«No echo de menos el basket. Vivo bien, gracias a dios. Tengo otros intereses, como la agricultura». Así empieza una interesante entrevista que el ex jugador serbio Darko Milicic ha concedido al diario serbio Blic y que el portal Hoopshype ha traducido al inglés.
Sólo tiene 30 años y hace más de tres que jugó su último partido como profesional. Tras retirarse, Milicic practicó kickboxing y participó en un Mundial de pesca. Incluso amagó con volver a jugar al basket, el pasado verano, pero dio marcha atrás.
Ahora vive en una granja con su familia. Y repasa su carrera NBA, que empezó tras ser elegido con el número 2 del draft de 2003, justo detrás de LeBron James:
(Salto prematuro) «Existía la oportunidad de ir a la NBA o quedarme en Serbia. El Hemofarm sabía que si iba a la NBA ellos recibirían más dinero que si iba a algún club europeo. Aquí había pobreza y el dinero estaba allí».
(Filosofía NBA) «El sistema es cruel y no me gusta. Si un jugador joven no triunfa, no cuidan de él. Es una lástima. Hay jugadores que son el número 1 ó 2 del draft y tienen la oportunidad de jugar. Yo no tuve esa oportunidad. LeBron James ahora es un killer, pero tuvo una oportunidad en su primer año, podía tirar desde la grada si quería. Yo casi no tuve oportunidades».
(Rivales) «Nadie me irritó en especial pero Kobe es el jugador más sucio por lo que hace en la pista. Pero sin duda es el mejor. Es increíble».
(Malas experiencias) «Cuando estuve en Orlando, si tiraba desde fuera, el entrenador Brian Hill me gritaba ‘pásasela a Howard’. En Detroit nada fue bien. Larry Brown siempre me decía que jugase cerca del aro. En Orlando me ofrecieron un contrato de 40 millones por cuatro años pero de repente su mánager se lo cepilló. Mi agente me dijo que se encargaría de ello y yo le dije que no quería ir a Memphis. A cualquier sitio menos allí. Y, por supuesto, fui a Memphis. Luego me lesioné y no jugué mucho».
(Etapa en los Wolves) «Intenté hablar con ellos para que no me firmaran, dije que no entrenaría. Que crearía problemas en el vestuario, pero insistieron. Me pidieron un margen de dos semanas, y si no funcionaba me dejarían ir. Acepté y estuvo bien. Jugué pero no ganamos. Echaron a Rambis y cuando llegó Adelman me di cuenta de que no funcionaría. Pekovic empezó a jugar bien y pensé: ‘No importa, saldré desde el banquillo’. Pero no funcionó y me fui».
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