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“Light the Beam”: la historia detrás del láser al infinito de los Sacramento Kings

“Light the Beam”: la historia detrás del láser al infinito de los Sacramento Kings

Los Sacramento Kings son la gran historia de la temporada y detrás de cada victoria hay un láser gigante apuntando al cielo.

Dentro de todas las tradiciones que hay en el baloncesto, hay una que se ha vuelto viral en los últimos meses. Los Sacramento Kings, uno de los equipos de moda de la competición, decidieron que para este 2022/23 iban a encender una luz morada hacia el cielo para celebrar cada victoria del equipo. De idea y proyecto ha pasado a ser una cultura, parte de la sociedad y la identidad de un equipo que anhela ganar tanto por sus aficionados como por el beam. Como cuatro láseres han cambiado la identidad de una franquicia que suma casi dos décadas sin jugar playoffs.

El propietario de la franquicia, Vivek Ranadive, explicó que la idea era crear algo que llegara al más allá, más lejos de lo que el ojo humano pueda ver. “Como persona que trabaja en tech, tener cuatro láseres apuntando al espacio exterior está bastante guay. Quiero que lo vean los alienígenas”, decía en una entrevista. La inspiración fue la señal que los Angels de la MLB tienen en su estadio, una A gigante que se ilumina cuando la franquicia gana un encuentro. La idea fue de John Rinehart, el presidente de operaciones de los Sacramento Kings y ha sido un éxito desde el primer día.

De luces pasaron a láseres morados, y solo faltaba saber dónde ponerlos. Hubo opciones por toda la ciudad, desde el edificio del State Capitolio, la Bridge Tower o incluso el centro de Sacramento. “Pero realmente queríamos que saliera de nosotros, y que mejor que nuestro pabellón”, explicaba Ranadive. Son exactamente cuatro láseres gigantes cada uno con 1000 watts de potencia y es conocido como el haz de luz de la victoria. Cada noche que los Kings ganan, la franquicia lo ilumina en lo que se ha convertido en una celebración que nadie quiere perderse. Empezó como un evento extraño, ahora es una tradición.

Y parte de la tradición es que sea alguien el encargado de encender la luz. Los jugadores han sido los más habituales, pero hasta el rapero 50 Cent ha tenido el honor de apretar el botón para mandar un mensaje al cielo. El último fue Domantas Sabonis con la ayuda del público.

Desde entonces se ha convertido en el cántico de guerra de la afición de los Kings, que ya no lo usa solo para celebrar victorias. En Google Maps el lugar fue catalogado durante un tiempo como un punto de adoración y hasta en las bodas ha salido a relucir la expresión. Light the Beam es una cultura en la ciudad. Los Sacramento Kings son Beam Team, un concepto que la franquicia ya ha registrado con el objetivo de crear un marca. Y el rendimiento del equipo les está ayudando a conseguirlo. La franquicia, a la que se le criticó duramente hace un año por deshacerse de Tyrese Haliburton, ha cambiado el rumbo por completo.

Hasta la fecha, los Kings son el tercer mejor equipo de la conferencia, el segundo mejor ataque de la NBA y una de las grandes sorpresas de la temporada. Con la llegada de Mike Brown en verano, más los fichajes de Kevin Huerter, el propio Sabonis en febrero y la elección de Keegan Murray, el equipo ha encontrado su identidad. Y a todos ellos toca unir a De’Aaron Fox, el jugador con mejor rendimiento en los cuartos periodos en la NBA, capaz de liderar a este equipo a su mejor inicio en casi dos décadas. Son el mejor equipo de la división, por delante de los tres últimos finalistas del Oeste (Warriors, Suns, Lakers) y de unos Clippers que salían como favoritos a principio de año.

Y el objetivo real es romper la sequía más larga en activo del deporte americano. Los Sacramento Kings suman 16 temporadas consecutivas sin jugar un partido de playoffs, un dudoso honor que consiguieron tras la clasificación de los Seattle Mariners a la última post temporada en la MLB (llevaban 21 años sin jugar playoffs). El equipo por aquel entonces tenía a Mike Bibby, Peja Stojakovic, Brad Miller y Bonzi Wells como referentes. Y parte del cambio radical de la franquicia tiene nombre y apellido español. Jordi Fernández, el entrador de Badalona, es el principal asistente de Mike Brown e incluso hizo de primer entrenador tras la expulsión de este en Toronto, en el que fue el debut de un entrenador nacido en España como primer entrenador en la NBA.

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