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Guía NBA 2018/19: Houston Rockets, por Andrés Monje

Guía NBA 2018/19: Houston Rockets, por Andrés Monje

Memoria 2017-18
Balance: 65-17. Primeros del Oeste. Eliminados en Finales de Conferencia (Golden State, 3-4)
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
112.2 (2º) 99.7 (14º) 103.8 (6º)
Ataque 4 Factores Defensa
55.1% (2º) % efectivo en tiros 52.1% (13º)
29.8% (3º) Tiros libres 22.9% (6º)
13.8% (11º) Pérdidas 14.5% (11º)
21.3% (21º) Rebote ofensivo 20.1% (3º)
Ataque Triple Defensa
50.2% (1º) Volumen 33.7% (15º)
36.2% (13º) Acierto 35.1% (7º)
Glosario de la Memoria 2017/18:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos anotados cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos de campo / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el volumen total.
* Volumen de triples: porcentaje de lanzamientos (intentados o permitidos) de tres puntos sobre el total de tiros de campo/ Acierto de triples: porcentaje de acierto (propio o permitido) en lanzamientos de tres puntos.

rockets

El pasado curso Houston estuvo 3-2 arriba en las Finales de Conferencia ante los aparentemente invencibles Golden State Warriors. Fue la constatación de que la obra diseñada por Daryl Morey y Mike D’Antoni, proyectada en pista por James Harden y Chris Paul, podía llegar al cielo. Paradójicamente en ese punto, tan cercano a la cima, la gloria se esfumó de forma amarga.

Chris Paul, lesionado, no pudo participar en el sexto y séptimo partido. Y en ese último duelo los Rockets encadenaron una racha de 25 triples fallados de forma consecutiva. Ver para creer. El equipo mimetizado con la vanguardia, al que el triple había convertido en inexpugnable, acabó siendo abrasado por un bloqueo mental en el tiro.

La franquicia paradigma de evolución y análisis exhaustivo del juego, el equipo cuyo diseño en pista se realiza en base a productividad y eficiencia estadística, volverá a ser candidata. Al amparo del sabermetrics y del talento que exhibe en pista. Pero deberá serlo de un modo algo distinto a la milimétrica construcción y aplicación de roles que desplegó hace una campaña.

Su ataque polarizado puede mantener una fuerza histórica e invita a confiar, especialmente por dos motivos. El primero que su talento perimetral, encabezado por Harden y Paul en todo lo creativo, marca diferencias en situaciones esenciales para el esquema: pick&roll, aclarado y transición. Ambos cuajaron temporadas brillantes, especialmente el primero, que conquistó su primer galardón de MVP. Y pueden repetir.

Harden y Paul tuvieron los dos mejores datos de la NBA en acciones de uno contra uno, llevando a la franquicia al mejor dato de siempre (1.12 puntos por posesión). En el pick&roll estuvieron en el top 10 de efectividad y también dominaron la transición con claridad (Houston fue el equipo más productivo ahí, con 1.2 puntos por acción).

Chris Paul (Rockets); Foto: Jesse D. Garrabrant / Getty Images

Foto: Jesse D. Garrabrant / Getty Images

Ambos suplen sus descansos (creando un escenario de 48 minutos con un generador de élite) y coexisten de forma natural en formatos de cuatro hombres abiertos y un interior, produciendo a niveles masivos. Y los roles secundarios se limitan a ejecutar esas ventajas que ellos producen, tanto desde el triple (ocho hombres por encima del 36% de acierto en triples, con gran volumen de intentos) como en cortes al aro (Capela fue el mejor jugador de la Liga en situaciones de pick&roll, con 1.34 puntos por posesión).

El segundo motivo es que el diseño de ataque es el más eficiente conocido. El 50.2% de los tiros intentados por Houston fueron triples, marca más alta en la historia NBA. Y solo el 10% llegaron desde el midrange, la zona menos eficiente para lanzar. Habiendo ganado además consistencia a media pista y capacidad de limitar pérdidas con la llegada de Paul (renovado este verano por 160 millones y 4 años), Houston es un monstruo ofensivo de calibre histórico.

Rearmar la defensa

Sin embargo el problema va a estar atrás. Los Rockets dieron un salto cualitativo tremendo en su defensa, cerrando la Liga con el sexto mejor registro (tercero mejor tras el All-Star). Pero por un lado su arquitecto ahí, Jeff Bzdelik (asistente de D’Antoni), ha decidido retirarse; y por el otro el equipo ha perdido dos piezas clave en su estructura, Trevor Ariza y Luc Mbah a Moute, ideales para su esquema de total versatilidad. Obligatoria si te mides a los Warriors.

