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Kevin Durant y Phoenix: el precio de traspasar por una superestrella

Kevin Durant y Phoenix: el precio de traspasar por una superestrella

La llegada de Kevin Durant a Phoenix parece un movimiento perfecto para los Suns, pero en la historia, este tipo de traspasos no siempre funcionan.

Este jueves Kevin Durant era presentado como jugador de los Phoenix Suns. El dos veces MVP de las finales de la NBA llegaba a Arizona a cambio de Mikal Bridges, Cam Johnson y un sinfín de rondas futuras de draft en una apuesta valiente de la nueva dirección de los Suns, con Mat Ishbia como propietario. Un movimiento que parece sencillo, traer al mejor jugador disponible y mejorar tu plantilla, pero que repasando la historia de la NBA, en el siglo anterior o más recientemente, puede tener alguna complicación.

Históricamente, jugadores de la talla de Kevin Durant no suelen estar disponibles en el mercado. Son nombres que deciden su futuro, eligen a dedo donde quieren jugar, compañeros y hasta el entrenador. Cuando pasa, mucho menos habitual que un eclipse, hay que ir a por ellos con todo. Los Suns vieron una oportunidad y pagaron (mucho) por hacerse con los servicios del que es uno de los quince mejores jugadores de la historia del baloncesto. Uno que con 34 años ya ha jugado en cuatro franquicias: Oklahoma, Golden State, Brooklyn y Phoenix desde este mes. Y sorprende mucho.

La mayoría de estrellas del nivel de Durant o por encima suelen pasar toda su carrera en un mismo equipo. Cuando tienes un Kevin Durant, tu objetivo tiene que ser cuidarlo, rodearlo, hacerle feliz y crear un equipo competitivo a su alrededor para que pueda luchar por el anillo año sí, año también. Entre los jugadores que pasaron todos sus mejores años en la misma franquicia están Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Bill Russell, Hakeem Olajuwon, Jerry West y más recientemente, Tim Duncan, Kobe Bryant o Steph Curry. No te planteas traspasar a ninguno de ellos porque talentos generacionales como los suyos no deberían estar nunca a la venta, en ningún deporte.

Solo cuatro jugadores del nivel de Kevin Durant o mejor han sido traspasados en el punto álgido de su carrera. El primero fue Wilt Chamberlain, el único traspasado dos veces. La primera vez, de los Warriors a los Nationals (actuales Sixers) y años más tarde, rumbo a los Lakers. Después fue Oscar Robertson, quien su propio entrenador Bob Cousy sintió que le estaba haciendo sombra. Fue enviado a Milwaukee donde se encontraría con Kareem Abdul-Jabbar, el siguiente miembro en esta lista. Kareem pidió salir de los Bucks rumbo a una gran ciudad, acabando en los Lakers. El último es Shaquille O’Neal, que tras ganar tres anillos con Kobe, los Lakers tuvieron que mandarlo a Miami.

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Mi futuro por Kevin Durant

En la lista, contando a Durant, hay cinco nombres. Y todos ellos, a la espera de KD, ganaron el anillo con su nuevo equipo en algún momento. La diferencia entre todos esos traspasos y el de Kevin este año es el precio. En la NBA actual, donde saber reconstruir es tan importante como saber construir, se ha convertido en tendencia pedir el máximo número de primeras rondas de draft a cambio de talento. Un equipo que recibe una superestrella tiene que pagar el precio en assets de presente, jugadores, y de futuro, con rondas de draft. Y aquí es donde se complica, porque en los últimos años ha habido demasiados ejemplos de traspasos donde el equipo que adquiere la estrella suele acabar perdido en el camino.

En 2016, los Timberwolves pagaron una primera ronda más Zach LaVine (y Khris Dunn) por Jimmy Butler. Un año más tarde, se deshicieron de él a cambio de Robert Covington, Dario Saric y una segunda ronda. Por el medio, jugaron una serie de playoffs. Otro ejemplo son los propios Nets: por Harden pagaron tres primeras rondas y cuatro swaps, la opción de intercambiar la ronda con Houston; apenas un año más tarde lo enviaban a Philadelphia por solo dos primeras, una de ellas protegida. Paul George costó cinco primeras rondas más dos swaps a los Clippers, que además tuvieron que mandar a Shai Gilgeous-Alexander, Cleveland pagó tres primeras y dos intercambios por Donovan Mitchell y la lista sigue. Ninguno de esos equipos ha estado siquiera cerca de ganar el anillo, pero seguro han hipotecado el futuro.

Sí que hay tres casos recientes con final feliz. Anthony Davis le costó a los Lakers tres primeras rondas más dos swaps junto con Lonzo Ball, Brandon Ingram y Josh Hart, pero Los Angeles ganaron el anillo de 2020. Precio muy parecido, tres primeras y dos swaps, pagó Milwaukee por Jrue Holiday antes de ganar el anillo en 2021. Incluso antes, Masai Ujiri envió a DeRozan, Poeltl y una primera ronda por Kawhi Leonard y sí, también levantaron el título NBA. Hay momentos en los que apostar por el talento es la respuesta correcta, aunque implique perder todo tu futuro. La ventana competitiva de un equipo cuyo base es Chris Paul, con 37 años, era limitada. Traer a Kevin Durant no la alarga, pero multiplica las opciones cada año.

Solo el tiempo dirá si el fichaje fue un acierto pleno o no, pero como pasó con Wilt, Robertson, Kareem o Shaq, traspasar por uno de esos jugadores implica tener que luchar sí o sí por el anillo desde el primer día. Y asumir que cada vez que no consigas ganar el título NBA puede considerado un fracaso. Pero no sería una sorpresa si Brooklyn, usando todas las rondas recibidas desde Phoenix, presenta a medio plazo un proyecto más interesante.

 

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