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Guía NBA 2018/19: Chicago Bulls, por Andrés Monje

Guía NBA 2018/19: Chicago Bulls, por Andrés Monje

Memoria 2017-18
Balance: 27-55. Fuera de Playoffs en el Este
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
101.3 (28º) 100.3 (10º) 109.1 (28º)
Ataque 4 Factores Defensa
49.7% (29º) % efectivo en tiros 54.2% (29º)
21.6% (29º) Tiros libres 23.3% (8º)
13.8% (10º) Pérdidas 13.5% (24º)
20.6% (25º) Rebote ofensivo 19.4% (2º)
Ataque Triple Defensa
35% (11º) Volumen 37.6% (29º)
35.5% (21º) Acierto 37% (24º)
Glosario de la Memoria 2017/18:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos anotados cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos de campo / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el volumen total.
* Volumen de triples: porcentaje de lanzamientos (intentados o permitidos) de tres puntos sobre el total de tiros de campo/ Acierto de triples: porcentaje de acierto (propio o permitido) en lanzamientos de tres puntos.

bulls

Por primera vez en nueve años, los Bulls ganaron menos de 40 partidos. Iniciaron (casi por la fuerza, vía Gerencia) la fase oscura de un proyecto centrado ahora en el rearme y la descongestión salarial, es decir en la acumulación de talento joven que permita a medio plazo volver a la escena competitiva del Este y la búsqueda de flexibilidad que pueda atraer algún agente libre de entidad.

A inicios de diciembre, y tras una racha de diez derrotas seguidas, el equipo únicamente llevaba tres victorias (3-20 de balance), dejando claro que un número alto del Draft era mucho más objetivo que edificar asuntos colectivos. La franquicia acabó obteniendo el siete, con el que seleccionó a Wendell Carter Jr, pívot con una excelente pinta y, de paso, una más que buena oportunidad para aprovechar el hueco que tiene por delante. Porque en Chicago, salvo la irrupción de Lauri Markkanen, parece haber pocas certezas.

Carter Jr presentaba menor expectativas que muchos de sus compañeros interiores de camada, principalmente a causa de su perfil físico (carece de enorme explosividad), pero como jugador va armado de fundamentos y ofrece ciertos paralelismos a la versatilidad colectiva que brinda Al Horford, en el sentido de que puede ejercer diferentes roles y entiende muy bien el juego. Eso puede ser muy útil para los Bulls. Sobre todo si Fred Hoiberg, que afronta su cuarto año en el banquillo, puede dibujar de verdad qué tipo de equipo desea ver en pista.

Y es que los Bulls aún no han mostrado qué quieren ser, en buena medida por la dificultad de Hoiberg para gestionar plantillas complejas y opuestas a los principios con los que llegó a Illinois, es decir a la formación de equipos rápidos, agresivos, de formatos pequeños y mucho tiro de tres. Lo visto hasta ahora acerca más bien a lo contrario, con equipos de idea muy especulativa atrás y alejados en ataque del dogma transición-división de zona- triple.

Sin grandes referencias de perímetro, decisivas en el ecosistema NBA actual, a Chicago le cuesta definirse. Y las dudas con Hoiberg van creciendo por el camino, ya que un equipo que tuvo el tercer peor ataque y la tercera peor defensa de la NBA, con serias carencias en ambos apartados, no tiene algo sólido a lo que agarrarse para competir.

El reto de Parker como tres

En un mercado de escaso movimiento para Chicago, la novedad llegó de la mano de Jabari Parker, que dejó los Bucks a pesar de que estos habrían podido igualar ofertas. No obstante un desembolso excesivo en él parecía improbable considerando las dificultades que había tenido Parker para, cuando se ha encontrado sano, producir junto a Giannis Antetokounmpo: los Bucks fueron nueve puntos peores que los rivales (por 100 posesiones) con ambos en cancha. Dicho de otro modo, no pudieron coexistir.

Parker, nativo de Chicago, no representa un gran contratiempo salarial para los Bulls (el segundo año es opción del equipo, por lo que si la apuesta sale mal no comprometen más espacio) pero sí puede tener dificultades para encontrar acomodo en una estructura que posiblemente le arroje al puesto de tres. No es lo ideal, ni para él ni para Hoiberg.

Jabari Parker (Bucks); Foto: Gary Dineen / Getty Images

Foto: Gary Dineen / Getty Images

Su desgraciada nómina de problemas físicos, con dos lesiones de ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda (y hablamos de un jugador de 23 años), le ha hecho perder velocidad lateral, lo que unido a su tamaño le empuja más al rol de cuatro en formatos con solo un interior. La cuestión para Chicago es que Markkanen estuvo espléndido en ese papel de cuatro durante su año de novato y que Carter Jr va a pedir (y seguramente ganarse) responsabilidades como cinco.

