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‘Yo viví en directo los 66 puntos de Kevin Durant en Rucker Park’

‘Yo viví en directo los 66 puntos de Kevin Durant en Rucker Park’

En el verano de 2011, Kevin Durant jugó en el Rucker Park y protagonizó una actuación que pasó a la historia del baloncesto callejero

En pleno lockout de 2011, con la NBA completamente parada por culpa del cierre patronal, sin entrenamientos, sin training camps, sin partidos de pretemporada a la vista. En mitad de un páramo sin baloncesto profesional, los torneos de baloncesto callejero de New York se convirtieron en el epicentro del deporte de la canasta en Estados Unidos. Se produjo una vuelta a los orígenes, al barrio, al parque. Muchos jugadores de la Liga se atrevieron a jugar en los playgrounds más famosos de esa jungla de asfalto que es NYC, en la que, de buenas a primeras, Kevin Durant se alzó como el rey del Rucker Park.

Kevin Durant es un auténtico freak del baloncesto. Vive para y por el balón naranja. Está obsesionado. Normal que en aquella época estival de 2011, sin NBA a la vista, no parase ni un momento y no se alejase de su inseparable amigo redondo y naranja. Por entonces todavía jugador de los Oklahoma City Thunder y con el título de máximo anotador de la Liga muy fresco, KD no dudaba en calzarse las zapatillas para jugar en ligas veraniegas por todo el país, tales como la Goodman League (Washington DC) o la Drew League (Los Angeles), por no hablar de un viaje a Asia como parte de unos partidos de exhibición entre jugadores de la NBA. Era como un golpe sobre la mesa ante la imposibilidad de jugar de forma oficial. Hasta que la mesa se rompió el 1 de agosto, cuando comenzó un particular paseo por varios torneos de New York.

  • La gente está liándola en el Rucker, Slim. ¿Quieres jugar?
  • Estoy en Oklahoma en este momento. No creo que pueda llegar a tiempo. Veamos si lo consigo.

Y llegó. Kevin Durant mantuvo esa conversación por mensaje de texto con su amigo Randy Gill, una leyenda del baloncesto callejero de Washington conocido como White Chocolate. KD siempre había querido jugar en el Rucker Park y era una oportunidad perfecta. No puedes decir que eres un loco del baloncesto callejero si nunca has pisado la cancha situada en la 155th Street y la 8ª Avenida, así que el jugador de OKC confirmó su asistencia al organizador del Entertainer’s Basketball Classic (EBC), el tristemente fallecido Greg Marius. Cuando la cuenta oficial de Twitter del EBC anunció de forma oficial la presencia de Durant esa tarde en el parque, se desató la locura en New York.

KD llegó pronto al Rucker Park. Muy pronto. Unos niños jugaban su partido de categoría infantil en el playground más famoso del mundo y la estrella de la NBA se sentó tranquilamente a verlo. Un espectador más, comiendo un simple arroz con pollo comprado en el puesto de la esquina. Sin parafernalia, sin excesos, sin fuegos de artificio. Un freak del baloncesto en la cancha que todo el mundo debería ver al menos una vez en su vida. La misma que iba a ser testigo de una de las mayores exhibiciones individuales de la historia… aunque todavía nadie lo sabía.

Kevin Durant Rucker Park

Cuando Kevin Durant y el resto de integrantes de su equipo se fueron a cambiar para volver con las equipaciones de juego ya no cabía un alma en el Rucker Park. La gente hacía cola en la puerta del parque por si algún insensato decidía marcharse a casa antes de tiempo. Un grupo de personas esperaba para ver el partido desde un puente cercano a la cancha, mientras que las ventanas de los edificios de los Polo Ground Projets se convertían en palcos improvisados y sus azoteas en gallineros. Los raperos Fat Joe y Oun-P, leyendas del streetball como Kareem “The Best Kept Secret” Reid, Darren “DP” Phillip y Corey “Homicide” Williams, nombres propios del basket de asfalto neoyorquino como Mike Glover o Brian Kortovich. La flor y nata del baloncesto de barrio no quería perderse la actuación de KD y éste no defraudó.

No descansó ni un solo minuto. Durant jugó el partido entero y pidió el balón en todo momento. No le afectó en absoluto el trash-talk constante con el que le recibieron el público y sus rivales, que se acrecentó cuando falló sus tres primeros tiros a canasta… Hasta que anotó sus primeros dos puntos. Era un hombre con una misión y el récord de anotación en un partido del EBC en el punto de mira. Su segunda canasta fue un mate desproporcionado que celebró gritando a pleno pulmón. Habían liberado al kraken.

La puesta en escena de Kevin Durant se saldó con 66 puntos en cuatro cuartos de 10 minutos y reloj de posesión de 24 (reglas NBA para el resto de aspectos del juego). No había forma de pararle. Su 9/11 en triples fue insultante. Sus cinco canasta de tres puntos en cinco posesiones consecutivas, a cada cual desde más lejos, fueron de película. Daba igual que se enfrentase a dobles y hasta triples y marcajes. KD estaba desatado. Daba igual que se hubiese quedado a dos puntos del récord de 68 que ostenta un ex ACB como Steve Burtt Jr. El entrenador del equipo rival, todo un icono del baloncesto callejero neoyorquino, no quiso permitir que Durant superase la marca y, a falta de 40 segundos para el final del partido, comenzó a protestar como un loco a los árbitros. Los colegiados le expulsaron y éste ordenó a sus jugadores que abandonasen la cancha. En ese preciso momento, se dio por terminado el choque y KD se quedó sin récord… aunque a nadie le importase. Se iba del Rucker Park habiendo cumplido su sueño de jugar allí, con el apodo de ‘I Am The Best’ que le puso el speaker del choque y, como el mismo dijo, la sensación de no haberselo pasado mejor sobre una cancha de baloncesto en toda su vida.

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