JJ Redick ha pasado por el podcast Pardon My Take para hablar del futuro de los Philadelphia 76ers, su paso por Duke o sus años en Los Angeles Clippers. El escolta ha sido muy franco a la hora de hablar sobre cómo eran por dentro esos Clippers con Chris Paul, Blake Griffin y DeAndre Jordan y por qué nunca llegaron a dar lo que se esperaba.
«No creo que hubiera un único momento. Doc [Rivers] solía decir que cuando un grupo lleva mucho tiempo junto, en lugar de estar cada vez más unido acaban señalándose los unos a los otros. Es raro porque por separado todo el mundo se llevaba muy bien, fuera de la pista más o menos todo el mundo se llevaba. Pero luego había mucha mezquindad. Mezquindad nivel Donald Trump», explica Redick.
JJ Redick considera que había un problema de mentalidad, pero había algo más. «Matt Barnes ha hablado de dureza mental, y creo que también había algo de eso, pero creo que el gran problema era ser pasivo-agresivos. Preferiría que un jugador explotara contra un compañero y que acabara en una pelea o en gritos, que lo sacaran fuera, a que se lo quedaran dentro y fueran cuchicheando por las esquinas, y no abordaran los problemas del grupo. Y probablemente yo sea tan culpable como los demás».
El ahora escolta de los Sixers no sabría señalar un momento en el que el grupo empezó a romperse, pero sí el momento en el que sus aspiraciones se fueron por la borda. En concreto, habla de los playoffs de 2015 en los que dejaron escapar un 3-1 contra los Houston Rockets. En su opinión, ese año sí habrían tenido opciones de ganar a los Warriors.
«Si soy sincero, creo que después ya no teníamos opciones. No teníamos la dureza mental necesaria, estaban más unidos y parecía inevitable que cada vez que jugáramos contra nosotros iban a tener una de sus rachas. La serie contra los Houston Rockets fue esencialmente la muerte».
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