Forma parte del selecto grupo de jugadores que ha metido 50 puntos en el Madison Square Garden. Y desde la pasada madrugada, LeBron James puede añadir un hazaña más lograda en la Meca: un alley-oop bestial… y peligroso.
La estrella de los Cleveland Cavaliers se puso el mono de trabajo en la segunda parte para liderar la remontada de su equipo y tumbar a los Knicks (84-90): sumó 31 puntos y secó a Carmelo Anthony, que había anotado 22 en la primera parte y acabó con 26.
LeBron remató entonces el trabajo, pero la jugada del partido la protagonizó en el primer tiempo: voló por encima de Carmelo para hundir un balón servido por Mo Williams. El salto fue tan estratosférico que LeBron puso el codo a la altura de la canasta y se rascó el antebrazo con el aro.
Por suerte, sólo fue un rasguño y le pudimos disfrutar el resto el partido. ¿El estado en el que quedó el aro? No hay diagnóstico…