Tan solo tres pívots en toda la historia de los New York Knicks han conseguido terminar una temporada con más de 25 puntos de media por encuentro: Bob McAdoo, Pat Ewing y Amar’e Stoudemire. A esta exclusiva lista pronto podría unirse un recién llegado a la franquicia, alguien con quien las esperanzas ya se habían agotado, cuya trayectoria parecía haber dado un cambio de dirección. Alguien que en los últimos meses se ha convertido en el jugador más importante en la Gran Manzana. A estas alturas de su carrera se esperaba más bien poco de Karl-Anthony Towns. Que aportase en ataque, que fuese constante en defensa y sus despistes fuesen los menos posibles. Sin embargo, el internacional dominicano ha ofrecido una imagen hasta el momento desconocida y que apunta a llevar a los Knicks al siguiente nivel.
Con Towns siempre ha habido dudas. Su increíble e interminable repertorio técnico con el balón en las manos hizo en algunos momentos imaginar un escenario donde este acabase determinando esta década en su posición. Pero esos flashes quedaban pronto desdibujados cuando se alejaba el objetivo, observando la imagen panorámica y poniendo la atención en todo aquello no relacionado con anotar. En cierto sentido, la emergencia de Anthony Edwards en los Timberwolves le ayudó a quitarse presión. Despojado de la responsabilidad de ser el jugador franquicia se pudo ver, de largo, su mejor versión sobre la cancha, aunque sin que esta llamase mucho la atención.
Por eso mismo cuando Nueva York llevó a cabo una de las operaciones más complejas de todos los tiempos en la NBA desde los despachos para hacerse con Towns la desconfianza era legítima.
Pero Towns ha tardado poco en despejarlas de un golpe y demostrar que puede ser la llave que abra una nueva dimensión para los New York Knicks.
TOUGH 😤 @karltowns
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En los más de 1000 minutos que el interior ha disputado en lo que va de curso se ha convertido en el jugador con mayor impacto de toda la plantilla. Con el dominicano sobre el parqué los Knicks registran un +10,6 de net rating, la diferencia entre eficiencia ofensiva y defensiva. Cuando se va al banquillo ese dato baja a +4,8, el tercer «peor» del equipo. Ese contraste se hace notable no solo a través de la estadística avanzada, sino también por el juicio visual, haciendo del conjunto neoyorquino menos peligroso y perdiendo por completo la fluidez de su ataque.
Y la prueba más tangible de esto se vio durante la última victoria por 119 a 103 sobre los Utah Jazz, un duelo donde KAT resultó imparable para la defensa de Salt Lake City con 31 puntos, 21 rebotes y 4 asistencias en 37 minutos. Con este, Towns sumó su segundo partido con la camiseta de los Knicks con un 30-20, convirtiéndose en el primer jugador de la franquicia desde Pat Ewing en hacer algo semejante en la misma temporada.
La manera que ha tenido el pívot de impactar ha permitido a nombres como Mikal Bridges, OG Anunoby y, sobre todo, a Jalen Brunson, explotar al máximo sus recursos. Esto se debe a la gravedad ofensiva que genera el pívot, principalmente por su interminable rango de tiro, el cual libera la pintura de cuerpos y potenciales ayudas, facilitando los cortes pero también las divisiones al aro.
.@karltowns couldn’t be stopped 🤯
📊 31 PTS | 21 REB | 4 AST pic.twitter.com/clYXLLqyiN
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Towns está jugando el mejor baloncesto de toda su carrera. Inteligente, pausado, con buenas decisiones… Quizá lo más importante con él sea el hecho que ahora sus impresionantes números sí que sirven para ganar partidos, todo lo contrario a la etapa en Minnesota. Esto ha permitido a Tom Thibodeau desplegar el segundo mejor ataque de toda la NBA con un 120,1 de ratio ofensivo y, de paso, encadenar una racha de 9 victorias seguidas, segunda mejor marca en activo de la competición. Un hecho que tras vencer a los Jazz permite a los neoyorquinos ponerse a medio encuentro de los Boston Celtics y pelear por ganar la División Atlántica y ascender al segundo puesto del Este.
La facilidad que tiene el interior para marcar la diferencia en cualquier aspecto ofensivo, ya sea con o sin la bola, siendo el foco de la ofensiva o un mero facilitador. KAT ha caído de pie en el Madison, algo al alcance de muy pocos en esta competición, ganándose a la grada y despejando cualquier atisbo de duda sobre su figura. Incluso en el apartado defensivo, su gran asignatura pendiente, y que por el momento está sacando con nota positiva, aunque no excelente.
El proyecto de los New York Knicks necesitaba un pívot que completase la plantilla. Ese rol lo podría haber desempeñado cualquier otro tipo de interior. Quizás alguien menos talentoso, o bien otro con más oficio en defensa… La realidad es que Karl-Anthony Towns está llevando a la franquicia a otro nivel, con su energía, con su acierto y dejando su huella sobre la pista.
Queda mucho camino por recorrer hasta llegar al objetivo final de los Playoffs. Pese a esto, en Nueva York se están viviendo los mejores momentos del equipo en casi tres décadas y la oportunidad de romper su particular techo de cristal está más cerca que nunca. Todo fruto del despertar de Karl-Anthony Towns.
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