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Guía NBA 2019/20: Minnesota Timberwolves, por Andrés Monje

Guía NBA 2019/20: Minnesota Timberwolves, por Andrés Monje

Memoria 2018-19
Balance: 36-46. Fuera de Playoffs en el Oeste
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
110.6 (13º) 100.9 (13º) 112.2 (24º)
Ataque 4 Factores Defensa
51.1% (25º) % efectivo en tiros 53.8% (25º)
26.7% (9º) Tiros libres 24.7% (11º)
12.9% (5º) Pérdidas 14.5% (10º)
29.2% (4º) Rebote ofensivo 29.1% (27º)
Ataque Triple Defensa
31.5% (26º) Volumen 37.3% (22º)
35.1% (19º) Acierto 37.8% (29º)
Glosario de la Memoria 2018/19:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos anotados cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos de campo / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el volumen total.
* Volumen de triples: porcentaje de lanzamientos (intentados o permitidos) de tres puntos sobre el total de tiros de campo/ Acierto de triples: porcentaje de acierto (propio o permitido) en lanzamientos de tres puntos.

No debería ser difícil para los Wolves comenzar el curso de forma algo más tranquila que el anterior, circunstancia que ayudaría a crear algo saludable en un equipo necesitado de ello. El desencuentro de Jimmy Butler con la franquicia perturbó toda estabilidad hasta su salida, especialmente para un vestuario que un tiempo más tarde comprobó, además, cómo su técnico era despedido tras una victoria por 22 puntos.

Butler, eje deportivo y que había rechazado una extensión de contrato en verano, pidió el traspaso a unos pocos días del inicio del training camp. Los dos hombres de poder en los despachos, Scott Layden y Tom Thibodeau, tensaron la cuerda negándose a mover al jugador hasta noviembre, casi dos meses después. Y por el camino, lo sucedido durante ese tiempo, con Butler actuando de forma extrema como macho alfa y la franquicia consintiéndolo, afectó al bloque.

Después, a inicios de enero, el jovencísimo Ryan Saunders (33 años) relevó, en calidad de interino, a Tom Thibodeau (19-21). El timing sorprendió, su despido no tanto. El caso es que Saunders, hijo del mítico Flip, ya fallecido pero que también entrenó a los Wolves durante su carrera, seguirá siendo este curso la apuesta para el banquillo.

Del botín obtenido por Butler (Robert Covington, Dario Saric, Jerryd Bayless y una segunda ronda del Draft para 2022), Minnesota solo conserva la elección y al primero, después de decidir prescindir de Saric (pendiente de extensión de contrato) en el pasado Draft a cambio del novato Jarrett Culver. Para hacerse con él, elegido en el seis, los Wolves tuvieron que dar también su elección en el once. Sus expectativas con el escolta sophomore de Texas Tech lo justificaron.

Más allá de Culver, el verano ha resultado agridulce. La fantástica relación que une a Karl-Anthony Towns y D’Angelo Russell alimentó las esperanzas de que el base de los Nets pudiera recalar en Minnesota. Pero cuando los Warriors se lanzaron a por él, acabaron de un plumazo con esas ilusiones.

Los Wolves acabaron entrando en el movimiento, llevándose a Shabazz Napier y Treveon Graham, dos piezas para su rotación, aunque en la franquicia existe aún la visión de que los Warriors podrían traspasar a Russell una vez Klay Thompson se recupere de su lesión. Y en ese escenario la puerta para su llegada se reabriría.

Minnesota también incorporó a Jake Layman, Noah Vonleh y Jordan Bell, refuerzos encaminados sobre todo a cubrir una rotación interior que se quedó, además de sin Saric, sin el veterano Taj Gibson. Derrick Rose, tras una fantástica campaña desde el banquillo, también dejó el equipo. Al igual que Tyus Jones, agente libre restringido sobre el cual los Wolves no quisieron igualar la oferta de Memphis (28 millones por 3 años).

Towns sí, Wiggins aún no

Lo que sí puede tranquilizar a Minnesota es la continuidad de Karl-Anthony Towns, que firmó su extensión (190 millones por 5 años) durante el culebrón Butler y representa claramente el pilar sobre el que construir. Towns elevó su uso ofensivo (28%, mejor marca de carrera) y fue capaz de producir en abundancia, pero hay dos detalles especialmente valiosos con él.

El primero es que dejó más que buenas sensaciones con su labor creativa (3.4 asistencias por partido). Siendo infinito su catálogo para anotar, tanto dentro (buenos datos jugando al poste y en continuaciones al aro) como fuera (tremendo 41% en triples tras recepción), ese impulso a la hora de generar para el resto supone un importante valor añadido para un jugador al que se busca mucho en poste bajo (12.9 recepciones ahí, marca más alta de la Liga). Aún tiene camino por delante, pero lo visto es sugerente.

El segundo es su respuesta defensiva. Towns limitó a los rivales a un 57.2% de acierto en la zona restringida (inmediaciones del aro) en un gran volumen de intentos, la mejor marca de su vida y una cifra no lejana a la de Jarrett Allen o Myles Turner y más eficiente que la de Al Horford o Steven Adams. El interior de los Wolves tiene condiciones para ser un excelente defensor y su paso adelante en ese ámbito, tras varios años con dudas, invita al optimismo con una defensa que vive instaurada en las sombras (cinco años seguidos entre los seis peores datos de la NBA).

