Para varias, Oklahoma le volvió a infligir otra paliza a Los Ángeles Lakers. Y van tres en cuatro partidos esta temporada. Tan sólo el 9 de enero (113-117) los angelinos consiguieron aguantar a OKC. Una derrota por 40 puntos, y dos por 35, incluida la pasada madrugada (112-79) es el bagaje que se llevan. Fue, además, el último partido de Kobe como visitante. Sólo falta Utah para el adiós. Y antes de empezar el choque, no hubo dudas: tremendo homenaje al ‘24’.
Primero KD y Westbrook le entregaron un libro con imágenes al escolta. Después, y vistos los aplausos del público, Durant reconoció su buena labor: “Los aficionados hicieron su trabajo mostrándole su amor”. Antes del partido, la admiración en el Chesapeake Arena fue notable. Durante el mismo, y a pensar de que la estrella de los Lakers empezó al máximo (13 puntos en el primer cuarto, no jugó en la segunda parte) los focos volvieron a ser para Russell Westbrook.
Exhibición completa del base, que toca la gloria de Magic Johnson. Lleva 18 triples-dobles esta temporada, y si consigue uno la última madrugada ante los Spurs, batirá el récord absoluto en una fase regular. Lo más asombroso, consiguió tres dígitos ante los Lakers… ¡en la primera parte! Al descanso, llevaba 11+10+11, tras una asistencia justo al terminar a Morrow. Al final, acabó con 13+10+14, y con Kobe rendido: “Una barbaridad lo que ha sido capaz de hacer todo el año. Probablemente, el jugador más atlético al que me he enfrentado nunca” reconoció Bryant.
Las salvajadas de Westbrook ocultan una nueva exhibición de Durant, que finalizó con 34 puntos, y lideró el despegue en el tercer cuarto tras irse 58-48 al descanso. Parcial de 31-13 y choque sentenciado. Kobe fue el máximo anotador de los Lakers, que tuvo un calamitoso 28% en tiros de campo. En los Thunder, además de su pareja de estrellas, brilló Steven Adams, con un doble-doble de 13 puntos y 15 rebotes.
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