El nombre de Greg Oden irá siempre acompañado del término bust. El que fuera número 1 del Draft de 2007 fue un auténtico fiasco y su impacto en la NBA no estuvo, en absoluto, a la altura de lo esperado, sobre todo teniendo en cuenta que se trató del jugador que relegó a Kevin Durant a la segunda elección del draft. El pívot formado en la Universidad de Ohio State tuvo una carrera testimonial en el baloncesto profesional, estando constantemente lastrado por la lesiones. Disputó sólo 105 partidos en tres temporadas en activo (dos con Portland y una con Miami), promediando 8 puntos, 6.2 rebotes y 1.2 tapones en 19.3 minutos por encuentro. Años después, y gracias a una entrevista para HoopsHype, podemos conocer del propio jugador el calvario por el que pasó durante tanto tiempo, en el que arrastró depresiones, abuso de sustancias y otros lastres.
«[No me di cuenta de que había vida más allá del baloncesto] hasta que ya no jugaba y mi vida no giraba alrededor del baloncesto. Es una de las cosas más duras que te pueden pasar. Cuando me arrebataron el baloncesto fue como ‘¿quién soy? ¿Qué quiero hacer? ¿Qué me gusta hacer?’«, confiesa Greg Oden sobre el momento en el que se vio obligado a cambiar el chip y decidir qué hacer una vez que el baloncesto se había acabado definitivamente para él. Un momento más que complicado para alguien que, hasta entonces, había vivido por y para el deporte de la canasta, hasta el punto de caer en depresión y abuso del alcohol cuando intentó reconducir su carrera en China, en 2016. «Solía beber mucho y nunca me preocupó, pero entumecía mi cuerpo, así que no me daba cuenta de todo el dolor que tenía», explica. «Tenía muchas pastillas y bebía mientras las tomaba».
Uno de los principales culpables de que Greg Oden recondujese su camino fue el entrenador Trad Matta. Le invitó a ir a entrenar en Ohio State y el pívot fue capaz de centrarse nuevamente en el baloncesto y recuperar el interés por los estudios. De buenas a primeras, el que fuera número 1 del draft volvía a disfrutar en la cancha y ocupaba su mente en los libros. «Tenía que estar concentrado y no podía estar todo el día con resaca. Me dio un camino a seguir», admite Oden.
Un ‘fiasco’ al que siempre comparaban con Kevin Durant
Sin embargo, la etiqueta de ‘fiasco’ que siempre se le colgó no ayudaba, aunque el propio jugador tratase de hacer oídos sordos a las críticas indiscriminadas. «Lo primero de todo es que no leo los comentarios de la gente [en redes sociales]. Puede que lea los primeros tres, que normalmente son de gente que conoces, pero no sigo bajando y preocupándome por esas cosas. Honestamente, la palabra ‘fiasco’ es algo que he usado para referirme a mí mismo. De algún modo era como quitarle fuerza a base de usarla. Decía, ‘puede que sea un fiasco, pero no es más que la opinión personal de alguien'». Lamentablemente las intenciones de Greg Oden no funcionaron y las críticas le afectaron. «No salió como esperaba, pero aun así creo que era un jugadorazo en mi momento», confiesa el pívot.
El hecho de ser elegido en el draft por delante de toda una megaestrella como Kevin Durant hizo que siempre se le comparase con él, hasta el punto de llegar a convertirse en una especie de desgracia para la franquicia de los Portland Trail Blazers por haberse decantado por él. A Greg Oden, sin embargo, nunca le condicionó. «[Cuando veía jugar a Kevin Durant] tenía emociones como ‘demonios, a mí me eligieron antes…’ ¡Ojalá pudiese hacer yo esas cosas!’ Me gustaría haber podido ser el hombre de negocios que es él, el buen tipo que es. Pero nunca tuve ningún tipo de ira del tipo ‘¡Ése debía ser yo!'».
Actualmente, Greg Oden es consejero financiero en una compañía que trabaja con jugadores, a los que guía en la forma de manejar sus ingresos y gestionar sus inversiones. «Nunca sabes cuándo se va a terminar tu carrera. Quizás quieras tener ahorros y asegurarte de que tienes un dinero guardado».
Sigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
