Markelle Fultz desembarcó en la NBA como número uno del draft de 2017, pero en su primera temporada no dio que hablar por su talento, sino por protagonizar el único misterio que hizo sombra a la saga de Kawhi Leonard y los San Antonio Spurs: pasó cinco meses sin jugar porque no podía tirar a canasta. Unos decían que era un problema en el hombro; otros, incluyendo su entrenador personal, decían que era algo mental. El base de los Philadelphia 76ers se ha confesado en ‘The Undefeated’:
«Lo que pasó el año pasado fue una lesión, vamos a dejarlo claro. Fue una lesión que no me impedía hacer todos los movimientos que necesitaba para lanzar el balón», asegura Fultz. «He estado trabajando en mi tiro todo el verano. Y si tengo que tirar, lo voy a hacer».
Esto último es importante porque el problema no se tradujo ‘sólo’ en que lanzara mal a canasta, sino en que no quería lanzar desde lejos. Durante el año que pasó en la Universidad de Washington, Fultz demostró ser un tirador más que aceptable, anotando el 41% de sus triples. La temporada pasada, en los 17 partidos que pudo jugar, tan sólo intentó un triple. Fue en el último segundo de una posesión y el balón apenas tocó el aro.
Según Brett Brown, