La llegada de James Harden cierra por completo el último culebrón del verano. El ya exjugador de los Sixers pidió salir de Philadelphia, pidió ser traspasado a los Clippers y empezamos al mes de noviembre con sus dos deseos cumplidos. Un movimiento importante, con seis jugadores involucrados, tres equipos y muchas rondas de draft, pero el foco está puesto en Los Angeles. En cómo la franquicia de Ty Lue recibirá la llegada de Harden en una plantilla con Kawhi Leonard, Paul George e incluso Russell Westbrook. Porque una cosa es tener nombres, y otra, encajarlos.
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Los Clippers llevan años sin un base natural, o uno de buen nivel. Solo en el último año hemos visto entrar al quinteto titular y salir del equipo a John Wall, Reggie Jackson y finalmente Westbrook, que no ejerce esa función. Las exigencias del puesto son claras: mejorar el rendimiento de las dos estrellas, Kawhi y George, pero sin hacer mucho ruido. El aterrizaje de James Harden antagoniza con esa ideología, principalmente porque es un jugador que necesita el balón para ser diferencial. Es capaz de incrementar el nivel de sus compañeros, y la temporada MVP de Joel Embiid es una prueba de ello, pero a un coste: hacerlo con el balón. Y dárselo a Harden implica quitárselo a Kawhi y Paul George. Ellos eran los bases, como lo puede ser Jokic en Denver, LeBron en Lakers o Draymond Green en Golden State.
El año pasado, un 23% de las jugadas de Kawhi Leonard en ataque fueron bloqueos y continuación con él actuando como generador, consiguiendo 1.17 puntos por posesión. George, por su parte, se fue hasta el 29.6% con 0.97 puntos por jugada (este año está en 1.69 en tres partidos). La clave era, además del uso de Ivica Zubac, saber rodear la acción directa con tiradores en las esquinas. Todos los jugadores de rotación a excepción de Westbrook metieron más del 80% de sus triples asistidos, con Batum, Covington y Morris por encima del 95%. Ahora los tres son pasado, aunque llega PJ Tucker a cumplir un rol muy parecido. El cambio es que será Harden quien dirija ese pick and roll: el año pasado se quedó en 0.90 puntos por posesión, por debajo de ambos, Kawhi y George.
Otro factor importante es el aclarado. El curso pasado Harden fue el cuarto jugador de la NBA que más veces recurrió al uno contra uno, 6.2 veces por partido, consiguiendo 1.10 puntos por posesión. Los Clippers fueron, en ese aspecto, un equipo promedio pese a intentar 9.5 por noche, por debajo de Charlotte o Indiana. Harden, pese haber perdido explosividad, sigue teniendo desequilibrio y la capacidad de anotar o generar ventajas ante defensas individuales. En los Clippers, el mejor defensor exterior tendrá que estar pendiente de Kawhi o Paul George, dejando a Harden con un reto más asequible. Y puede ejercer, por momentos, de tirador en estático. Harden anotó un 41.5% de los triples que intentó en catch and shoot el curso pasado, por delante de Klay Thompson (44/106, 1.8 por partido).
Los deberes para Ty Lue van a ser complicados. Primero tiene que decidir qué jugador irá al banquillo, ya que los Clippers no han movido a ninguno de sus titulares: Kawhi, Paul George y Zubac son fijos, y se intuye que Harden también. La quinta posición la puede ocupar Terance Mann (no ha debutado este año todavía), como se dijo en verano, Westbrook como venía haciendo hasta ahora, o incluso PJ Tucker haciendo de Covington. Y si manda a Russ al banco, qué sucede con Bones Hyland, quien está promediando 15.7 puntos como base suplente desde el banco. Es posible que Westbrook brille más como sexto hombre, como se vio en Lakers y a final del año pasado en los Clippers, pero cerrarían una vía de anotación. Es el riesgo de tener demasiado talento junto.
La defensa será el principal punto de quiebre para estos Clippers. El curso pasado, Harden demostró no tener ningún interés por esforzarse en exceso en ese lado de la cancha, algo tradicionalmente opuesto a Russ, George o (versiones antiguas de) Kawhi Leonard. Pero sin ese paso adelante, el proyecto todavía no puede competir con la élite de la NBA: Nuggets, Celtics, Bucks o incluso Suns. Y en estos Clippers, el reloj sigue avanzando más rápido que en ninguna otra franquicia. A final de temporada, Kawhi, PG y Russ tienen opción de jugador para seguir un año más o salir a la agencia libre, donde estará esperando James Harden. Un all-in que puede durar siete meses, o puede acabar con el primer anillo de la historia de los Clippers.
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