Partido loco en Oregón. En un duelo por entrar en los playoffs en cada conferencia, el acogía a los Portland Trail Blazers y los Washington Wizards. La locura se dejó ver en cada cuarto, lleno de parciales a favor de uno u otro equipo. El último, ya en la prórroga, fue el definitivo, y fue para el conjunto local, que se llevó el duelo por 116-109.
Lo hizo gracias a la locura en la que vive instalado desde hace algunas semanas Damian Lillard. El base All-Star lleva más de un mes a nivel MVP (si no fuera por Curry). En los últimos diez choques, ha pasado dos veces de 50 puntos. Además, es el segundo jugador de la liga que más partidos consecutivos llega pasando de los 20 (15, por detrás de los 48 de Kevin Durant) y se fue hasta los 41, 5 rebotes y 11 asistencias ante los Wizards. Se convierte en el tercer jugador de la historia, tras Robertson y LeBron James, en llegar a los 1.500 puntos y 400 asistencias en sólo cuatro temporadas.
Lillard apareció cuando su equipo más lo necesitaba, en el tiempo extra. Tras calentar motores en el primer cuarto (anotó 15 puntos en los primeros 12 minutos) dio lo mejor de sí mismo en los cinco minutos extra. En total, 9 de los 12 tantos que anotó su equipo llevaron su firma. Toda una declaración de intenciones para el sexto clasificado del oeste, que nunca se rinde: Henderson (12) el partido a la prórroga con un tremendo tapón sobre Gortat sobre la bocina.
John Wall (20) había puesto por delante a su equipo con un triple a falta de menos de 20 segundos (102-104) pero C. J. McCollum (18) antes de la bestial aparición de Henderson. Meyers Leonard (10+6) fue el otro jugador que sobrepasó la barrera de los 10 puntos para Portland, que rompió una racha de tres derrotas seguidas. Para los Wizards, Marcin Gortat fue un puñal bajo los aros (19+10) pero no pudo evitar la que fue también la tercera derrota seguida de su equipo.
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