‘Deja vù’. Eso debieron pensar los Golden State Warriors al ver cómo discurría el partido ante los Milwaukee Bucks en el Bradley Center. Hace menos de un año, los de Steve Kerr perdían la imbatibilidad en ese mismo escenario, tras 24 triunfos seguidos, pero en esta ocasión han ganado aunque haya sido casi de milagro (121-124).
Resuelto parecía el partido con el 107-118 a cinco minutos del final. Nada más lejos de la realidad. La estrella de la noche para los locales, Giannis Antetokounmpo (30 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y 1 tapón), apoyado por Jabari Parker (28 tantos), lideraba el intento de remontada de los de Jason Kidd pero fallaba un mate que hubiera puesto el empate a 122:
El partido seguía vivo pero la estrella de los Warriors no era ni Durant (33 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias), ni Thompson (25 de sus 29 en la segunda mitad) ni Curry (20, pero fallón en el triple): Draymond Green. Con 10 puntos y 5 asistencias se convertía en la pesadilla del Greek Freak, sobre el que machacaba en el primer cuarto y al que le robaba la cartera en la jugada clave del partido:
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