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Guía NBA 2018/19: Brooklyn Nets, por Andrés Monje

Guía NBA 2018/19: Brooklyn Nets, por Andrés Monje

Memoria 2017-18
Balance: 28-54. Fuera de Playoffs en el Este
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
104.3 (21º) 101.1 (6º) 108.5 (25º)
Ataque 4 Factores Defensa
51.4% (18º) % efectivo en tiros 51.7% (11º)
26% (11º) Tiros libres 26.2% (22º)
14.9% (22º) Pérdidas 12.2% (30º)
21% (24º) Rebote ofensivo 23% (19º)
Ataque Triple Defensa
41.1% (2º) Volumen 27.4% (1º)
35.6% (20º) Acierto 36.9% (23º)
Glosario de la Memoria 2017/18:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos anotados cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos de campo / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el volumen total.
* Volumen de triples: porcentaje de lanzamientos (intentados o permitidos) de tres puntos sobre el total de tiros de campo/ Acierto de triples: porcentaje de acierto (propio o permitido) en lanzamientos de tres puntos.

brooklyn

Reanimar el proyecto de los Nets no era sencillo. Nada sencillo si se recuerda (y es difícil de olvidar) el traspaso por el que los Celtics condenaron a Brooklyn hace cinco años, con Kevin Garnett (37 años entonces) y Paul Pierce (35) llegando a los Nets a cambio de sacrificar primeras rondas como si no hubiera un mañana. Efectivamente no lo iba a haber.

El movimiento, considerado uno de los peores de la historia de la Liga, ha hecho la reconstrucción de la franquicia extremadamente compleja. Porque una vez se apagó el cortoplacismo y llegaron las derrotas, estas no podían traducirse en jóvenes de talento vía Draft. La espiral dramática no tenía fin.

La llegada de Sean Marks a la Gerencia comenzó a apartar la oscuridad. Hasta el punto de que podría decirse que, en este punto, Brooklyn construye ya un proyecto saludable. Marks ha seguido una simple forma de operar: timing y objetivo, es decir saber cuándo y con quién negociar. Conociendo el deseo de los Lakers por Lonzo Ball, consiguió a D’Angelo Russell el pasado año aceptando a cambio el costosísimo contrato de Timofey Mozgov y. Y este verano no ha parado.

Así se ha hecho con Ed Davis y Shabazz Napier, piezas interesantes de rotación, debido al ahogo salarial que tenían los Blazers. Así se ha hecho con varias rondas de Draft por parte de los Nuggets, con la condición de asumir el contrato (que expira el próximo verano) de Kenneth Faried. Y así aceptó el acuerdo de Dwight Howard, procedente de Charlotte y posteriormente cortado, para ahorrar un año de contrato y despejar su panorama salarial a un año vista.

Los Nets podrían optar a dos contratos máximos el próximo verano. Y aunque su interés deportivo resultará escaso para grandes estrellas, el factor económico podría ayudar a jugadores de un perfil menor. Jugadores que pueden ver con buenos ojos un proyecto (ya sí) serio, con responsabilidades ofensivas vacantes y en el mercado de Nueva York.

La labor de Marks está siendo impecable. Y resulta esencial aproximarse hacia ella para entender hacia dónde van los Nets mientras tratan de salir del agujero. La luz ya está cerca.

Russell con Dinwiddie

Si la figura de Marks es importante para describir el proyecto, también lo es la de su técnico, Kenny Atkinson, uno de esos casos de entrenadores que dirigen a equipos perdedores… pero están haciendo una muy buena labor. El contexto siempre importa.

Un equipo sin el suficiente talento para competir por un puesto en la fase final no debe ser juzgado solo por su resultado final. Y más allá de él, Atkinson ha focalizado sus esfuerzos en dos aspectos clave: crear una identidad vanguardista, que pueda ser reconocible y usarse a medio plazo, y desarrollar jugadores. Esto último no siempre con el fin de retenerlos, por cierto, sino con intereses de elevar su valor de mercado.

Uno de los casos más evidentes de progresión es el de Spencer Dinwiddie, que aprovechó el curso pasado para absorber focos. Un perímetro que inicialmente contaba con Jeremy Lin y D’Angelo Russell asumiendo galones se encontró con la baja para toda la temporada del primero y la posterior lesión del segundo. Esa vacante la aprovechó Dinwiddie, uno de los jugadores de mayor progresión del curso.

Desde el puesto de uno absorbió responsabilidades y se mostró como un jugador de buena lectura en el juego de bloqueos, con capacidad para tirar y organizar. Su confianza creció, Atkinson le entregó las llaves ofensivas y el jugador explotó. Meses más tarde, y a las puertas de un contrato importante (cobrará 1.6 millones este curso pero es agente libre en verano), el escenario para él ya es bien distinto.

