A veces basta tan solo con cambiar la perspectiva desde la cual se ven las cosas para que todo funcione de manera diferente. Eso mismo es lo que parece haber conseguido JJ Redick en el brevísimo tiempo que lleva al frente del banquillo de Los Angeles Lakers. Probablemente el puesto más exigente de la NBA y uno de los más complicados de todo el mundo del baloncesto. Una responsabilidad para la que Redick, en principio, no debía estar preparado. Sin experiencia alguna como entrenador a ningún nivel y sus conocimientos como jugador tras más de 10 años en la liga su hoja de servicios daba la impresión de ser algo escasa. Nada más lejos de la realidad.
Dos partidos. Tan solo dos partidos ha necesitado para demostrar al mundo, a la NBA, y lo más importante, a los Lakers, que era el indicado para el puesto. Dos encuentros y dos victorias son el saldo con el que cuenta un JJ Redick que le ha dado un importante lavado de imagen al conjunto angelino. Primero el estreno sobre unos Minnesota Timberwolves que venían de caer en Finales de Conferencia y después sobre los impredecibles Phoenix Suns.
Esta última victoria, quizá, es la que más mérito tuvo. Un duelo donde los Lakers debieron remontar una desventaja de 22 puntos justo al arranque del segundo cuarto. Una situación en absoluto extraña en la NBA actual, pero lo importante es el cómo consiguieron darle la vuelta a la situación.
El equipo dirigido por Redick se ha caracterizado en estos primeros compases de temporada por ser más dinámico, más rápidos y buscar abrir la cancha. El ataque de los Lakers ha mejorado de un plumazo, resolviendo aparentemente la ecuación Anthony Davis, la más difícil de toda la franquicia por su inconsistencia ofensiva. El técnico no solo está haciendo orbitar el sistema alrededor de AD sino que está tratando por todos los medios de impulsar sus virtudes y no esperar que de un paso adelante por sí solo como sus predecesores. Y para ello ha recuperado a Austin Reaves como punta de lanza, entregándole la bola para que genere oportunidades como un elemento a través del cual hacer que surja la química entre los dos.
La noche ante los Suns es un ejemplo perfecto de ello. De los 22 puntos en tiros de campo que Davis produjo, 10 de ellos fueron a consecuencia de un pase de Reaves. Una noche en la que AD terminó con 35 tantos y el escolta con 26 puntos y 8 asistencias. «Cada día mejora y demuestra más», dijo Redick en rueda de prensa. «Sabía que era bueno. No me había dado cuenta de que era tan bueno. Es un jugador de baloncesto fantástico».
La importancia de la confianza por parte del entrenador es un factor que a menudo se le resta valor en una temporada tan larga como la de la NBA así como por todo el ruido que orbita alrededor de los equipos. Sin embargo, ejemplos como el de Redick sirven para desmontar esto. El técnico debutante se ha ganado el respeto del vestuario, recuperando a jugadores que parecían perdidos o descarrilados para involucrarlos en un sistema que todavía está formándose.
Por lo pronto, JJ Redick es el primer entrenador debutante con los Lakers que arranca una temporada con 2-0 de balance desde JB Bickerstaff (interino en 2012) y Phil Jackson en la temporada 1999-00.
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Una identidad ofensiva en construcción
Durante toda su carrera NBA Redick se caracterizó por ser un especialista al triple, además uno de los mejores, más inteligentes y polivalentes en los diseños tácticos de la competición. A la vista de esto, lo esperable podría ser que los Lakers cambiasen por completo su imagen, abrazando de nuevo el tiro exterior y dejando atrás la oscura etapa previa donde ocuparon los últimos peldaños de la liga en triples intentados.
Nada más lejos de la realidad.
Los angelinos no solo siguen ahí (28º) sino que además están lanzando menos (28,5) que el curso pasado (31,4). Para poner en contexto el dato, ese volumen de lanzamientos exteriores sería el 8º en promedio en Liga Endesa disputándose 8 minutos menos que en NBA. Y, pese a esto, los Lakers ocupan el 5º puesto en eficiencia ofensiva en la NBA con 118,9 puntos por 100 posesiones. ¿Cómo es posible?
La razón se encuentra en cómo están produciendo esos puntos.
Los Lakers están concentrando sus esfuerzos en la pintura (61 puntos, 4º), donde han dado con una mina de oro, llegando al aro en secuencias de bloqueo directo, poste bajo así como especialmente en corte, donde se ha notado más el sello de Redick:
Good Grief JJ Redick is cooking. Flip – High Elbow Touch- Dead Corner DHO. Beautiful Basketball , great sign if this dead corner is part of their half court offense. pic.twitter.com/xQaIe6C56H
— Joe (@JoeHulbertNBA) October 26, 2024
La producción en corte es consecuencia de una mejora tanto en el juego, como en el spacing del equipo así como especialmente en la implementación de unas directrices muy claras y marcadas por parte del banquillo. Con Ham los Lakers eran extremadamente predecibles, estáticos y poco imaginativos, en estos dos duelos con Redick la situación parece bastante diferente.
El movimiento constante, la búsqueda de un pase que lleve a una situación de potencial anotación más proclive y el dinamismo son las señas de identidad de los Lakers de Redick por el momento.
Si bien es pronto para pensar en objetivos ambiciosos, este es el mejor punto de partida para un equipo que el año pasado perdió por completo el rumbo.
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