Quintas Finales de la Conferencia Oeste consecutivas para los Golden State Warriors. Los chicos de la bahía de Oakland se impusieron (113-118) a los Houston Rockets en el Game 6 de su eliminatoria y certificaron su clasificación para la siguiente ronda sin necesidad de ir a un séptimo y definitivo encuentro. El conjunto de Steve Kerr tuvo que esforzarse hasta el final del choque, beneficiándose de un parcial de +10 en el último cuarto, pero no respirando tranquilo hasta prácticamente el bocinazo final.
Stephen Curry firmó una actuación decisiva, a la par que peculiar. El base de los Warriors no anotó ni un solo punto en la primera mitad del encuentro y su imagen en esos dos cuartos iniciales hacía prever lo peor. Sin embargo la estrellas de los de la bahía, que no contaron con Kevin Durant por lesión, despertó tras el descanso y explotó en la segunda mitad con 10 puntos en el tercer periodo y 23 en el último, para un total de 33 tantos después del intermedio. Como bien tuiteó LeBron James una vez acabado el choque, «nunca subestimes el corazón de un campeón».
Junto a Curry hay que dar la importancia que se merece a un Klay Thompson que tiró del carro mientras su compañero se decidía a entrar en el partido. El escolta acabó el encuentro con 27 puntos (7/13 en triples) y fue la antorcha a seguir durante muchos minutos.
Ahora los Warriors esperan un rival que saldrá del duelo entre los Portland Trail Blazers y los Denver Nuggets.
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