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Informe: Los Game 7 de la NBA, el no va más. Repaso a los más icónicos

Informe: Los Game 7 de la NBA, el no va más. Repaso a los más icónicos

Donde no hay excusas. Donde surgen las leyendas más épicas y las derrotas son heridas sin cura. Historia en cápsulas. Si tiemblas, te masacran. Muerte (o vida) súbita. Séptimo partido, baloncesto en su más pura esencia.

La lista histórica de séptimos partidos NBA se alargaba al cierre de esta edición hasta 139. Siendo rigurosos, el primero de ellos sucedió en la segunda temporada de la BAA (Basketball Association of America), antes de la fusión en 1949. En concreto, el 6 de abril de 1948, los Philadelphia Warriors incendiaron la cancha de los St. Louis Bombers (46-85) para desempatar la semifinal. Nota: no, no es la mayor paliza en un séptimo (en la primera ronda de 2005, los Mavs exterminaron a los Rockets de Yao y McGrady 116-76).

Pero fue en los 50 cuando el Game Seven cobró esa mística especial, única. Cinco Finals en siete campañas (1951-57) decididas en un cardiaco tie break. Abril caliente. Aquellos duelos sin red dejaron huellas: las profundas raíces de las malas vibras de los Knicks perdiendo en 1951 y 1952, la consolidación de los Lakers de Minneapolis como primera dinastía, los proto anillos de los Kings (Rochester) y Sixers (Syracuse, ganaron por un punto a los proto Pistons de Fort Wayne), la perseverancia de los Hawks (St. Louis)… y el nacimiento de ese gen ganador insaciable que impuso su dictadura en los 70..

Dominio céltico. Cinco de los once anillos de los Boston Celtics de Bill Russell llegaron en un séptimo partido: dos ante los halcones de Bob Pettit y tres ante los Lakers de Jerry West y Elgin Baylor. Aquellos míticos verdes ganaron los diez Game 7 que jugaron entre 1957 y 1969. ¡Diez de diez! El primero marcó el curso de la historia: dos prórrogas para acabar con la resistencia de los Hawks en 1957. Aquel primer título de los Celtics marcó a fuego una identidad. Pettit (tiros libres para 103-103) y Jack Coleman (canasta para 113-113) forzaron in extremis los tiempos extra. Tiros libres de Jim Loscutoff colocaron el definitivo 125-123. Pero aún la estrella rival estuvo muy cerca de empatar de nuevo tras recibir un pase largo. El entrenador de los Hawks Alex Hannum jugó los dos últimos minutos tras cuatro eliminaciones por faltas.

En esa invicta racha triunfal, los ocho primeros triunfos fueron al amparo de un Garden en ebullición y extasiado con la prórroga de 1962 o la memorable invasión en 1966 antes de acabar el juego. Mantuvieron la serie tomando el Spectrum de Philadelphia en la Final del Este de 1968. El bloque maniató al gigante Chamberlain. Fue la primera victoria a domicilio en un séptimo partido tras aquel inaugural prehistórico. Habían pasado veinte años y 17 victorias locales en estos partidos a vida o muerte.

Pero la obra maestra bostoniana de los Game 7 fue el que significó el último partido del legendario Bill Russell y el tirador Sam Jones (1969). Los globos colgados del techo del Forum de Inglewood fueron la motivación ideal para que El Señor de los Anillos, jugador-entrenador aquel último curso, guiase a los suyos a ganar en la casa de los Lakers. Fiesta chafada; aquellos globos terminarían en un hospital infantil…

Las idas y venidas de Wilt Chamberlain al banquillo californiano en el último cuarto, el primer Finals MVP de la historia para Jerry West, el único perdedor en recibirlo… Se cerraba una etapa verde gloriosa escrita en sus capítulos más heroicos a través de partidos sin retorno. Y con los Lakers como víctima recurrente: desde 1960, con la llegada de la franquicia a Los Angeles con el rookie Jerry West, perdieron seis finales ante Boston tres de ellas en G7. Héroes y villanos.

Del Madison al Garden. Los 70 arrancaron con la gran noche de Walt Frazier en el Madison. Mr. Cool ahondó la herida de los Lakers. Ahora eran los Knicks los que reían últimos. En una época con más sombras que luces, la emblemática cancha neoyorquina vivió su mejor época. Además de los dos anillos (70 y 73), la rivalidad con los Bullets dotó a la Mecca de un ambiente eléctrico en dos séptimos choques sin tregua (triunfo de los de Baltimore por dos en 1971 y derrota ahora ya de los de Washington en 1974).

