| Memoria 2016-17 | ||
| Balance: 49-33. Cuartos del Este. Eliminados en Segunda Ronda (Boston, 4-3) | ||
| Eficiencia Ofensiva | Ritmo | Eficiencia Defensiva |
| 108.5 (9º) | 99.7 (11º) | 106.9 (20º) |
| Ataque | 4 Factores | Defensa |
| 52.8% (6º) | % efectivo en tiros | 52.4% (24º) |
| 25.4% (25º) | Tiros libres | 28.4%(21º) |
| 14.1% (17º) | Pérdidas | 15.3% (3º) |
| 24.1% (13º) | Rebote ofensivo | 24.5% (24º) |
Glosario de la Memoria 2016/17:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos producidos cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el total.
- Plantilla y cuerpo técnico para la temporada 2017/18
- Puntos fuertes: Backcourt de élite. Cinco inicial muy efectivo.
- Puntos débiles: Defensa interior y rebote. Fiabilidad del banquillo.
En la historia de la Liga sólo ha habido dos hombres que hayan promediado durante una temporada al menos 23 puntos, 10 asistencias, 4 rebotes y 2 recuperaciones, según se aprecia en el inmenso archivo de Basketball Reference. El primero en lograrlo fue Russell Westbrook (2015-16) y el segundo John Wall el curso pasado. Por suerte para los Wizards, Wall está con ellos.
El rendimiento de Wall subió a territorio sin oxígeno, alcanzando las mejores marcas de su vida en puntos, asistencias, recuperaciones y porcentajes en tiros de campo, yendo además más que nunca a la línea de personal. En transición resulta imparable, siendo quizás el jugador más rápido del planeta esprintando con balón, pero en estático es un generador como hay pocos y, para colmo, atrás es potencialmente otra fuerza: una pantera en desplazamientos cortos, rápido de manos e intuitivo para leer lo que hará el rival. Con el único lunar en su juego que supone el lanzamiento tras bote, especialmente de tres puntos (30% ahí el año pasado), Wall se acerca mucho a ser el pack completo.
Sus monstruosos playoffs (27 puntos y 10 asistencias de promedio, mejorando incluso sus porcentajes) no valieron a Washington para pasar de Segunda Ronda, pero por el camino se halló la ansiada química con Bradley Beal y se contempló el ascenso de Otto Porter Jr en el estatus del equipo. Así, a pesar del salto cualitativo de Boston y la ambición mostrada por Toronto en verano, las expectativas van a ser mucho mayores ahora en Washington y en el segundo año con Scott Brooks al mando pasar sólo una ronda podría ser decepcionante.
Wall y Beal promediaron nada menos que 46 puntos por partido en fase regular y 52 en la fase final, mostrándose plenamente compatibles e incluso intercambiables en determinadas secuencias de pizarra en las que Beal absorbe más balón. En su puesta en escena, estuvieron muy bien rodeados. El quinteto de los Wizards funcionó a la perfección y fue, con diferencia, el que más minutos acumuló en la temporada.
Wall, Beal, Porter, Morris y Gortat estuvieron juntos 1347 minutos, cuando el siguiente más usado en toda la Liga no llegó a 900. En esa gigantesca muestra, Washington atacó al nivel de los Rockets y superó a sus rivales por más de ocho puntos cada 100 posesiones. Ahí se cimentó su poder. Y en la falta de respuesta sin ese formato, su desgracia.
Cuánto esperar de Otto Porter
Una de las notas más positivas para Washington la dejó Otto Porter. Hasta el punto de que su extensión de contrato este verano (en el que se igualó la oferta de Brooklyn, por valor de 106 millones en 4 años) se aceptó con cierta naturalidad.
Porter tuvo el quinto mejor porcentaje de triples en toda la NBA (43.4%), anotando casi dos por noche, aunque en playoffs ese acierto se desmoronó. Con 24 años, su despliegue atlético, potencial defensivo y acomodo al perfil 3&D (especialista en defensa y tiro de tres), desprenderse de él sin recibir nada a cambio era absurdo. Por mucho que sobrepagarle ahora comprometa la estructura salarial.
Desde la esquina, abrió el campo. Y moviéndose bien si balón, encaja perfectamente con Wall. El peligro es justamente acercarle a una versión unidimensional, hacerle que necesite siempre que otro le cree las ventajas (44% de acierto en catch&shoot, sólo 31% tras bote). En unos Wizards con Wall y Beal, posiblemente tenga siempre esa ayuda en pista, pero lo crucial sería que pudiese alcanzar cierta autonomía.
Foto: Greg Fiume/Getty Images
Tras su nuevo contrato se le van a exigir más competencias. Especialmente dos. La primera de ellas la posibilidad de que cree para el resto, o al menos para sí mismo, desde el bote, algo que no ha tenido que afrontar hasta ahora pero para lo que debería prepararse.
La segunda se encuentra en lo defensivo. Washington es un equipo con problemas en su pintura y rebote, por lo que sería muy importante que Porter pasase a ser mucho más eficiente como enlace a la defensa interior que al perímetro, donde su equipo ya cuenta con Wall y Beal, más que útiles atrás. Los Wizards le pueden necesitar mucho al usar formatos small-ball.
