Momentazo. Kemba Walker anotó 21 de sus 34 puntos en el tercer cuarto para desnivelar un partido igualado. Los Hornets batieron a los Wolves (108-103) con una racha de inspiración impresionante de su base. Ricky Rubio (10 puntos y 10 asistencias) sufrió en primera persona al vendaval de juego de su oponente.
En la primera mitad, Walker mostró su amplio repertorio de cambios de dirección que le propiciaban buenas situaciones de tiro. Ni un defensor tan contrastado como el español pudo evitar coger la dirección equivocada por sus engaños.
Y tras el descanso sacó el fusil. Imparable: 7 de 9 tiros, incluyendo 5 triples sin fallo, tres de ellos ante la defensa de Rubio. Minutos de puro talento en estado de gracia. Cogió las riendas a los tres minutos de la reanudación (54-55) y siete después había anotado 21 de los 26 puntos de su equipo (80-73). Visto y no visto.
La exhibición de Walker minimizó las grandes actuaciones de Towns (28+14) y Wiggins (25). Los de Charlotte asientan su sexto puesto en la Conferencia Este, con los Hawks por arriba y los Pacers por abajo muy próximos.
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