Sin embargo las buenas noticias con Towns no se vieron acompañadas por las de su compañero Andrew Wiggins. El canadiense tiene aún 24 años, por lo que se sigue esperando su explosión, pero las muestras con el paso de los años van apagando las esperanzas. Y de paso aumentando la preocupación con un perfil al que le restan por cobrar 122 millones de dólares en los próximos cuatro años.

Wiggins no ha sido capaz de proyectar sus enormes condiciones defensivas y en ataque se encamina cada vez más hacia ser únicamente un anotador de volumen (gran cantidad de tiros para baja productividad), mucho menos de lo que se esperaba de él.

El exterior canadiense confirmó su regresión en porcentajes (41% de campo), en buena medida por sus problemas tanto desde la zona restringida (muy pobre su 58%, dado su poderío físico) como desde la media distancia (35%). Sin ser un especialista al triple, ni sobre bote ni tras recepción; ni tampoco un eficiente creador, el problema está servido.

Reto difícil para Saunders

Minnesota, cuyo espacio de ataque ha representado un drama los últimos cinco años (todos ellos entre los cinco peores datos de volumen de triples intentados), parece un bloque necesitado de formatos pequeños, por lo que se esperan estructuras que tengan a Gorgui Dieng (33 millones por cobrar en los próximos dos cursos), Jordan Bell o Noah Vonleh como relevos de Towns en el cinco. Pero no se descarta que, por motivos defensivos (ahí también existen problemas), puedan coincidir dos del elenco en cancha.

En un escenario small-ball, Robert Covington apunta a hombre clave, tanto por su capacidad de lanzar de tres (en cantidad la más pronunciada del bloque, aunque con porcentajes limitados) como por su versatilidad defensiva. No obstante, conviene prestar atención a qué tipo de equilibrio atrás busca el técnico, ya que los Wolves sufrieron mucho el pasado año en su rebote defensivo y tampoco les conviene cargar a Towns de trabajo en su aro.

Josh Okogie (Nigeria); Foto: FIBA

Foto: FIBA

El desarrollo colectivo, a ambos lados de la pista, se encuentra en manos de su núcleo exterior. Con el ya citado caso de Wiggins como epicentro y el del novato Culver necesitado de mayor paciencia (aunque debiera ya de inicio contar con una buena cuota de minutos), uno de los perfiles más sugerentes es el de Josh Okogie. Y es que elegido fuera de Lotería (número 20), el nigeriano dejó buenas sensaciones a medida que avanzaba su año de estreno.

Su tiro exterior está por desarrollar pero como jugador que transmite energía e implicación defensiva ya es necesario. Unir su acción a la de Covington puede flexibilizar bastante la defensa del pick&roll de los Wolves, en datos decentes pero con material para elevarlos. El curso pasado ambos solo coincidieron 92 minutos en pista, con excelentes resultados defensivos para Minnesota (por debajo de 103 puntos recibidos por 100 posesiones). Es una situación a seguir.

Más allá, la rotación ofrece como bases al veterano Jeff Teague (síntomas de regresión el pasado año) y Shabazz Napier, interesante para la segunda unidad; así como las presencias de Jake Layman y Keita Bates-Diop en las alas. Se puede añorar, eso sí, la figura de un desequilibrio anotador desde el banco, el perfil que tan bien ejerció Rose la última campaña y que en esta parece vacante.

La estructura defensiva tiene recursos interesantes, aunque por levantar (cinco años seguidos entre los siete peores datos atrás). Y la ofensiva cuenta con la paradoja de tener a uno de los prototipos interiores más vanguardistas de la Liga en un contexto antivanguardia de asfixia en el tiro exterior. No es pequeño el desafío para Saunders, con bastante por trabajar tanto a nivel individual como colectivo.

 Datos de lupa:

  • Colectivo:

Minnesota firmó el peor dato defensivo de su historia como franquicia (112.2 puntos recibidos por 100 posesiones).

  • Individual:

Karl-Anthony Towns registró un PER (Índice de Eficiencia Individual) de 26.3, quinto mejor dato de la Liga.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 124.7 millones
    • Límite salarial: 109.1 millones
    • Impuesto de lujo: 132.6 millones
    • Mínimo salarial: 98.2 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Jugador a seguir:

Si imaginásemos el prototipo ideal de interior moderno el resultado sería algo muy parecido a Karl-Anthony Towns. Grande pero muy móvil, con poder para marcar diferencias tanto desde el tiro exterior como en el poste bajo, de buena capacidad pasadora y posibilidades totales en el apartado defensivo, ante cualquier perfil rival. Qué mejor forma de demostrar su nivel que resucitando un proyecto abrazado a la inconsistencia. Su techo es el cielo pero su reto será colectivo.

Karl-Anthony Towns (Timberwolves); Foto: David Sherman / Getty Images

Foto: David Sherman / Getty Images

 

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