NBAEstás viendo//El efecto Luka Doncic: Los Mavericks son locales en la carretera
Gigantes del Basket
El efecto Luka Doncic: Los Mavericks son locales en la carretera

El efecto Luka Doncic: Los Mavericks son locales en la carretera

Luka Doncic volvió a Toronto y centenares de aficionados de Dallas se agolparon a verlo. Y se ha convertido en una tradición por todo el país.

Faltaba algo más de minuto y medio para el inicio del partido en Toronto cuando Herbie Kuhn, la voz de los Raptors, iniciaba la protocolaria presentación del equipo rival. La noche del sábado eran los Mavericks que visitaban Canadá, y tras introducir a PJ Washington, Klay Thompson y Dereck Lively II, llegó el turno de Luka. “From Slovenia” empezaba el mítico speaker para delirio del público. Cuando llegaba a las medidas del jugador, “a 6-7 guard” la ovación ya era atronadora, “number 77, Luka Doncic”. Para entonces el público rendía pleitesía a la estrella de los Mavericks que otra vez, jugando lejos de casa, se siente local. Segundos más tarde era el turno de Kyrie Irving y los aplausos seguían. Y no es para nada la primera vez que les sucede.

Que la NBA es un espectáculo no es un secreto. Que los jugadores, sobre todo las estrellas, son el epicentro del producto también es algo conocido por todos. La gente viaja por todo el mundo para seguir a algunos jugadores, a los más importantes, y eso incluye en la lista exclusiva a Luka Doncic. Estrellas que consiguen que un pabellón rival luzca con casi tantas camisetas del equipo visitante como locales. “Yo diría que nos pasa en todos los pabellones, quizá con Boston, Los Angeles y los Golden State como excepción” nos dicen fuentes de la franquicia. “Porque ellos son verdaderos fans o tienen sus propias superestrellas” sigue. Tambiénen los hoteles, para la llegada y salida de jugadores están más llenos que el resto de franquicias.

Un fenómeno que viene sucediendo desde su primera temporada en la NBA. Casualmente, son esas tres franquicias, Celtics, Lakers y Warriors, las que también acumulan gran parte de los aficionados incluso cuando juegan de visitante. No es extraño ver camisetas verdes en los partidos de Boston en la carretera, o aficionados de LeBron James y Steph Curry llenando las gradas. A ese nivel se mueve Luka Doncic, al de dos de los mejores jugadores de la historia del deporte. Klay Thompson es de los jugadores que ha vivido eso toda su carrera, primero con los Warriors de Steph Curry y ahora con el esloveno, y al ser preguntado, asegura que son “comparables” en el impacto que tienen.

La principal diferencia es que Doncic carga con un componente nacional como representante por el mundo de Eslovenia. “Es un testamento al talento de Luka, que es un tesoro nacional. Y carga con una gran tradición del baloncesto para Eslovenia, que pasó por los hermanos Dragic primero” nos explica Thompson en el vestuario del Scotiabank Arena antes del partido. Y sucede por todo el país. “Hay un montón de eslovenos en Estados Unidos, no recuerdo un pabellón donde no nos pase” nos dice Dwight Powell, el compañero con el que más partidos ha compartido Luka Doncic desde su llegada a la NBA. Powell, canadiense y miembro del equipo nacional de Jordi Fernández, ha recibido una ovación menor.

En Toronto, la presencia de Doncic implica que se celebre la noche de patrimonio esloveno. Más de 50,000 personas de nacionalidad u origen esloveno viven en la ciudad canadiense, y la visita de los Mavericks ha coincidido cada temporada con la celebración. La organiza por quinto año el Comité Cultural Pan-Esloveno en Toronto, una organización que tiene su propia revista y programa de radio. Más de 50 personas pudieron acudir al partido y presenciar en exclusiva el calentamiento de Luka Doncic, un evento único con triples de media pista de gancho. Situaciones similares se han vivido en los últimos años en Cleveland, Washington y otras franquicias de la Costa Este. Ohio es el estado con mayor población eslovena, con más de 60,000 personas, la mayoría emigrados entre 1880 y la primera Guerra Mundial.

