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Guía NBA 2019/20: Boston Celtics, por Andrés Monje

Guía NBA 2019/20: Boston Celtics, por Andrés Monje

Memoria 2018-19
Balance: 49-33. Cuartos del Este. Eliminados en Segunda Ronda (Milwaukee, 4-1)
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
111.3 (10º) 100.4 (16º) 107 (6º)
Ataque 4 Factores Defensa
53.4% (7º)  % efectivo en tiros 51.4% (9º)
21.5% (30º) Tiros libres 25.9% (18º)
12.7% (3º) Pérdidas 15% (8º)
25.7% (24º) Rebote ofensivo 27.2% (15º)
Ataque Triple Defensa
38.1% (9º) Volumen 38.1% (26º)
36.5% (7º) Acierto 34.4% (6º)
Glosario de la Memoria:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos anotados cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos de campo/ Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el volumen total.
*Volumen de triples: porcentaje de lanzamientos (intentados o permitidos) de tres puntos sobre el total de tiros de campo/ Acierto de triples: porcentaje de acierto (propio o permitido) en lanzamientos de tres puntos.

celtics

El sexto episodio de la era Stevens se convirtió en el más traumático de todos. Por primera vez en el ciclo los Celtics no ganaron más partidos de fase regular (49) que el curso anterior (55). Y no fue casual. Las expectativas, las máximas posibles, ahogaron a Boston hasta acabar desdibujando su propia identidad, rasgo innegociable que hasta entonces parecía incluso indestructible.

La química de equipo, inexistente, pulverizó las opciones de su plantilla. Boston perdió consistencia defensiva, rutina del esfuerzo, atención al lado débil. Pero también solidaridad ofensiva, con el equipo circulando el balón mucho menos, y colmillo (tercer peor dato NBA en jugadas de uno contra uno). Stevens tuvo más recursos que nunca, pero su idea se perdió por el camino. Los Bucks ajusticiaron a Boston en Segunda Ronda y el verano cambió definitivamente el proyecto.

Kyrie Irving, verso libre y periódica fuente incendiaria para el vestuario, dejó el equipo en la agencia libre. Pero hubo más: Terry Rozier, Marcus Morris, Aron Baynes y Al Horford tampoco siguen. Y este último personifica, además, el punto y aparte. Por las formas (inesperada ruptura) y el fondo (ha sido el jugador vertebral en lo colectivo desde su llegada). En total, cinco de los nueve principales hombres de rotación el pasado curso no continúan en plantilla. El cambio de rumbo es evidente.

Los Celtics no pudieron hacerse con Anthony Davis, que acabó en los Lakers, pero sí encontraron sustituto a Irving. Y uno que, bien contextualizado, puede dar más luz de la que aparenta: Kemba Walker. Sin embargo, considerando lo que se ha marchado en la zona, las llegadas del turco Enes Kanter (10 millones por 2 años) y el exbaskonista Vincent Poirier (5 por 2) saben a poco, algo que obligará a Stevens a dirigir su pizarra hacia su más íntimo deseo: la versatilidad de sus aleros.

Foto: Brian Babineau/NBAE via Getty Images.

Porque serán Jaylen Brown, Jayson Tatum y Gordon Hayward quienes marquen de verdad qué pueda ser Boston esta temporada. El último a partir de su estado físico, clave para proyectar su talento e inteligencia, los dos primeros en base a dar el paso adelante que el proyecto exige, no ya con fines máximos (el anillo) sino con aspiraciones tangibles (presentar batalla en el Este).

Jaylen Brown se reencontró con su nivel (y su tiro) en la recta final de curso pero el segundo año de Jayson Tatum no exhibió progresión, cayendo en rutinas ofensivas peligrosas (pasó a lanzar más tras bote y desde zonas poco productivas, lo opuesto a lo ideal). La coexistencia de los tres es posible y su desarrollo imprescindible, lo que puede entregar a la estructura a lo que sean capaces de proponer en ataque y resistir atrás en formatos small-ball.

Una oportunidad con Kemba

La salida de Irving cierra un período fallido. Pero su recambio invita al optimismo. Boston se lanzó a por Kemba Walker (141 millones y 4 años) y la jugada puede resultar beneficiosa para ambas partes.

Para el base, porque en Boston encontrará más recursos a su lado de los que jamás ha dispuesto en Charlotte, donde a menudo estuvo obligado a crear y ejecutar toda ventaja ofensiva. Walker, hasta ahora una de las estrellas peor rodeadas de la NBA, dispone ahora de un foco para demostrar su dimensión real.

Para los Celtics, Kemba seduce por tres motivos. En primer lugar, por su personalidad, destacada a lo largo de su carrera, constructiva y que facilita la unión del grupo. Tras la experiencia con Irving, algo necesario. En segundo, por su nivel (25 puntos y 6 asistencias por partido el curso pasado) y timing de carrera (29 años y la primera oportunidad real de competir), que deben alimentar una transición positiva mientras los Jays (Tatum y Brown) evolucionan. Y en tercero, porque su tipología como jugador encaja muy bien con buena parte del libreto de Stevens.