La buena noticia para Parker es que tanto Markkanen como Carter Jr pueden darle espacio y opciones en ataque, el primero a través del tiro y el segundo a través del pase. El finlandés, de hecho, es bastante más que un tirador y firmó 1.08 puntos por posesión en jugadas de pick&roll cuando ponía el bloqueo y encaraba el aro, un dato no lejano del de hombres como Towns o Valanciunas.

La menos buena llega en el otro lado y es que es más que posible que Parker deba defender a perfiles exteriores, mucho más explosivos. Y es ahí donde más sufre, cuando se le encara desde el bote. Teniendo en cuenta que la pintura de los Bulls también está integrada por el veterano Robin Lopez (expiring este año), Cristiano Felicio (este con 25 millones por cobrar en 3 años) y Bobby Portis (tan productivo en ataque como descuidado en defensa), entrar en esa lucha va a ser difícil.

Es posible que Hoiberg busque acomodarle en ciertos quintetos pequeños pero la falta de contundencia defensiva de los interiores (Markkanen y Portis permitieron un 64% en la zona restringida, al nivel de Kanter o Vucevic) hace complejo que funcionen. En cualquier caso la situación es más que sugerente y contemplar cómo la resuelve Parker, maltratado por su propio físico pero con un talento sensacional, va a ser uno de los grandes atractivos de la temporada en Chicago.

Hasta dónde llegan Dunn y LaVine

Un Parker con confianza e integrado, que generase con balón, restaría peso ofensivo al perímetro y facilitaría, por otro lado, la labor del otro gran asunto por resolver atendiendo a pista: ¿son Dunn y LaVine piezas sobre las que construir el perímetro a largo plazo? La pregunta no es sencilla de responder, especialmente porque la falta de competencia obliga a que a corto plazo sean imprescindibles.

Dunn aprovechó ese factor el curso pasado para adquirir confianza (una que no tuvo durante su año de estreno en Minnesota) y los resultados tuvieron luces y sombras. Y es que a pesar de sus problemas de finalización (su 52% cerca del aro y 0.83 puntos en transición son datos muy discretos), su inconsistencia en el triple y la falta de lectura en el pick&roll (alto volumen de jugadas y poca efectividad en ellas), tiene el motor físico y la agresividad defensiva para funcionar en un sistema de Hoiberg. Con continuidad, en diciembre y enero, dejó buen sabor de boca.

En el caso de LaVine la muestra fue difícilmente valorable, apenas 24 partidos y tras una grave lesión de rodilla (también ligamento cruzado anterior). En un equipo como los Bulls, ávido de tiro exterior y desequilibrio, un anotador como él debería acaparar buena parte de los galones. Y desde luego la confianza en él parece elevada, después de que la franquicia igualase los 80 millones por 4 años que le ofreció Sacramento este verano (era agente libre restringido). Pero su estado físico, su discreta defensa y hacia dónde se desarrolle pueden marcar la diferencia.

Foto: Randy Belice/NBAE via Getty Images

Previamente a su lesión, LaVine conjugaba dos detalles muy valiosos. Era óptimo atacando el aro (61%) y fantástico en el triple tras recepción (42%). Su capacidad para poner en el balón en el suelo le convertía, además, en un jugador que podría tomar cierto papel de generador secundario. Pero tanto antes como ahora LaVine es mucho más efectivo aprovechando ventajas que creándolas. Y el problema no solo es que Chicago no tenga grandes desequilibrios que las produzcan sino que él está llamado a ser ese tipo de jugador. Si evoluciona hacia ahí, tiene vía libre. Si no, puede quedar atascado en un equipo sin ese macho alfa.

Por ello, a falta de bases directores, puede ganar influencia Denzel Valentine, capaz tanto de abrir la pista desde el triple (39% de acierto) como de alimentar circulaciones de balón. Con Justin Holiday más enfocado a la pura ejecución, está también por ver cómo se adapta el novato Chandler Hutchinson, que cumplió ciclo en Boise State y de ganar consistencia en el tiro exterior también podría ganar su hueco.

 Datos de lupa:

  • Colectivo:

Los Bulls fueron el cuarto peor equipo NBA finalizando a un metro o menos del aro (62.4%).

  • Individual:

Lauri Markkanen fue el primer novato en la historia que promedia al menos 15 puntos, 7 rebotes y 2 triples por partido.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 102.6 millones
    • Límite salarial: 101.8 millones
    • Impuesto de lujo: 123.7 millones
    • Mínimo salarial: 91.6 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Jugador a seguir:

Un estreno fantástico en una franquicia que necesita ilusión. Lauri Markkanen dejó magníficos destellos de lo que puede llegar a ser, un interior moderno, muy peligroso actuando de cara al aro pese a su tamaño, plagado de fundamentos y que facilita siempre el juego a su equipo. Con apenas 21 años, galones por tomar y un enorme margen de progresión física y de lectura defensiva, el futuro del finlandés apunta a brillante.

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