La decisión de los Bucks de no disputar su partido fue espontánea. No era algo con lo que se llegase pensado al pabellón y no se consultó con otras esferas. Surgió de la plantilla y se llevó a cabo. Pilló por sorpresa a la NBA, el resto de conjuntos y los propietarios de las franquicias, que rápidamente los respaldaron. El siguiente paso fue organizar una reunión con todos los jugadores y entrenadores de los 13 equipos presentes en la burbuja en la noche del miércoles, con la intención de elaborar una hoja de ruta que seguir de ese omento en adelante. Sin embargo aquel meeting no salió todo lo bien que se podía esperar.

Mientras que uno de los entrenadores asistentes de los Houston Rockets, John Lucas, quiso valorar lo lejos que habían llegado los jugadores de la NBA desde sus tiempos en activo hasta ahora, otros como Andre Iguodala recalcaron que los cambios que muchos querían reclamar no son cosas que se hagan de la noche a la mañana y que muchas veces ni siquiera se está informado de lo que se está llevando a cabo, como por ejemplo una votación programada para el viernes 28 de agosto en el estado de California para una reforma de policial del que prácticamente ningún jugador estaba al corriente.

Una de las voces con más peso en aquella reunión fue la de Chris Paul, presidente de la NBPA, que explicó la repercusión económica que tendría en los jugadores tomar la decisión de no terminar la temporada, tal y como proponían algunos de ellos, encabezados por las plantillas de Los Angeles Lakers y Los Angeles Clippers. Habló de la posibilidad de perder el 25-30% de sueldo de cara al año siguiente y la opción de la Liga de romper el convenio colectivo en curso.

El asunto de dar por concluida la temporada sin haber llegado a su final fue uno de los temas que más discrepancias creó entre los jugadores. veteranos como el citado Iguodala dejaron claro que si se zanjaba la campaña en aquel preciso momento era para que cada uno estuviera en primera línea de protestas en lugares como Wisconsin o Kentucky, pues de lo contrario no tendría ningún sentido. Algo en lo que coincidía uno de los mayores activistas entre los jugadores NBA como es Jaylen Brown, que preguntó en varias ocasiones si el hecho de irse a casa era para seguir protestando.

Por otro lado, también se trató el hecho de que los Milwaukee Bucks hubieran llevado a cabo su acción sin contar con la opinión del resto de plantillas, creando una situación que podría ser incómoda para algunos jugadores. Giannis Antetokounmpo habría salido a dar la cara por sus compañeros en aquel preciso momento y el nombrado Jaylen Brown lo hizo del mismo modo pese a pertenecer a otro equipo, opinando que no debían pedir permiso a nadie ni disculparse por lo que hicieron. Fue en ese momento de mayor tensión cuando el base de los Clippers Patrick Beverley pidió a los entrenadores que abandonasen la reunión para que se pudiera votar si terminar o no la temporada. «Algunos de vosotros no queréis jugar, pero tampoco queréis decirlo delante de los entrenadores»se cuenta que llegó a expresar. Ante las diferencias, algunos jugadores como LeBron James optaron por abandonar una reunión que se emplazó para el día siguiente sin una conclusión clara.