Con Lin traspasado, el backcourt parece preparado para la coexistencia de Dinwiddie con Russell, a día de hoy el jugador de mayor potencial del proyecto. Y de cómo se complementen ambos pueden partir buena parte de las opciones competitivas a corto plazo. En ese sentido, encaminar a Russell a un mayor uso en jugadas de pura ejecución, aprovechando su tiro y capacidad para moverse sin balón, parece la opción más lógica.

Russell es un jugador muy creativo y al que le gusta manejar el balón (en ocasiones demasiado), pero su nuevo socio (así como su suplente, Napier) y, en realidad, el perímetro de los Nets, más capaz de abrir la pista y mantener ritmos elevados, puede favorecer que se centre en lo que actualmente mejor hace: anotar. Con 22 años y en la antesala de su primer gran contrato, ha empleado el verano en mejorar su físico. Si las lesiones le respetan y gana consistencia puede estar ante un año de explosión.

Buenas formas, falta fondo

A nivel competitivo es de esperar que a Brooklyn le siga faltando armamento como para asaltar la zona noble, tanto en ataque como en defensa faltan jugadores de primer nivel. Pero sí es posible contemplar cómo se está construyendo una estructura de éxito.

Los Nets ejecutan a la perfección el diseño vinculado a la analítica. Es decir, la identificación de desde dónde producir en ataque y evitar que lo hagan en defensa. El curso pasado sólo los Rockets tuvieron en ataque un mayor uso del triple (41.1%) y un menor de la media distancia (14.5%). Y en defensa el equipo de Atkinson fue directamente el mejor en ambas, permitiendo el menor volumen de triples (27.4%) y el máximo de media distancia (28%).

No sólo ahí, con ritmos muy elevados (y una rotación muy amplia, para mantener alta intensidad) los Nets pueden correr a menudo, aunque su efectividad fuese muy pobre ahí (sólo un punto por posesión en esas jugadas). Al igual que con grandes secuencias de circulación (tercer mayor dato en pases por encuentro) pueden obtener un buen volumen de tiros abiertos, sin gran oposición rival, aunque su acierto después tampoco acompañase. En ese sentido, el caso de Brooklyn es fácilmente identificable: conocen y aplican la teoría pero les falta el talento suficiente como para encontrar éxito en la práctica.

En lo que al tiro respecta, la presencia de Allen Crabbe, DeMarre Carroll y Joe Harris (renovado este verano, 16 millones en 2 años) va a ser clave. Porque las alas, de rol más marcado, deben magnificar el espacio y conceder vías de penetración para Dinwiddie y Russell. Con el caso a seguir, eso sí, de Caris Levert, con gran capacidad creativa como para plantear quintetos mucho más dinámicos.

Foto: Getty

Levert tuvo tramos de juego muy buenos tras el All-Star, algo que compartió con el novato Jarrett Allen, muy móvil para su tamaño y con amplio margen de mejora. Allen está ante una gran oportunidad de despuntar en un equipo que facilita enormemente el juego de interiores atléticos y de buena finalización. Su competencia, Ed Davis y Kenneth Faried, también se amolda a ese perfil. Siendo los formatos con Atkinson pequeños, con solo un interior, Allen deberá ganarse esos minutos.

Otro de los jugadores clave en ese sentido, a la hora de equilibrar quintetos, puede ser Rondae Hollis-Jefferson, que suele ser usado como cuatro y pese a no tener tiro de tres sirve como lanzadera de transiciones y alternativa desde el bote. Su caso, como el de Levert, resulta de especial interés en un equipo con buen plan pero aún falta de pegada y carencias interiores, especialmente a la hora de proteger el aro y el rebote, aspectos que de corregirse podrían permitir progresión defensiva real a un bloque aún muy frágil ahí.

Datos de lupa:

  • Colectivo:

A pesar de su alto ritmo de juego, Brooklyn fue el segundo mejor equipo defendiendo transiciones (solo concedió 1.04 puntos por posesión).

  • Individual:

Spencer Dinwiddie repartió el curso pasado 4.09 asistencias por cada balón que perdió. Fue el segundo mejor dato de la Liga.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 115.9 millones
    • Límite salarial: 101.8 millones
    • Impuesto de lujo: 123.7 millones
    • Mínimo salarial: 91.6 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Jugador a seguir:

El mayor talento de los Nets apenas pudo disputar 48 partidos la pasada campaña. Sus promedios de más de 15 puntos y 5 asistencias en apenas 26 minutos invitaron al optimismo pero D’Angelo Russell, especialmente aplicado este verano en el plano físico, sabe que tiene un buen contexto para brillar y validar de verdad la apuesta de la franquicia por él a mayor plazo. Con Dinwiddie restándole peso creativo, puede encontrar más y mejor calidad de tiros.

Foto: Nathaniel S Butler/NBAE via Getty Images

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