Son ya varias las noches que los Minnesota Timberwolves están dando más que buenas sensaciones. Sólo les falta la victoria. Tras caer compitiendo, y mucho, ante los Cavs, recibieron a los Thunder, a los que fueron ganando durante muchos minutos del choque. Sin embargo, en los últimos dos minutos, decidió Kevin Durant. Él fue el artífice del triunfo por 123-126.
Hasta ese momento, la diversión la habían puesto los Wolves en forma de mate. Primero, con un alley-hoop desde el medio de campo de un Ricky de nuevo mucho más asistente que anotador, (4 puntos y 10 asistencias). El segundo mate oposita a ser uno de los más recordados de la temporada. El también español Serge Ibaka se llevó una tremenda receta del número 1 del Draft. Karl Anthony-Towns recibió una asistencia de Zach LaVine para ‘hundirla’ sobre el pívot y Russell Westbrook.
¡Vaya espectáculo de los Wolves con dos tremendos mates!
Era el último encuentro OKC en la carretera. Una serie de cuatro choques que finaliza con un balance de tres victorias y una derrota. Bien diferente podría haber sido de no haber estado Kevin Durant. Si en el choque anterior, ante New York Knicks, había decidido con 44 tantos, aquí anotó 27, pero un triple decisivo con el partido en su momento más caliente, (111-113), y sentenció metiéndole la segunda seguida en la cara a Wiggins, (113-118).
Oklahoma se apoyó en el trío que tanto éxito le está dando: los 27 de KD y los 24, (y 15 asistencias), de Westbrook se vieron secundados con un 23+10 de Ernes Kanter. El equipo de Billy Donovan está a un choque de la serie perfecta, (4-0), ante los Wolves gracias a al dominio del rebote, (47-31), en el tercer choque entre ambos. Por los de Minneapolis, tremendo Zach Lavine, (35 puntos y 5/8 en triples), y brillante Andrew Wiggins, (20), junto a Karl-Anthony Towns, (19+10).
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