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Guía NBA 2018/19: Atlanta Hawks, por Andrés Monje

Guía NBA 2018/19: Atlanta Hawks, por Andrés Monje

Memoria 2017-18
Balance: 24-58. Últimos del Este y tercer peor récord NBA
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
102.4 (26º) 100.6 (8º) 108.2 (21º)
Ataque 4 Factores Defensa
51.2% (22º) % efectivo en tiros 53.6% (25º)
23.6% (23º) Tiros libres 23.7% (10º)
15.4% (29º) Pérdidas 15% (7º)
21.1% (22º) Rebote ofensivo 23.8% (27º)
Ataque Triple Defensa
36.3% (6º) Volumen 35.4% (23º)
36% (16º) Acierto 37.7% (29º)
Glosario de la Memoria 2017/18:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos anotados cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos de campo / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el volumen total.
* Volumen de triples: porcentaje de lanzamientos (intentados o permitidos) de tres puntos sobre el total de tiros de campo/ Acierto de triples: porcentaje de acierto (propio o permitido) en lanzamientos de tres puntos.

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Los Hawks han estado diez años seguidos jugando la fase final pero la progresiva desmantelación del (brillante) equipo que alcanzó Finales de Conferencia en 2015 alcanzó su punto álgido el pasado curso, donde ganaron solo 24 encuentros. Y de hecho la contratación de Lloyd Pierce para el puesto de técnico, tras la salida de Mike Budenholzer, puede considerarse como un mensaje claro sobre el nuevo rumbo.

Pierce, que vivirá su primera aventura como entrenador jefe NBA, llega procedente de los Sixers, donde ha sido asistente durante la etapa oscura de ‘El Proceso’. Será posiblemente vivir de nuevo ese escenario lo que le toque en Atlanta, aunque a su favor con la experiencia de ver cómo lo gestionó Brett Brown en Philadelphia. En realidad ambos contextos comparten fondo, la enorme necesidad de acumular talento de primer nivel, por lo que la paciencia va a ser obligatoria para todo aficionado de los Hawks.

Travis Schlenk, General Manager, es conocido por su instinto a la hora de evaluar talento joven (le avala más de una década en los Warriors) y, más allá de las apuestas de este verano en el Draft, su acierto a la hora de seleccionar jugadores en los años venideros puede marcar la diferencia para el proyecto. Porque además de su (presumiblemente altísima) elección del próximo sorteo en junio, Atlanta cuenta con el pick de Cleveland (protegido top 10) y el de Dallas (protegido top 5) para rearmarse, junto a una enorme flexibilidad salarial para ir modulando el plan a su antojo.

Vince Carter

Foto: Getty

Los movimientos de mercado han sido limitados este verano y centrados por un lado en despejar compromisos deportivos y económicos (de ahí la salida de Dennis Schröder) y por el otro en absorber veteranos que puedan estabilizar un grupo muy joven (como Vince Carter y Jeremy Lin) o aprovechar algún talento sin explotar disponible (el caso de Alex Len, firmado por 8.5 millones y 2 temporadas).

En cierto modo la idea se ha adentrado por completo ya en terreno de siembra y desarrollo, ajena a objetivos a corto plazo y centrada en la captación de varios talentos. Circunstancia que, unido a los jugadores que puedan explotar de entre lo disponible, pueda sugerir un medio plazo de ilusión. Por el camino, descubrir qué tipo de perfiles pueden ser Trae Young, John Collins, Taurean Prince, Omari Spellman o Kevin Huerter.

El enigma Trae Young

De entre todos el caso más sugerente lo representa, y con diferencia, Trae Young. El base (1.88 metros) cuajó en Oklahoma una temporada para la historia en NCAA, promediando 27.4 puntos y 8.7 asistencias mientras hacía gala de un rango, velocidad y acierto en tiro tras bote realmente asombrosos. Young anotó el 36% de sus triples con un volumen gigantesco (más de 10 intentos por partido), buena parte de ellos punteados y tras bote. Siendo, a la vez, un jugador fantástico produciendo ventajas para sus compañeros.

Su problema está en el plano físico. Young es casi una réplica del Stephen Curry que llegó a la NBA. Sufrirá por tamaño y/o impacto físico ante prácticamente cualquier otro base en la Liga, por lo que puede ser buscado y castigado atrás. Tendrá problemas a la hora de penetrar a canasta y finalizar con éxito, ante defensas de mayor poder atlético y recursos. Y en realidad necesitará una adaptación paulatina para que su talento creativo no mute en un torrente de pérdidas, aspecto que ya le penalizó a nivel universitario y puede verse agravado en NBA. Es decir el enigma con él es justificado.

