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Guía NBA 2017/18: Boston Celtics, por Andrés Monje

Guía NBA 2017/18: Boston Celtics, por Andrés Monje

Memoria 2016-17
Balance: 53-29. Primeros del Este. Eliminados en Finales de Conferencia (Cleveland, 1-4)
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
108.6 (8º) 99.3 (12º) 105.5 (12º)
Ataque 4 Factores Defensa
52.5% (9º) % efectivo en tiros 50.3% (5º)
27.3% (17º) Tiros libres 29% (25º)
13.3% (8º) Pérdidas 13.9% (17º)
21.2% (25º) Rebote ofensivo 24.7% (27º)
 Glosario de la Memoria 2016/17:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos producidos cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el total.

celtics

El quinto episodio de la era Brad Stevens se presenta apasionante. La obra del técnico no ha hecho más que evolucionar (25 victorias sin fase final el primer año, 53 con Finales de Conferencia el último) y durante este período Boston ha creado una marcada identidad colectiva, cobijando en ella desarrollos individuales para acabar formando un equipo permanentemente por encima de las expectativas. Orfebrería de banquillo.

Ahora, con más argumentos para competir, sólo cabe salivar. Y es que ha sido un verano de cambios. Los Celtics se hicieron en la agencia libre con Gordon Hayward, idóneo para su estructura, antes de orquestar una bomba: el aterrizaje de Kyrie Irving. Para Boston este verano suponía el fin de su ‘burbuja’ salarial (creada en base a los contratos de Thomas, Bradley y Crowder, muy por debajo de su valor real), por lo que si se quería cambiar el núcleo principal… era ahora o nunca. La llegada de Irving no fue barata (Thomas, Crowder, Zizic, el pick de los Nets de 2018 y una segunda ronda de Miami de 2020) pero resulta sugerente descifrar qué puede llegar a ser tutelado por Stevens.

Isaiah Thomas fue primordial para Boston y de hecho sus 28 puntos y 5 asistencias, con 54% de acierto en porcentaje efectivo (eFG%), sólo tienen antecedentes en Michael Jordan y Stephen Curry. Tuvo galones (34% de uso ofensivo), un sistema que le proyectaba y talento para ejecutar. Sus 1.04 puntos por posesión en pick&roll fueron élite y acabó como segundo máximo anotador de la Liga en el clutch (situaciones de final de partido igualado).

Eso sí, el potencial de Irving ahí es incluso mayor. Su uno contra uno y cualidades técnicas no aguantan comparativas, el peligro reside en su tendencia a usar su repertorio aislado del equipo. Es tan bueno como autosuficiente. Irving desequilibra, solo que a su forma. El 60% de sus tiros el año pasado llegaron tras, como mínimo, tres botes. Y el 35% tras más de siete. Irving suele detener sistemas… porque él representa uno por sí mismo.

Ahí entra el contexto. Horford y Hayward crean para el resto, mientras que los sistemas del técnico suelen poner a los jugadores en situaciones para brillar. No es difícil imaginarle replicar situaciones que ya aprovechó Thomas, así que la clave será comprobar hasta qué punto se mezclará la tendencia de Irving a ser verso libre con el plan colectivo, hasta dónde llegará la libertad y cómo se evitará que se convierta en libertinaje. Su infinita capacidad y motivación, unidas al conocimiento de su nuevo entrenador, sugieren algo salvaje.

Directores que no juegan de uno

Uno de los rasgos más marcados en la estructura de Stevens es la versatilidad. En ataque esto se traduce en la tendencia a lo aposicional (no importa qué posición tenga un jugador sino qué funciones cumpla), algo muy interesante de seguir este curso a partir, por ejemplo, de sus generadores. Que no serán los bases.

Al Horford viene siendo el principal generador. No por número de asistencias sino por cómo se desarrollan los ataques, con su figura clave alimentando las ventajas del resto indistintamente de quién reparta luego el pase final. Boston es muy solidario (segundo equipo que más pases da), con gran peso de bloqueos indirectos y pases extra buscando el mejor tiro posible. Y este año podrá serlo aún más.

Foto: Jason Miller/Getty Images

Junto al pívot, los Celtics contarán con Gordon Hayward para crear también desde el bote. Su triple amenaza (pase, bote y tiro) proyecta el sistema, puede mejorar las condiciones de Irving para ejecutar o las situaciones de los demás. Hayward podría ser empleado como tirador en un sistema que magnifica el triple (39% de los tiros el año pasado fueron de tres, tercer mayor dato NBA), pero también como director. Por su estilo altruista, su reencuentro con el técnico (que ya le dirigió en la universidad) parece perfecto.

La coexistencia entre el núcleo Irving-Hayward-Horford, a la que hay que sumar los aportes creativos de Marcus Smart en la rotación, marcarán cómo se comporte el ataque. Pero en la era Stevens no ha habido hasta ahora tanto potencial ahí en una ofensiva con tendencia a lo previsible y que, de hecho, necesitó llevar la influencia de Thomas a lo histórico para crear un ataque top 10 NBA.

Aparte del incremento creativo, en el ataque de Boston resultan claves los complementos. Y, pese a las bajas (Olynyk, Crowder, Bradley), hay variantes. Las hay para finalizar y abrir el campo, como Shane Larkin al uno; pero también para compatibilizar esa labor con el corte al aro, una secuencia decisiva en el diseño ofensivo de Boston, que vive mucho del movimiento de sus jugadores. Ahí hombres como Jaylen Brown, Jayson Tatum y Marcus Morris, este último llamado a ser el cuatro abierto de la estructura, encajan. Todos tiran y son activos.

