Stephen Curry, en el último choque contra los Thunder de temporada regular, sumó en Oklahoma 46 puntos. Visita feliz que contrasta con lo sucedido en este primer viaje a la localidad norteamericana en las Finales del Oeste. El base de los Warriors no ha estado acertado (5/21 en triples, su equipo ha perdido por 58 puntos entre los dos choques con él en pista) y su equipo no tiene margen de error con el 1-3: “Es en gran parte mi responsabilidad. Tengo que jugar mejor”.
Así de tajante se mostró el MVP a la salida del cuarto partido, a la vez que reconoció más errores: “Tengo que controlar la situación. Obviamente quiero anotar más, pero es más importante ser paciente en ataque. Voy a ser mejor”, declaró Curry a la vez que rehuyó excusas con la lesión de rodilla en primera ronda y reiteró su idea: “No, estoy bien. Sólo tengo que jugar mejor”.
También salió al paso para defenderle su entrenador. Steve Kerr habló de los posibles dolores de Curry y su bajo acierto: “Él regresa de una lesión de rodilla, pero no está lesionado. Sólo tuvo una mala noche. Le pasa incluso a los mejores del mundo, pero se va a recuperar”. A su vez, el técnico, esperanza para la vuelta al Oracle Arena: “Todos tenemos que remontar, pero las buenas noticias son que vamos a casa. La idea es ir allí, conseguir una victoria y ver qué pasa”.
Por último, Westbrook, protagonista del cuarto encuentro con su triple-doble, también mostró sus sensaciones al final del choque: “Juego cada partido como si fuera el último, sin importar quién esté delante. «Ése es mi trabajo, y mi trabajo es preocuparme por mi equipo, y eso es lo que hago», destacó uno de los líderes de unos Thunder que acarician la Final de la NBA cuatro años después.
