A los 25 años, tras una temporada al sol de Miami, Dion Waiters es un jugador nuevo. El escolta ha acabado la temporada con sus mejores registros de rebotes (3,3) y asistencias (4,3) desde que está en la NBA. Y con 15,8 puntos, se ha quedado a una décima de igualar su mejor registro.
Una temporada de resurrección tras una elección difícil el pasado verano. «No lo hago por el dinero», dijo cuando firmó por los Heat. «Lo hago por la oportunidad de jugar y divertirme. Todo lo demás vendrá solo. Siento que es lo mejor para mi y para mi familia. Podría haber esperado y tener lo que quería. Pero cuando acaba el día prefiere estar contento a deprimido. Lo puedes tener todo y no estar contento».
Waiters vuelve a ser un jugador determinante en la Liga. En Miami ha recuperado la autoestima y ha perdido peso. Una de las grandes claves para su resurrección es su transformación física: el 26 de julio firmaba pesando 106 kilos; cuando empezó la pretemporada, en septiembre, ya estaba por debajo de los 101; y durante la temporada ha seguido la pérdida.
«Están encima tuyo y se aseguran que haces lo que tienes que hacer», explica Waiters sobre el método de trabajo de los Miami Heat. «Lo más importante es conseguir que tu mente y tu cuerpo estén bien. Es con lo que predican aquí, que consigas el mejor estado de forma de tu vida. Como se puede ver con algunos compañeros, incluido yo, se trata de tener bien el cuerpo. Y de ha demostrado en la pista».
En la pista se ha visto su evolución. Y fuera de ella, Waiters no tiene problema en mostrarla comparando una imagen suya el verano pasado y otra de este final de curso, cuando puede elegir convertirse de nuevo en agente libre. ¿Volverá a ganar kilos… pero de dinero?
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