Los Clippers miran al futuro. No muy lejano (los playoffs) pero sí que lo hacen. Al menos eso se entiende después del choque ante los Denver Nuggets, que se llevaron en el Staples Center por 105-90. Conocedores de que difícilmente variarán su cuarto lugar en el Oeste a falta de menos de diez partidos, y con Blake Griffin a punto de volver (ya tiene el alta médica, cumplió el primero de sus cuatro partidos de sanción por su pelea con un médico de la franquicia angelina) los locales no hicieron grandes alardes para llevarse el triunfo.
Tan sólo los hizo DeAndre Jordan. El pívot de los Clippers, que no acudió esta vez demasiado a la línea de tiros libres (hizo 2/4) fue el mejor jugador del choque. O al menos, el más determinante. Con 16 puntos, 16 rebotes y 6 tapones, elevó a su equipo en el tercer cuarto para marcharse (parcial de 25-12) con acciones tan espectaculares como el alley-oop con Chris Paul. Tras taponar a Darrell Arthur, el ‘6’ se recorrió la pista entera para hundir de forma bestial el balón en el aro de los Nuggets.
Los jugadores entrenados por Michael Malone vieron prácticamente perdidas (si no lo estaban ya) sus opciones de jugar los playoff con la derrota en Los Ángeles. Están a 5 partidos y medio de Utah cuando les quedan 8 por jugar. Eso sí, lo intentaron: remontaron un comienzo irregular de choque (12-4 y 23-9 en contra en el primer cuarto) para igualar gracias a la entrada de Dj Augustin. El base anotó sus tres primeros triples y acabó con 18 puntos.
Después, el relevo lo cogió Nurkic, que acabó con 19 tantos como el máximo anotador del partido, liderando un banquillo que acabó con 62 puntos. Del quinteto titular, mejor no hablar. Emmanuel Mudiay sólo anotó dos canastas en juego de 15 intentos. Por los de Doc Rivers, además de Jordan, cinco jugadores estuvieron por encima de los dobles-dígitos. Paul (14), Reddick (12), se vieron apoyados desde el banquillo por Crawford (14) junto con Green y Johnson, que sumaron 13 tantos cada uno.
Sigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