La forma de suplirlos encamina a otro escenario. La franquicia solo se ha hecho con Carmelo Anthony (traspasado por los Thunder y después cortado por los Hawks) y James Ennis para esas vacantes en las alas. El segundo se adapta al necesario perfil de especialista, solo que en un nivel inferior, pero el primero merece consideración aparte. Tampoco los refuerzos perimetrales de Brandon Knight y Michael Carter-Williams o el interior de Marquese Chriss parecen ajustarse a la necesidad de aleros versátiles. Las dudas han aparecido.

El sistema defensivo de Houston se construye a partir de abusar de los cambios de asignación y limitar el punto débil, es decir usar jugadores intercambiables y no mostrar ninguno que pueda ser claramente atacado por el rival. Tener en pista a perfiles como Paul, PJ Tucker y Clint Capela facilita la lectura defensiva y secuencias de ayudas, pero resulta clave no tener agujeros. Y los Rockets ahora tienen uno.

Carmelo Anthony es un fantástico ejecutor y un buen anotador. Pero atrás compromete cualquier esquema por su falta de movilidad y a menudo también de implicación. Y si Houston tiene una pieza claramente a castigar por el adversario, la solución más factible es borrarla de la rotación cuando el reto sea muy exigente. Si bien Anthony no es Ryan Anderson, su ejemplo bien vale para ilustrar la situación. Es una cuestión sistémica.

Al haber perdido profundidad en las alas, la dependencia de Tucker será notable. Y posiblemente ejerciendo aún más como cuatro, para poder –junto a Capela- ofrecer la agresividad en los interiores que necesita el plan. Ambos marcan, en gran medida, la estructura. Porque si no dominan el plan puede caer.

Capela, que renovó en verano (90 millones en 5 años), vivió el año de su vida. Y su evolución sigue estando en fases relativamente tempranas, sobre todo en cuanto a su impacto en defensa y rebote. Eso sí, los Rockets le van a necesitar en mayor minutaje y con más responsabilidades esta temporada ante la ‘desnudez’ de la rotación.

Qué Carmelo ver

Después de un curso sensacional, Houston se encuentra ahora en un escenario particular. Y es que para repetir candidatura necesita que un jugador nuevo, de rol en principio secundario, esté a su mejor nivel. Ese jugador es Carmelo Anthony.

En el primer año de su carrera por debajo del 28% de uso ofensivo, reducido al rol de tirador en muchos momentos ajeno al balón, su respuesta fue pobre, con un 37% en triples tras recepción y sin actitud defensiva. El sistema ofensivo de Houston comparte diversos rasgos con el que Anthony vivió en Oklahoma: muy polarizados, el balón siempre en manos de dos exteriores, muy pocos pases y los secundarios esperan mientras abren la pista para ejecutar. Y si bien Houston presenta una tercera alternativa creativa (Eric Gordon), al final se trata de otro jugador pequeño que puede tirar con efectividad tras bote.

Carmelo Anthony

Foto: Getty

Por ello la actitud de Anthony va a ser diferencial. Como cuatro abierto puede ser devastador en un ataque que le va a servir más y mejores ventajas que nunca antes (Paul y Harden son extraordinarios pasadores). Pero debe entender primero que su rol será especialmente ejecutar (sin amasar balón) y segundo que sus minutos tienen especial valor atrás.

La rotación exterior ya conoce a Eric Gordon, excepcional para coexistir con Paul o Harden (incluso con ambos) y Gerald Green (muy útil en su rol de tirador), como la interior a Nene Hilario (excelente recambio al cinco). Pero el resto son enigmas. Salvo James Ennis, en principio muy necesario por su perfil físico y defensivo, Brandon Knight, Michael Carter-Williams y Marquese Chriss tienen un rendimiento e incluso un rol por determinar. Es decir, la plantilla ha perdido profundidad y señas de identidad.

El poder ofensivo debe volver a ser apabullante, a pocos que sus dos cerebros estén a un nivel correcto. Pero será la defensa, lo que elevó de verdad las opciones de los Rockets, el aspecto que determinará cómo de candidatos serán.

 Datos de lupa:

  • Colectivo:

Houston ganó 53 de los 60 partidos que disputó en los que coincidieron Paul, Harden y Capela en pista. El balance fue 42-3 en fase regular y 11-4 en Playoffs.

  • Individual:

James Harden protagonizó la temporada más dominante de la historia en situaciones de aclarados (uno contra uno): 1.22 puntos por posesión en 10 acciones por partido.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 131.1 millones
    • Límite salarial: 101.8 millones
    • Impuesto de lujo: 123.7 millones
    • Mínimo salarial: 91.6 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Jugador a seguir:

El jugador con el uno contra uno más devastador y eficiente del mundo es, además, un extraordinario creador para el resto. El cóctel de pase, bote y tiro de James Harden, unido a su potencia física para encarar el aro, le convierten en un jugador imparable. Más descargado de responsabilidades por la llegada de Paul, recuperó incluso buenas sensaciones defensivas en los Rockets. Pero tras el MVP lo siguiente ha de ser el anillo.

James Harden

Foto: Getty

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