Keldon Johnson es la última joya que los Spurs han descubierto. Desde la llegada de Gregg Popovich, los Spurs han sido expertos en lo que se conoce como “robos del Draft”, es decir, obtener grandes jugadores en posiciones bajas del Draft que han sido olvidados por otras franquicias. Los Spurs no tienen un pick en la “Lotería” (Puestos 1-14) desde hace 24 años, fecha en la que eligieron a Tim Duncan, debido a que han llegado a 22 de los últimos 23 Playoff. Por lo tanto, R.C. Bufford y su staff siempre han tenido que indagar y encontrar estrellas desconocidas en la noche del Draft. Los casos más llamativos/sorprendentes en las últimas décadas son: Manu Ginobili (puesto 57), Tony Parker (puesto 28), Tiago Splitter (puesto 28), Cory Joseph (puesto 29), Kyle Anderson (puesto 30), Dejounte Murray (puesto 29) o Derrick White (puesto 29). Si bien es cierto que el rendimiento ofrecido por estos jugadores ha diferido, todos han conseguido establecerse en la NBA y competir durante muchas temporadas.
Elegido en el puesto 29 del Draft de 2019 (pick que consiguieron en el traspaso de Kawhi a Toronto), Johnson está promediando esta temporada 12,8 puntos, 6,4 rebotes y 1,8 asistencias en 28 minutos de juego.
Inicios
Keldon nació en Chesterfield, Virginia, hace 21 años. Desde muy pronto descubrió su pasión por el baloncesto. En lo que se conoce como el “country”, se pasaba horas y horas jugando con su hermano Kaleb. Su amor por este deporte le llevó a uno de los institutos más importantes del país, Oak Hill Academy. Antes que él, por allí pasaron grandes estrellas de la NBA cómo Carmelo Anthony, Rajon Rondo o Kevin Durant. En Oak Hill siguió trabajando. En su último año, promedió 22,8 puntos, 6,8 rebotes y 4,4 asistencias, y todo su esfuerzo se vio recompensado. Fue incluido en la lista de los 100 mejores jugadores de instituto de su generación en el puesto número 13. También fue seleccionado para el “McDonalds All-American”, el equivalente al All Star para jugadores de instituto. Toda esta atracción mediática le trajo ofertas de las mejores universidades del país. Johnson sabía que su objetivo no era la NCAA sino la NBA y optó por ir a Kentucky, una universidad experta en el “1 and done” (ir únicamente un año a la universidad y luego dar el salto).
Etapa universitaria
En su año en Kentucky coincidió con nombres muy conocidos como Tyler Herro o Imanuel Quickley. Desde su llegada, el escolta fue uno de los jugadores más importantes en el esquema de Calipari, jugando más de 30 minutos por encuentro. En esos 30 minutos, Johnson promedió 13,7 puntos, 6 rebotes y 1,6 asistencias. Sin embargo, donde más destacó fue en las tareas defensivas. El escolta era el hombre fuerte en la defensa del perímetro y siempre era el encargado de defender al mejor jugador exterior del rival. Todo esto le valió para ser nombrado Jugador del Año de la SEC, la mejor conferencia del baloncesto universitario.
Tras acabar su participación en el “March Madness”, Johnson tenía claro su siguiente destino, la NBA. Pese a que cayó hasta el puesto 29 en el Draft, mucha gente, incluido su entrenador universitario, sabía que era un error. Como él propio Calipari explicó en la noche del Draft, “todavía estoy intentando explicarme porqué Keldon fue elegido tan bajo – cuando se fue de Kentucky dijeron que era un top-10 pick, y un mes y medio después cae hasta el 29.”
NBA
Muchos ya presagiaban lo que iba a ocurrir con este jugador, sin embargo, el comienzo no fue fácil. Al igual que muchos rookies que recalan en San Antonio, Keldon Johnson empezó formando parte del equipo de desarrollo. Ahí dominó sin piedad. Jugó 31 partidos en los que promedió 30 minutos, 20,3 puntos, 5,8 rebotes y 2,1 asistencias. Estos números y el impacto que tenía en defensa no pasaron desapercibidos para Popovich y su staff, que enseguida le llamaron para unirse a la dinámica del primer equipo.
Con los Spurs, el año pasado disputó 17 partidos; 9 en temporada regular y los 8 de la burbuja, donde fue uno de los grandes nombres. En Disney promedió 13 puntos, 5,3 rebotes y 1,8 asistencias con un 62,1% en tiros de campo. Estuvo a punto de meter a los Spurs en el Playoff pero se acabaron quedando fuera en la última jornada. Pese a este “mazazo” (los Spurs, teóricamente no tenían plantilla para entrar en el Playoff pero siempre compiten), quedó claro que estábamos ante un gran jugador.
Va a ser interesante ver como se sigue desarrollando en la mejor liga del mundo, pero lo que se ha demostrado con el tiempo, es que caer al puesto 29 y recalar en los Spurs, ha acabado siendo una bendición para él. Los Spurs son una franquicia experta en desarrollar a jóvenes talentos e inculcarles la manera correcta de jugar. Además, por sus condiciones defensivas y los pocos errores que comete en ataque, Gregg Popovich está encantado con él. Veremos hasta dónde puede llegar.
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