La NBA de los setenta no tiene buena fama. Pero en esa década hubo ocho campeones diferentes. Todo era posible. Y las Finales de 1974 y 1978 son la mejor demostración. Primero, los Celtics reverdecieron laureles al batir en Milwaukee a los Bucks de Abdul-Jabbar y Oscar Robertson. Y más tarde, Washington tomó Seattle. Fue la última vez que un visitante ganó un Game7… hasta que los Cavs de LeBron culminaron la sonada remontada a los Warriors en 2016.

En los ochenta el centro de atención se trasladó al Garden de Boston. Entre 1981 y 1987, sus fans vivieron la experiencia de siete Game Seven. Comenzando por las finales de Conferencia ante los Sixers del Dr. J de 1981 (victoria local por uno con tiro libre fallado de Cheeks clave) y 1982 (revancha con Andrew Toney letal).

Emociones fuertes que tuvieron su apogeo en 1984. ¡Campeones NBA ganando a los Lakers en el séptimo! El nirvana céltico. La pesadilla angelina volvía quince años después: ocho Finals, ocho derrotas ante el archienemigo. Además, para alcanzar ese título, antes superaron otro G7 ante los Knicks que Bird solventó con 39 puntos. En 1987, los Bucks y los Pistons mordieron el polvo en el viejo parqué del leprechaun en G7… pero fue el curso en el que por fin los Lakers acabaron con su maldición verde.

Y en la segunda ronda de 1988 -sí, seguimos en el Garden-, Dominique Wilkins igualó el que sigue siendo record anotador en un séptimo: 47 puntos con 19/33 tiros de campo y Doc Rivers como gran asistente -igualó el registro de Sam Jones en 1963 en la final del Este ante Cincinnati Royals-. Pero Bird le dio réplica (20 de sus 34 tantos en el último cuarto) en un duelo memorable (118-116). Otras grandes anotaciones en esta tesitura tampoco tuvieron el premio del triunfo: Kevin Johnson firmó 46 pero sus Suns cayeron en Phoenix por un punto ante los Rockets en 1995 o el propio LeBron se marchó a casa tras anotar 46 en Boston en 2008.

Cerramos los ochenta con el back to back de los Lakers en 1988… la mayor oda vista al Game Seven: 4-3 a los Utah Jazz de Malone y Stockton, 4-3 a los Dallas Mavericks en la final del Oeste y 4-3 a los Detroit Pistons en las Finals. El triple doble de James Worthy a los Bad Boys fue la culminación del showtime en el Forum de Inglewood antes de un rudo cambio de rumbo.

Años 90. Rizando el rizo. De entrada, una prórroga 28 años después. Los Blazers ganaron el desempate a los Spurs  en la segunda ronda de 1990 con un Terry Porter encendido (34 puntos). Fue el tercer G7 de la historia decidido en tiempo extra y después ha habido otros tres: Seattle sobre Houston en 1993, los Lakers en Sacramento en 2002 y de los Mavs en San Antonio en 2006. Prórroga en un séptimo partido, o lo que es rizar el rizo.

De esta década queda imborrable el espectacular rally de los Knicks en 1994, ganando 4-3 a los Bulls sin Jordan y los Pacers con Miller. En las Finals, sucumbieron en la muerte súbita ante los Rockets. El Madison, de nuevo en el centro de atención mundial. Pero el año siguiente, los de Indiana se tomaron revancha (95-97, Ewing falló un tiro corto; 29 de Reggie y Pat) en el que fue el último partido de Pat Riley en el banquillo neoyorquino. Y, también, es el último G7 celebrado en la Mecca hasta la fecha. La rivalidad entre estos dos equipos (¡seis playoffs de 1993 a 2000!) fue más allá de lo deportivo. Los piques entre Reggie Miller y Spike Lee son icónicos de la época.

Killa también fue protagonista del último séptimo de la década. United Center, 1998, final del Este: Bulls vs Pacers. Jordan, en pos de su sexto anillo, firmó 29 puntos en un rácano 88-83. Miller se quedó en 22.

Españoles a escena. El siglo XXI ha popularizado los G7 –de hecho, el último año sin ninguno fue 1999-. En 21 temporadas, 62. Es decir, casi tres cada ejercicio con picos históricos en 2014 y 2016 con cinco desempates.

Imborrable aquel séptimo en el Staples de 2010 con marcador europeo y un Pau Gasol más fiero que nunca.  Pau ganó los tres G7 que jugó con los Lakers. Su hermano Marc ha vivido las dos caras de la moneda: de las tres derrotas con los Grizzlies -dos ante los Thunder de Ibaka- a disfrutar de una de las canastas ganadoras más increíble de todos los tiempos -sí, la de Leonard a los 76ers el año pasado-.  Los canadienses han cedido en la burbuja en el 33º tie break de los Celtics.

Dos equipos zurrándose durante dos semanas largas. Hasta el límite. La hora en la que los equipos demuestran de qué están hechos. Game Seven.

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