Su capacidad de crear desde el bote (excelente uno contra uno y triple sobre dribbling) se une a su amenaza sin balón, expuesta en acciones de pases a la mano y bloqueos indirectos, que tanto y tan bien aprovecharon con Stevens primero Isaiah Thomas y después, aunque en menor medida, el propio Irving.

En acciones de pase a la mano, de hecho, ha promediado 1.05 puntos por posesión durante los últimos tres años, un dato casi calcado al de Thomas (1.06) durante su curso de explosión. Aquella campaña Stevens disparó la frecuencia de ese tipo de acciones (Boston lideró la Liga), algo que podría replicar con Kemba.

Al mismo tiempo, la ventana del pick&roll se abre por completo. Stevens ha sabido prescindir de un alto volumen de bloqueos directos en favor de sistemas de más circulación y movimiento, para involucrar más piezas. Pero con Walker la opción directa se activa. Nadie en la Liga ejecutó más acciones de pick&roll que él (11.8 por encuentro) y su acierto en ellas (superior al punto por posesión) le situó en la superélite. Walker es una mina de ventajas en ataques verticales, básicamente porque está acostumbrado a sostenerlos casi en solitario.

Eso sí, no todo será bello. A vigilar se encuentra su falta de experiencia en Playoffs (solo dos eliminatorias en su carrera) y además en el horizonte aparecen dos situaciones problemáticas. La primera es su capacidad defensiva, ya que por su escaso tamaño supone un mismatch casi permanente y un potencial problema en el pick&roll, algo que puede ser duro si coexiste con Kanter.

La segunda está asociada a la ausencia de Al Horford, director real de los ataques en Boston y un excelente facilitador de espacios. Horford le hacía la vida más sencilla al anotador exterior de su equipo, pero su marcha obliga a Stevens a encontrar otra llave para esa puerta. Quizás una con Hayward como bastión creativo desde el cuatro.

Defensa y pintura sin Horford

Y es que este verano los Celtics se quedaron sin su jugador estructuralmente más importante. Con 33 años, Al Horford salió al mercado para buscar un contrato más largo y de volumen. Pero este no acabó firmándose en Boston sino en un rival de división como los Sixers. Un mazazo para los Celtics.

El valor de Horford ha estado muy por encima de sus números simples. En ataque ejercía como cinco pero alejado del aro, creando espacios que después hacía útiles desde su buen tiro exterior y excelente lectura del juego. En defensa era ancla de un sistema que tenía en su versatilidad (sostiene interiores en la pintura y aguanta a ‘pequeños’ lejos del aro) un pilar esencial.

Su ausencia abre en canal la defensa, que ha de encomendarse ahora a otro tipo de apuesta, más agresiva y perimetral, centrada en proyectar a Marcus Smart, un perfil capaz de defenderlo casi todo y contagiar al resto con su lenguaje corporal e intensidad. Smart es la adrenalina de Boston y debe ejercer como gran pilar atrás. Pero sin Horford el reto es considerable para Stevens, también en parte porque su otro guardaespaldas, Aron Baynes, tampoco estará en plantilla.

Foto: Omar Rawlings/Getty Images.

El australiano volvió a producir bien tanto junto a Horford, en quintetos con dos grandes, como cuando este descansaba. Su perfil de ‘enforcer’ será añorado aunque en ese rol la baraja presente cuenta con Vincent Poirier como alternativa, sobre todo interesante en el rebote defensivo, donde los Celtics pueden sufrir y el francés destaca.

Y es que más allá de las opciones jóvenes (Robert Williams, Grant Williams e incluso el gigante Tacko Fall), con las que conviene tener paciencia, Boston va tener solo dos bazas de experiencia para su zona: Enes Kanter, tan productivo en ataque como difícil de ocultar en defensa, especialmente en el pick&roll; y Daniel Theis, útil para formatos dinámicos y pequeños pero una opción de mucho riesgo para el cinco a tiempo completo. Los Celtics deberán experimentar hasta encontrar su composición ideal.

Con una segunda unidad más enigmática, que podrá calibrar mejor a jugadores como Brad Wanamaker, Semi Ojeleye o los novatos Romeo Langford y Carsen Edwards, Stevens va a tener a los Celtics más bajo el radar pero con la obligación de recuperar la identidad perdida. La única que haría posible recobrar el rumbo de la esperanza.

Datos de lupa:

  • Colectivo:

Los Celtics dieron 296 pases por partido, su cifra más baja en cinco años.

  • Individual:

Kemba Walker anotó o asistió para un total de 1688 puntos en jugadas de pick&roll, el segundo dato más alto en toda la NBA.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 117.9 millones 
    • Límite salarial: 109.1 millones
    • Impuesto de lujo: 132.6 millones
    • Mínimo salarial: 98.2 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Jugador a seguir: 

La mejor oportunidad de su carrera para un base eléctrico, de enorme desequilibrio en el uno contra uno y con un progreso en múltiples áreas que le ha ubicado, con merecimiento, en la esfera de mejores bases de la NBA. Con mejor soporte competitivo del que haya contado nunca y un sistema que puede proyectar sus cualidades, Kemba Walker está llamado a encabezar el ataque de los Celtics esta temporada. Un anotador de primer nivel al servicio de la pizarra de Brad Stevens.

Foto: Omar Rawlings/Getty Images.

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