“No están pitando nada, ¿de acuerdo chicos?”, dice el entrenador de los B-town Warriors en un tiempo muerto que se enfrentan a los Wheaton Wolves, ambos de quinto grado (10-11 años).
“¿Alguien choca contra ti y te caes? No lo voy a pitar”, dice Adrian Dantley. A sus 61 años, uno de los anotadores más prolíficos de la historia de la NBA ejerce de árbitro.
“Mis amigos piensan que estoy loco. Ninguno de mis hace lo que que hago yo. Ni siquiera puedo conseguir que ninguno de mis amigos para caminar, me dejan sólo haciendo ejercicio”, asegura Dantley al Washington Post. Este invierno ha arbitrado unos seis días a la semana.
Hall of Famer desde 2008, rookie del año de 1976, entre los 30 máximos anotadores de la historia de la NBA (consiguió este título dos campañas seguidas), posee junto a Michael Jordan el honor de haber promediado al menos 30 puntos por partido cuatro temporadas seguidas (en los Jazz entre 1980 y 1984).
Retirado desde 1991, fue asistente de George Karl en los Nuggets asumiendo la interinidad cuando este estaba enfermo en 2010 (balance 11-8), no tiene intención de volver a los banquillos.
Sólo quiere vivir 100 años y para ello se conserva en un gran estado de forma gracias al deporte y a su dieta vegetariana. No quiere “ver los días pasar” como ya demostró ejerciendo de agente de movilidad controlando los cruces y salvando varias vidas. Todo un ejemplo.
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