Tiene tamaño y poder físico para ser un gran defensor en las alas, además de muy valioso cambiando asignaciones atrás, pero no bajó porcentajes de acierto al rival (sobre la media NBA) en ninguna zona la pasada campaña. Un dato terrible. Y aunque contribuyó en el rebote (cinco capturas defensivas por partido), resulta insuficiente para un equipo cuyo principal desafío es mejorar atrás.
Porter sobresalió como secundario pero su nueva situación en la franquicia puede demandar que lo haga también subiendo responsabilidades. De cómo responda a ello puede depender el posible salto cualitativo que se espera del colectivo.
Defensa y banquillo para cruzar la frontera
Con un ataque top 10 NBA y un cinco inicial demoledor, Washington tuvo que encontrar serios apuros en otras áreas para no llegar muy lejos en el Este. Así fue. Los problemas llegaron sobre todo a través de dos vías: el rendimiento defensivo y los efectivos de banquillo. Las más urgentes de solucionar.
El sistema fue muy agresivo en su primera línea defensiva, buscando la pérdida rival y sacar transiciones. El asunto fue que cuando no existió éxito el plan fue superado fácilmente. Por un lado, se permitió un porcentaje de acierto top 10 al triple (36.4%). Por el otro, los rivales tuvieron fantásticos porcentajes cerca del aro (56%, quinto dato más alto de la Liga). Ambas muy malas noticias.
Siendo el plan agresivo difícil de cambiar, las respuestas al problema interior pasan por Ian Mahinmi, el mejor y casi único corrector interior de la plantilla, que de paso podría mejorar las prestaciones en rebote defensivo. El francés sólo pudo disputar 31 partidos el pasado año pero, si le respetan las lesiones, puede ser un factor positivo. Sobre todo porque ni Markieff Morris, ni Jason Smith ni el recién llegado Mike Scott son eficientes en esas labores. Y Marcin Gortat ya estuvo muy superado ante la situación (con un terrible 58% permitido cerca del aro).
La forma de revitalizar el banquillo tampoco es sencilla. La salida de Bojan Bogdanovic se ha repuesto con Jodie Meeks, útil para abrir la pista y ejecutar desde el perímetro. Los recursos existen, especialmente en un perímetro que también ofrece a Tomas Satoransky y Kelly Oubre, pero la cuestión es que todos ellos asumen roles muy secundarios que, en la práctica, no pueden replicar funciones del cinco inicial. Y por lo tanto es difícil que interactúen. Washington intentó revitalizar su rotación con Bogdanovic ejerciendo un papel de sexto hombre, pero acabó enfocado sólo a ejecutar y no supuso cambio alguno.
Por ello para Brooks sería clave encontrar una figura de sexto hombre real que alimentase al resto de segunda unidad. Y en ese sentido circula la llegada de Tim Frazier, con la esperanza de dotar de identidad propia a un colectivo diferente a su cinco inicial. Para Washington lograrlo sería evitar desmoronarse en descansos de su backcourt titular, que al final resulta justamente la aspiración sabiendo el poder nuclear del quinteto titular.
Datos de lupa:
- Colectivo:
Washington fue el tercer equipo que más situaciones jugó de bloqueos indirectos para el tirador (8% de las jugadas). Y top 10 anotando en ellas (0.97 puntos por acción).
- Individual:
Con John Wall en pista, el ataque de los Wizards anotó 111 puntos por 100 posesiones, al nivel de los Cavs. Sin él, sólo 101, al nivel de los Magic.
Situación salarial:
- Salarios franquicia: 123.5 millones
- Límite salarial: 99.1 millones
- Impuesto de lujo: 119.2 millones
- Mínimo salarial: 89.2 millones
Fuente: Basketball Insiders
- Opción de jugador
- Opción de equipo
- Qualifying Offer
- No completamente garantizado
La resolución del caso Otto Porter centró la atención en el verano de los Wizards, una situación que terminó con la continuidad del alero a cambio de 106 millones de dólares en 4 años. La apuesta de la franquicia es total y así lo demuestra el hecho de que entre los cinco hombres mejor pagados del roster sumarán este año 96 millones en salarios. Es decir los Wizards prácticamente rellenan el límite con un quinteto.
Más allá de Porter, Washington trató de cubrir puestos de rotación con Jodie Meeks (7 millones por 2 años) y Mike Scott (2 por 1), compensando la salida de Bogdanovic. Los compromisos son por supuesto máximos, con la franquicia teniendo casi 113 millones garantizados también para la campaña 2018-19, casi 108 para la 2019-20 y cuatro contratos de más de 15 millones anuales asegurados hasta 2020. El bloque está hecho, la ambición es elevada y sólo queda competir.
Jugador a seguir:
La primera presencia ‘All-NBA’ de John Wall estuvo más que justificada. Formó parte del tercer mejor quinteto NBA tras un excelente curso que rubricó con unos playoffs escandalosos. Ya asentado en la élite de su posición, el base de los Wizards, todo ritmo, verticalidad y talento, es además uno de los jugadores más espectaculares de ver de la Liga.
Foto: Jonathan Bachman/Getty Images
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