Recuperar el gran tono atrás

Pese al arsenal ofensivo, el gran desafío de Boston será alcanzar plenitud atrás. Porque tras los grandes resultados cosechados hace dos años (quinta mejor defensa NBA), el sistema cayó notablemente el pasado, saliendo del top 10 en fase regular y siendo destrozado después en playoffs.

Hubo dos grandes focos para explicarlo. Uno, el rebote defensivo. Por segundo año consecutivo Boston volvió a ser uno de los cinco peores equipos de la Liga ahí, además de uno de los cinco que más puntos permitió en segunda oportunidad. Los Celtics fueron magníficos rebajando porcentajes al triple (segunda mejor marca NBA) y en general reduciendo acierto en estático y situaciones en transición (tercer equipo que menos permitió al contraataque), pero la falta de contundencia interior fue un drama.

La Gerencia apenas ha podido obtener a Aron Baynes como alternativa de presencia física pero, siendo útil, la preferencia por usar formatos dinámicos, con Horford al cinco, hace pensar que el problema persistirá. Jugar pequeño entraña riesgos. Morris no ofrece consistencia en ese apartado y sólo una sobreayuda de las alas, que sí poseen tamaño (Brown y Hayward), podría limitar daños.

El segundo foco problemático fue Isaiah Thomas. En la NBA, una competición que busca y castiga el mismatch, Thomas (peor dato de la Liga en el Real Plus-Minus defensivo) era un caramelo para que el rival agujerease. Por un lado no tenía tamaño ni recursos defensivos y por el otro su equipo dependía absolutamente de él en ataque, por lo que sus esfuerzos atrás eran limitados. La herida no dejó de sangrar, llegando incluso al extremo de ver a Stevens planteando sistemas que buscaban sobre todo ocultarle.

Siendo también muy discreto, las carencias de Irving son más reversibles. Limita algo más el mismatch y ha demostrado ser capaz de rendir atrás. Lo complejo es lograr que lo haga mucho más a menudo. Para Boston es imprescindible que sus jugadores puedan cambiar en bloqueos y reordenar así las ayudas, una de las máximas del sistema, por lo que Irving va a estar exigido.

Más allá, tener aleros con tamaño, pívots móviles y jugadores intercambiables da a los Celtics muchas posibilidades para resultar fantásticos atrás. Las bajas de Bradley y Crowder son conflictivas pero sus recambios, Brown, Hayward y Smart, son más que capaces. Boston necesitará su mejor versión, especialmente conociendo su fragilidad interior y en rebote, para devolver su defensa al top 10. Con LeBron James en el horizonte, será necesario.

 Datos de lupa:

  • Colectivo:

Boston permitió un 33.2% de acierto a los rivales desde la línea de tres, segundo mejor dato de la Liga. Es el cuarto año consecutivo que mejora su rendimiento en esa (crucial) faceta y con Stevens al mando nunca ha bajado del top 5 defendiendo ese tipo de tiros.

  • Individual:

Al Horford fue el cuarto interior NBA que más pases promedió por encuentro (50.8) la pasada campaña, sólo superado por Draymond Green, Blake Griffin y Marc Gasol. En Playoffs, considerando todas las posiciones, entró en el top 15 de la Liga en esa categoría (53.5).

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 109.8 millones
  • Límite salarial: 99.1 millones
  • Impuesto de lujo: 119.2 millones
  • Mínimo salarial: 89.2 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Por segundo verano consecutivo, los Celtics firmaron a uno de los grandes agentes libres del mercado. Gordon Hayward llegó a Boston acordando 4 años por 128 millones, un movimiento esencial para el futuro a medio plazo de una franquicia que iba a tener que comprometer todo su espacio salarial a más tardar el siguiente verano (2018), en el que expiraban los contratos de Isaiah Thomas y Avery Bradley. Hoy ninguno de ellos sigue en los Celtics, el espacio salarial ya es historia y la columna vertebral, económicamente hablando, ha quedado claramente definida.

Al margen de Hayward, jugadores involucrados en los traspasos (Irving y Morris, como llegadas; Thomas, Crowder, Zizic, Bradley y el jugoso pick de Draft de los Nets en el próximo Draft como salidas) y aceptando la marcha de Kelly Olynyk, el resto de contratos han ido destinados o bien a los jóvenes seleccionados en el Draft 2017 o bien a secundarios para el sistema (Baynes, Larkin y Theis), todos estos últimos con acuerdos muy bajos y de un solo año. Pasa a ser ese, acertar con jugadores de rol reducido, el gran propósito de la Gerencia a partir de ahora.

Jugador a seguir:

Kyrie Irving decidió tomar otro camino. Alejarse del cobijo de LeBron James, con el que llegó a tres Finales consecutivas y conquistó un anillo, para tratar de escribir su propia historia. Su motivación será máxima y posiblemente las ventajas que el sistema le proporcione también, pero el uno contra uno más dominante del planeta, anotador intratable y prodigio del clutch deberá dar un paso adelante y ofrecer respuestas en todo aquello que, hasta ahora, le respondía James. Será una de las historias del año.

Foto: Maddie Meyer/Getty Images

 

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