Reconozco que la ciudad es una de las que menos me ha gustado en mi vida. He estado en Memphis, con sus edificios federales cerrados; centros comerciales con el cierre echado y ratas gobernando. Pero Beale Street lo arregla todo.
En Cleveland no hay nada. De verdad. Una bonita calle –East 4st– que nació gracias a la vuelta de LeBron James a su equipo. Por lo demás, gigantescos hoteles, mosquitos insaciables y mucho espacio abierto como de decorado de película.
Nada es sencillo. A sus equipos profesionales se les conoce como los de la mala suerte. Nunca ganaban. Hasta que LeBron, nacido en uno de esos basureros de ciudad grande americana llamado, Akron, les dio la gran gloria.
365 después los vítores tomaron la ruta inversa al dinero, se fueron al norte de California, a San Francisco. La ausencia de victoria disparó los deseos de salida del mejor Neymar de Cavs. Irving quería ganar, y con LeBron y los Warriors ya no lo iba a conseguir. Punto.
Fue traspasado y dejó en evidencia un problema mayor. LeBron es un ganador y con Warriors así, allí, no ganan. No ganan porque no pueden. Sencillo. Y James es posible que también vuelva a abandonar su ciudad.
Irving ha sido All-Star en todas las temporadas en las que ha estado sano, menos una. Cuatro veces con 24 años, ha ganado un MVP del Partido de las Estrellas y ha sido elegido mejor jugador de un Mundial. Sacar algo a cambio parecido era imposible.
Koby Altman, el nuevo general manager, es el niño bonito de su franquicia. Jordi Fernández, ahora entrenador con Nuggets, nos habló del respeto que le procesan allá, cuando formaba parte del cuerpo técnico de Cavs.
En su primer mes como GM ha tenido que traspasar a Irving a la fuerza. Y sinceramente, creo que lo ha hecho por poco. Isaiah Thomas, Jae Crowder, Ante Zizic y una ronda de draft de Nets en 2018 , podría ser del 1 al 5. Altaman ha tenido que tener de todo en cuenta. Dos presentes y dos futuros.
Los presentes son claros. Aspirar al anillo -un All-Star como Thomas– y agradar a LBJ, por si le da por quedarse -los dos se respetan-. Y los futuros indeterminados. El primero podría ser con LeBron y con Thomas, al que a sus 30 años le pide el cuerpo un contrato máximo en verano de 2018. Y el segundo, un panorama sin James, que podría ser también sin Thomas… ¿para qué reconstruir con un jugador de 30 años al máximo?
El futuro de Thomas en Cleveland es peor que el de Irving. IT tiene este año de contrato e Irving, dos. Y el presente es injusto compararlo, Kyrie ya es una estrella. Hay un dato que asusta y es cómo Steve Kerr se ha cebado con Thomas en su carrera verde. Siempre que se enfrentaron, le desangró. Con Isaiah en cancha, Warriors anotó 108 puntos en 100 jugadas. Sin él, 87.
Las demás piezas tampoco son garantías absolutas de nada. Cuesta pensar que Tyronn Lue, de repente, quiera un cinco en su equipo con recurrencia –Zizic-, porque no sabe ni para qué sirven desde que llegó a Cavs. Curioso lo de Zizic pasa de David Blatt –Darussafaka– a Lue, como Irving, LBJ y Love.
Crowder es un excelente defensor y anotador sin balón. Un buen jugador, pero no un boost para un campeón. Le vendrá bien Cavs otro cuerpo alto para las defensas y evitar que LBJ tenga que tomar esas responsabilidades cuando el rival es bravo.
Y el pick de Nets. OK. Brooklyn ya no jugará más al Tanking, por lo que no ha de ser el peor equipo del Este. Aún así, podría y eso, solo serviría para que las opciones al número uno fueran del 25%.
Cleveland traspasó a Irving, por lo que puede ser poco o nada según vaya el verano de 2018. Otro verano para sobrevivir o volver a morir en vida. Tampoco sé quién les podía dar algo más.
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