Aficionados de los Mavericks y de Luka Doncic en el Scotiabank Arena

Aficionados de los Mavericks y de Luka Doncic desplazados al Scotiabank Arena para ver a Dallas.

Algunos han viajado desde la otra punta del país, Winnipeg, solo para ver al esloveno. “Llegamos ayer, nos vamos mañana” nos cuentan con una sonrisa. “Es parte de nuestra herencia y es un motivo de orgullo también para nosotros como eslovenos o hijos de eslovenos” dice Millie Muhič-Dolenc, la organizadora del evento. Es la quinta vez que Doncic puede jugar en Toronto, tras la lesión en 2019 y la pandemia que mudó a los Raptors a Florida, con un récord de 3-2 tras la victoria de anoche, con su segundo triple-doble. Y jugar delante de sus aficionados sigue siendo muy importante para un Doncic que nunca le ha dado la espalda a Eslovenia. “Es importante. Cuando me han anunciado he oído la ovación, es especial tener algo así fuera de casa. Es una suerte poder experimentarlo” decía el propio Luka Doncic en rueda de prensa post-partido. 

“Para él es un motivo de orgullo y se lo toma muy en serio” asegura Jason Kidd ante los medios al ser preguntado por Gigantes. “Pero no importa si es la noche eslovena o no, es uno de los mejores jugadores del mundo y tiene muchos aficionados”. Porque no son solo eslovenos los que vienen a ver al exjugador del Madrid. Se ven camisetas de la selección, pero la mayoría son con el 77 de los Mavericks a la espalda, y alguna, pocas, del Real Madrid. Los hay que llevan siguiendo a Doncic desde su época en las categorías inferiores en el club blanco, y los que le conocieron en la NBA, pero todos apoyan a Dallas. “Hay fans de Luka y de Dallas por todo el mundo, y hemos sido afortunados de tener un apoyo extra en la carretera” insiste Powell.

Daniel Gafford es una de las caras nuevas de 2024 en estos Mavericks uno de los mejores finalizadores alrededor de Doncic. Para el pívot es una suerte “tener ese apoyo extra” y aporta “energía al equipo donde sea que vayamos”, pero no siempre ha sido así. Jugando para los Wizards estuvo al otro lado del espectro, viendo como sus aficionados animaban al equipo rival. “Apesta, y nos pasaba cada dos partidos, sobre con Boston, Lakers o Dallas” nos cuenta recordando tiempos peores. “En esos momentos uno tiene que encontrar la manera de sacar su propia energía, de jugar sin tener en cuenta a los aficionados”. Markieff Morris, el jugador más veterano de estos Mavericks, pasó por lo mismo, pero el gemelo lo entiende. 

“Es comprensible. Hay niños, fans de todas las edades que siguen a jugadores. Esto es un negocio y cuando hay jugadores de la talla de ellos, da igual si la ciudad tiene un equipo local”. Markieff pudo jugar brevemente en Los Angeles con aficionados antes de la pandemia, y un año más junto a LeBron James donde experimentó esa sensación al máximo nivel. “Es lo mismo con Luka. Hay seguidores que les gusta el baloncesto, pero hay seguidores que les gusta específicamente algún jugador, y cuando hay superestrellas, nos pasa en cada ciudad a la que vamos” decía el jugador de los Mavs en su temporada 13.  ¿Pero qué pasa cuando el partido se aprieta? 

Ahí es cuando el aficionado local vuelve. El rugido del público sube, sin importar si son Kyrie Irving o Luka Doncic los que están peleando contra la franquicia. Importó poco al final del partido, con los Raptors remontando 24 puntos hasta ponerse a solo tres (117-120) y el público en pie. Pero se lo acabaron llevando los Maverick, se lo acabaron llevando Luka Doncic y Kyrie Irving. Y en el fondo, todos esos aficionados que pagaron más de $100 por ver a sus ídolos, podrán volver a casa con una sonrisa. Porque la NBA es un negocio, y los jugadores el producto. Y Doncic es uno de los mejores en cada pabellón. 

Deliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Desliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Cargando el siguiente contenidoEspera un momento por favor :)