Damian Lillard se sentó con JJ Redick para reflexionar en su podcast acerca de la NBA actual, los jóvenes que llegan a la liga y su amor por el juego. Pensamientos desarrollados de manera precisa y adecuada que dieron forma a una magnífica conversación entre ambos. Aquí tienes algunas de sus ideas y reflexiones:
«Siento que juego por amor al juego. Quiero competitividad. Quiero saber qué se siente al ganar. Quiero ver a mis compañeros de equipo hacerlo bien. Quiero que paguen bien a mis compañeros de equipo. Disfruto de la parte de unión con el resto, pasamos más tiempo juntos que con cualquier otra persona.
Aunque entiendo que jugamos para ganar campeonatos, todos queremos ganar el campeonato, no podemos seguir actuando como si nada importara. Como si el viaje no importara. No podemos seguir haciendo eso… No sé si puedo jugar mucho, mucho tiempo, porque no disfruto de lo que la NBA en su conjunto se está convirtiendo.
Cuando llegué a la liga, es decir, cuando Jason Kidd era titular en los Knicks, Grant Hill, Kurt Thomas y Kenyon Martin… había tipos muy mayores en la liga. Jugué con Jared Jeffries, que tenía 40 o 41 años o algo así. Earl Watson tenía 40 cuando jugué con él. Jugué con auténticos veteranos y aprendí mucho. De Mo Williams, Earl Watson y Jared Jeffries aprendí cómo ser un base o cómo dirigir. Y ellos ni siquiera jugaban, simplemente me enseñaron la forma en la que había que hacer las cosas y no tuve más remedio que respetar el juego. Cuando llegué a la liga, no sólo tenías que ganarte lo que te daba el equipo o el respeto, sino que tenías que ganarte tu espacio en el equipo.
No era «Oh, eres la sexta elección en el Draft, es tu equipo». ¿Qué es eso? Creo que ahora la diferencia es que no tienes esa presencia de veteranos. Así que tienes jugadores más talentosos que nunca llegando a la liga, siendo elegidosen las posiciones 1, 2, 3, 4, 5 del Draft, ganando más dinero del que nunca ganaron los elegidos en esos puestos, y no sólo eso, sino que ahora les das las llaves de la franquicia. No hay nadie que les diga que son super talentosos pero que tienen que ganarse su espacio. Tienes que ganarte tu camino. Llegan y se les da todo desde el principio. Eso afecta a su forma de ser y su manera de jugar. Juegan para sí mismos, juegan por las estadísticas. Piensan que son LeBron James cuando llegan a un All-Star Game o consiguen un contrato máximo. Es diferente. No sé cómo explicarlo del todo, pero la NBA en la que juego ahora no es la NBA a la que llegué.»
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