LeBron James no deja de sorprender. En la rueda de prensa posterior al 4º partido de las Finales 2018 de la NBA, en la que los Warriors se confirmaron como campeones de nuevo, el ’23’ confesó que había jugado tres de esos cuatro partidos de la serie «con una mano rota». James se refiere a la mano derecha.
Brian Windhorst, uno de los periodistas más cercanos a ‘The King’, aporta información en ESPN. La lesión se produjo tras el 1º partido, del que luego salieron esas imágenes de LeBron tan cabreado después de la acción de J.R. Smith en la que no se pidió un tiempo muerto que sí quedaba y se perdió en la prórroga.
«Me dejé llevar por las emociones», dice el jugador. Y es que le propinó un puñetazo a una de las pizarras del vestuario del Oracle Arena por mera frustración.
Desde ese momento, según la información, ha estado llevando una especie de venda para protegerse –«un molde suave»– en los momentos en los que las cámaras no le grababan (y así no dar una ventaja competitiva todavía mayor a los Warriors), se puso hielo después de los partidos y usó una pelota de tenis para que la mano se fuera recuperando más y más rápido.
Se sometió a dos exámenes médicos que confirmaron el diagnóstico.
En estas imágenes del antes y después se puede apreciar la inflamación:
LeBron had a cast on his right hand after Game 4. Here's a closer look at the swelling from an in-game photo: pic.twitter.com/Qhz5kEoz0A
— SportsCenter (@SportsCenter) 9 de junio de 2018
A esto hay que sumar el derrame en el ojo izquierdo que le produjo Draymond Green por un golpe precisamente en el 1º partido, tras lo que se ha visto a James con el ojo rojo durante toda la eliminatoria.