La jornada NBA ha estado marcada por el escalofriante homenaje que Los Angeles Lakers han rendido a Kobe Bryant. Pero ha habido más. Un total de siete encuentros se han disputado la pasada madrugada, que nos deja un curioso dato en el triunfo de los Houston Rockets sobre los Dallas Mavericks.
El duelo tejano sin el concurso de Luka Doncic se ha resuelto con triunfo en el Toyota Center para los de Mike D’Antoni por 128-121. Los 35 puntos de James Harden y los 32 de Russell Westbrook han sido determinantes en un partido que deja a los anfitriones con 30-18 de balance, en el quinto lugar del Oeste, y que pasará a la historia por la formación que presentaron los locales.
¿Se acuerdan del famoso Small-Ball que pusieron de moda los Golden State Warriors de jugar sólo con jugadores pequeños? Pues lo han llevado a la máxima expresión los Houston Rockets. Desde hacía casi 60 años (1963, cuando los New York Knicks lo llevaron a cabo frente a los Chicago Bulls), ningún franquicia jugaba con una plantilla que no superara, en ningún jugador, los 1,98 metros de altura en la NBA.
P.J. Tucker, Danuel House, Russell Westbrook, Eric Gordon, James Harden, Thabo Sefolosha, Austin Rivers y Ben McLemore fueron los jugadores que utilizó el técnico de los tejanos en el choque, ya que tanto Tyson Chandler como Isiah Hartenstein, ambos con 2,13 metros de altura, se quedaron en el banquillo. Sorprendente.
Los Houston Rockets ya están acostumbrados a esto
Una fórmula que no es nueva no obstante en los últimos años para Houston Rockets ni tampoco para su técnico, acostumbrado a jugar a la carrera y siempre desde la amenaza exterior, limitando casi al máximo el uso del poste bajo. Tanto que jugar sin altos ya no es un problema en la mejor liga del mundo.