Pero ese enigma, a la vez, representa lo más hipnótico al verle. Y es que para la NBA más perimetral de la historia, donde el triple crece su influencia año tras año y el recurso tras bote se convierte en crucial, Young es pura dinamita. Su don ofensivo con el tiro lleva el concepto gravedad (cantidad de espacio que un atacante obliga a defender al rival) al máximo nivel conocido. Young puede armar en tres décimas de segundo triples tras bote desde nueve metros. Y anotarlos con frecuencia. Es un jugador que estira de forma natural la defensa y genera espacios para el resto.

Con plenos galones desde el inicio, cómo desarrolle su nivel físico y se acostumbre al ritmo/exigencia profesional va a resultar esencial. Pero conviene ser pacientes con él, a pesar del efecto que genera un jugador con una cualidad tan alejada de la media. Porque si la traslación a la posición de base NBA es la más compleja de todas, en su caso, con un perfil físico tan por desarrollar, puede costarle aún más.

Por eso descubrir hasta qué punto puede sobrevivir defensiva y físicamente en una competición tan exigente, es decir hasta dónde las sombras puedan nublar las luces, representa el escenario por resolver. Si logra adaptarse, puede ser un jugador muy especial.

De carencias y oportunidades

El reto de Pierce va a estar marcado a corto plazo por, más que construir una identidad colectiva (que también), desarrollar individualmente a los jóvenes para que ofrezcan su mejor versión. Además de Young, en Atlanta destacan varios nombres de distintos perfiles sobre los que conviene prestar atención.

El primero de ellos es John Collins, de apenas 21 años y que tras el All-Star dejó buenas muestras, ya en su año de novato, de qué tipo de jugador puede ser. Interior tremendamente móvil, de buena lectura en el juego de bloqueos y un molde físico más que sugerente, firmó 11 puntos y 8 rebotes en apenas 28 minutos en ese tramo final. Su sociedad con Young promete vértigo y éxito masivo a poco que acompañe su buena finalización cerca del aro (69% de acierto ahí) con un tiro solvente desde la media distancia… en el que ha trabajado este verano.

Foto: Getty

El caso de Alex Len también debe ser seguido en la pintura. Porque siendo una máquina de producción ofensiva en tramos cortos, su impacto real en los partidos ha sido limitado durante sus cinco años de carrera en Phoenix. Quizás un contexto nuevo, con mayores posibilidades de minutos en Atlanta, le pueda hacer adquirir consistencia. Los novatos Kevin Huerter y Omari Spellman, excelentes tiradores (uno en las alas y otro como cuatro abierto) con la asignatura pendiente de cómo se adaptarán físicamente a la NBA, podrán tener oportunidades. Porque lo bueno de Atlanta es que, con estructuras por definir, van a ser los jugadores con su evolución los que vayan tomando su sitio.

De la baraja de alternativas, el perfil más formado es el del alero Taurean Prince. Que de hecho puede pasar ya por uno de los mejores ejemplos de especialista ‘3&D’ en la Liga, es decir de aquellos jugadores que abren la pista con acierto exterior y son sólidos en su aportación atrás. Prince rindió a un excelente nivel el segundo tramo de campaña, con ciertos detalles además de poder ser un hombre útil en sistemas de circulación de balón. Ahí puede radicar su verdadero salto, en ver si es capaz de ejercer como generador secundario. Incluso no siéndolo, su valor como complemento es muy interesante para Atlanta.

Uno de los factores positivos que puede encontrar Pierce a la hora de foguear a sus jóvenes es apoyarse en la presencia de veteranos con buenos hábitos de trabajo y moldeables en el vestuario. Atlanta cuenta con Kent Bazemore en las alas, un más que decente (aunque caro) prototipo de alero versátil; y Dewayne Dedmon en la zona, uno de los interiores de rotación más sólidos y duros de la Liga. Además, la llegada de Vince Carter y Jeremy Lin circula en ese sentido, pudiendo dar ambos buen rendimiento desde el banquillo, a la espera de ver cómo regresa Lin tras dos años con muchos problemas de lesiones.

 Datos de lupa:

  • Colectivo:

Atlanta fue el mejor equipo de la Liga anotando triples desde las esquinas, con un 42.6% de acierto.

  • Individual:

Taurean Prince estuvo en el top 10 NBA de acierto en triples tras recepción (mínimo cuatro intentos por partido), con un 41.1%.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 106.1 millones
    • Límite salarial: 101.8 millones
    • Impuesto de lujo: 123.7 millones
    • Mínimo salarial: 91.6 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Jugador a seguir:

Un rango de tiro ilimitado, y tras bote, para un jugador que tiende a radicalizar posturas. Para unos Trae Young apunta al cielo y para otros a estrellarse. Las dudas que presenta en el apartado físico, sobre todo de cara a ver cuánto penaliza su presencia defensivamente, centran el debate con Young, un joven extremadamente creativo y que deberá liderar desde el inicio un proyecto sin aspiraciones competitivas a corto plazo.

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