidaron hasta convertirse en lo que son hoy, más que probables hall of famers.

Es algo que ya ha pasado en la historia reciente. En 2012, a Oklahoma le tocó elegir entre Kevin Durant, Russell Westbrook, Serge Ibaka y James Harden. Solo había dinero para tres y uno tenía que salir porque los salarios iban a ser demasiado altos a la hora de renovarlos. Eligieron mal, Harden acabó en Houston y los Thunder nunca ganaron el anillo, pero sirve como ejemplo del funcionamiento del límite salarial: repartir el talento.

La opción más lógica es que los únicos contratos que pueden superar el límite salarial son los de renovación de tus jugadores drafteados (y hasta cierto punto). Hay que beneficiar a los que eligen bien, como son los Warriors o Toronto, Boston, Cleveland y Phoenix, pero al mismo tiempo para llevar a cabo el objetivo de un límite salarial: mantener un balance competitivo en la NBA. Esto no es contra los Warriors, esto es contra la liga.

¿Por qué es muy difícil un cambio?

Para un cambio tan brusco como este, la NBA necesitaría la aprobación de la junta de gobernadores, los 30 propietarios de la NBA. Al final ellos son los dueños de la liga y son los jefes de Adam Silver, comisionado. Sin dos tercios de sus votos a favor, es inviable aplicar una nueva normativa. Y a día de hoy, nadie parece estar a favor entre los dueños porque casi todos salen ganando.

A final de temporada, cuando la NBA recoge los cheques con la multa por superar el límite salarial, esta se divide en dos. Una parte se lo queda la liga para league purposes, y la otra mitad se reparte entre todos los equipos que finalizaron la temporada por debajo del impuesto de lujo. Por ejemplo, San Antonio lleva cobrando parte de lo recaudado los últimos años, incluso cuando era contender o campeona a principios de los 2010s.

Hay doce franquicias en total que no han pisado el impuesto de lujo desde 2015 (o más) y sus propietarios han visto como su dinero sigue creciendo temporada tras temporada. ¿Van a estar a favor de un cambio que les quite millones de manera anual? Probablemente no. Es un dinero que entra como premio por haber cumplido las normas y no haber gastado mucho dinero. Es un doble ahorro para un dueño ya millonario.

Al mismo tiempo, hay 18 franquicias que en al menos una ocasión han estado por encima del lujo en la era Curry. Golden State lidera con cinco y nadie llega a las cuatro, pero Sixers, Nets, Clippers, Lakers, Bucks y Thunder han sido multados en tres ocasiones (Clippers y Nets superan los $200 millones en sanciones). Pero aunque sean siempre las mismas, ellos están dispuestos. Y si esta normativa descarta a la mitad de la liga, la que no quiere superar el lujo porque no quiere pagar extra, ¿por qué cambiarlo?

El rumbo de la competición es de una separación mayúscula entre ricos y pobres, entre los que quieren competir y los que no. En 2016, los Cavaliers gastaron en salarios un 111% más que el último equipo, Minnesota. En las últimas temporadas, Clippers y Warriors han superado el 150% de diferencia con el último (Thunder y Spurs) y la tendencia sigue creciendo. Unos gastan mucho para ganar, otros nada para no hacerlo.

No es un tema de ser o no más rico, o estar en un mejor o mercado pequeño, porque franquicias como Minnesota o Utah (dos veces) han pagado lujo. Se trata de querer competir, y el precio que cuesta ahora. O están Celtics y Thunder, cuyos propietarios son de los menos ricos de la liga, alrededor de los 400 millones de dólares en activos cada uno. Y si ni uno ni el otro quieren, quien sale perjudicada es la competición. Menos mal que pronto se viene una expansión.

Deliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Desliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Cargando el siguiente contenidoEspera un momento por favor :)