En las últimas semanas, los Lakers son uno de los equipos de moda en la NBA. Sin Anthony Davis, apartado del equipo por lesión, LeBron James se ha echado a la histórica franquicia a la espalda para ganar cinco partidos seguidos y meter de lleno a los Lakers en la lucha por el play-in. Vencieron en Atlanta y Charlotte antes de superar a los Heat, sin James, ganar a los Hawks en casa y vencer en Sacramento en un auténtico thriller. Salvo el día de Miami, siempre con James de referencia. Son unos Lakers diferentes en la entrada de 2023.
Desde el día de Navidad, el Rey ha jugado siete partidos con un récord de 5-2. Por el camino está promediando 35 puntos, 8.3 rebotes, 6.9 asistencias con un 56.4% en tiros de campo (pese al 21% en triples). Desde su cumpleaños, el pasado 30 de diciembre, los Lakers están invictos y James promedia 38 puntos, uno por cada año que cumplió. En su temporada 20, LeBron sigue jugando a nivel MVP y una vez vuelva Davis, si mantiene el nivel que mostró antes de la lesión, los Lakers pueden soñar con todo, aunque necesitarían mejorar el nivel de la plantilla.
Ahora mismo la gerencia de los Lakers tiene que tomar, seguramente, la decisión más difícil entre todos los general managers de la NBA. La disyuntiva es clara: apostar todo por esta temporada o no. Y parece un dilema sencillo, pero tiene implicaciones muy a largo plazo. Los dos principales activos que tienen en Los Angeles para mejorar el equipo son las rondas de 2027 y 2029, dos picks que en unos Lakers post-LeBron, van a valer oro. Son los assets más codiciados del mercado, pero Rob Pelinka todavía no ha decidido si es momento de usarlos.
Hay argumento sólidos para ambos lados, pero LeBron se ha posicionado. En una entrevista con el periodista Sam Amick, de The Athletic, tras la victoria ante los Kings. LeBron dejaba caer que su trabajo era en la pista, en el vestuario, y que no tenía tiempo para presionar a la gerencia de la franquicia. Su única preocupación era jugar a baloncesto, pero antes de marcharse, tras una breve pero intensa pausa, lanzaba el mensaje demoledor: “Todos sabéis qué mierda debería estar pasando. No necesito hablar”. Pocas veces había sido tan contundente.
Apostar o no por LeBron James
Los Lakers están ahora mismo fuera de posiciones que dan acceso a play-in, pero están a solo tres partidos de la quinta posición en una conferencia Oeste muy apretada desde Dallas, cuarto en este momento, hasta Oklahoma, decimotercero. Entre acceder directamente a playoffs o quedarse fuera hay un partido de diferencia, pero para recortar esa distancia, toca reforzar el equipo. Esa es la teoría agresiva, donde está situado LeBron James. Un equipo con dos jugadores como James y AD siempre tiene que competir, cueste lo que cueste, y más con ambos jugando a este nivel.
El coste, en este caso, usar una primera ronda (o ambas) de un proyecto futuro donde LeBron ya no estará involucrado. Y mucho menos si sigue diciendo públicamente que le gustaría compartir vestuario con su hijo, Bronny James, quién llegará al draft en 2024: ahora mismo los Lakers no tienen su primera ronda para ese año, algo que haría complicado de inicio imaginar un futuro de LeBron en Los Angeles. Por ese motivo, hay una segunda mentalidad, mucho más conservadora y realista.
Este equipo tiene muy pocas probabilidades de conseguir el anillo, ni siquiera de superar múltiples rondas de playoffs, por mucho que cuenten con LeBron y Davis en el vestuario. La plantilla tiene deficiencias y, comparada con Denver, New Orleans, Memphis o incluso los vigentes campeones, Golden State, los Lakers están ahora mismo a años luz. Lo compensan con esfuerzo, pero hay una gran disparidad en talento. Por ese motivo es mejor conservar dos activos tan importantes como las primeras rondas de 2027 y 2029, las únicas dos que pueden traspasar.
En el próximo mes, antes del 9 de febrero, los Lakers tendrán que tomar la decisión de qué ruta tomar. Si quieren seguir luchando y apostar por el presente, con LeBron James y Anthony Davis, o bien mantener la plantilla actual y aceptar el destino real. Los Lakers sueñan con los playoffs, pero sin cambios reales, este equipo no está para competir por el anillo. Turno de Rob Pelinka.
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