La lesión de Kawhi Leonard que cambiaba el partido, la espectacular actuación de la dupla formada por Steph Curry y Kevin Durant, y una remontada histórica jamás sufrida por Gregg Popovich. El primer partido de la final del Oeste entre los Spurs y los Warriors no defraudaba, y avecina una serie larga, intensa y muy igualada.
Tras una primera parte espectacular, con oda al baloncesto incluida en los primeros 12 minutos de partido, los Spurs se iban al descanso con 20 puntos de ventaja. Una diferencia que incrementaban en el tercer cuarto hasta los 25 tantos, con los Warriors sin dar muestras de capacidad de reacción. La lesión de Leonard cambiaba el sino del partido y la historia de Gregg Popovich.
El entrenador de los Spurs no está acostumbrado a ver cómo se le escapan partidos tras dominar por diferencias amplias, y ayer sufría la remontada más abultada de su carrera. En los 316 duelos previos en los que Popovich iba venciendo un partido por 25 puntos, nunca había acabado perdiendo.
Una remontada que tiene su punto de partida en el infortunio de Leonard, y su continuación en la explosión de dos jugadores de los Warriors: Stephen Curry y Kevin Durant. Con Klay Thompson de nuevo errático y algo perdido, y la segunda unidad de los de Oakland poco participativa, ambos multiplicaban su producción para liderar la victoria de los Warriors.
Se combinaban para un total de 74 puntos, su anotación conjunta más alta de la temporada, y anotaban canastas claves en el último cuarto, Durant para remontar y Curry para sentenciar, que dejaban la victoria en casa. El ex de los Thunder finalizaba el choque con 34 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias, y el todavía MVP se iba hasta los 40 tantos con 7 rechaces y 3 pases de canasta. Imparables.
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