Tras siete temporadas, y de manera inesperada para él, la etapa de Serge Ibaka en Oklahoma City llegó a su fin la noche del Draft, con su traspaso a Orlando.
Ibaka despertó en París con un montón de mensajes en su teléfono: así supo que se mudaba de los aspirantes Thunder a unos Magic en reconstrucción. Y en uno de esos mensajes encontró el consuelo a la sorpresa inicial.
«Una de las cosas que me hizo sentir bien en ese momento fue que me escribió mi padre», recuerda Ibaka en su rueda de prensa de presentación con los Magic, en declaraciones recogidas por The Republic. «Antes de que me pudiera emocionar y ponerme contento, mi padre ya lo estaba. Me felicitó y me dijo que estaba muy contento por mi. Eso lo cambió todo al momento».
Ibaka ya ha digerido el cambio: «Esto es un negocio, las cosas pasan por alguna razón. Estoy muy contento de estar aquí, también por mi familia y mi hija». Y lo afronta como un desafío: «Me siento bien, como en mi primer año en la Liga, siento esa emoción. Estoy deseando empezar este nuevo reto. Ya sé que no será fácil. Llegamos a ser grandes cuando superamos los retos que se nos presentan».
Para Frank Vogel, el nuevo entrenador de los Magic, «Serge Ibaka es una pieza importante para llevar a esta organización donde queremos, a ser un monstruo en defensa, uno de los mejores equipos defensivos de la Liga. Vamos a abogar por la defensa tanto como lo he hecho siempre. Pero necesitas gente que haga ese trabajo».
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