Pocas veces un corte de pelo ha tenido un significado tan importante y que ha supuesto una liberación tal para el protagonista. El caso de Lonnie Walker, joven jugador de los Spurs, así lo prueba. Dejando atrás el confinamiento por coronavirus más duro, ya que con su equipo ha empezado a preparar la fase decisiva de la temporada de la NBA que se disputará en Orlando, decidió cortarse su melena, reconocida por los aficionados de la Liga por su espesor y longitud. El hecho pasaría prácticamente desapercibido si no fuera por lo que supone para él. Una historia realmente íntima, cruda y desagradable.
Después de raparse la cabellera Lonnie Walker ha explicado a qué responde este cambio y a qué respondía su anterior aspecto. Lo ha hecho en su cuenta de Instagram.
El jugador relata el infierno que sufrió en su infancia, los abusos dentro de su familia y el pelo como herramienta para ocultarse ante los demás. Éstas son sus palabras:
«La verdad es que esto empezó cuando estaba en quinto grado [9 años]. Para mí era como una forma de camuflarme. Durante aquel verano estuvo junto a muchos de mis familiares. Con algunos, cuyos nombres quedarán olvidados, más que con otros. Fui acosado sexualmente, violado, abusaron de mí. Hasta acabé acostumbrándome porque a esa edad ni siquiera sabes qué es qué. Yo era un niño curioso e inocente que no sabía lo que era el mundo real. Y empecé a pensar en mi pelo, que era algo que sí podía controlar, aquello lo podía crear yo y cambiarlo yo. Y me dio confianza»
«Recientemente no me estaba encontrando bien, a la cabeza me estaban volviendo los recuerdos de aquellos demonios y mentalmente estaba pasándolo mal. Con la pandemia empecé a mirarme en el espejo de verdad y a comprobar quién soy de verdad estando así, encerrado entre cuatro paredes»
«Acortando la historia, he encontrado paz y felicidad interna en este trayecto. He perdonado a todos, incluso a aquellos que no se lo merecen. ¿Por qué? Porque era un peso para mí. El tiempo no espera a nadie, así que… ¿para qué iba a seguir perdiéndolo? Cortarme el pelo ha sido más que cortarme el pelo, mi cabello era una máscara tras la que yo me escondía por mi inseguridad. Sentía que no estaba preparado para este mundo. Pero ahora estoy mejor que nunca: fuera lo viejo, dentro lo nuevo. He mudado de piel de manera mental, emocional, física y espiritual. La vida siempre va a ser dura, tienes que jugar con las cartas que tienes e intentar acabar con la mano ganadora; y las derrotas no son más que derrotas que las lecciones. Seguiré aprendiendo sobre mí mismo»
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Foto: Kent Smith / Getty Images
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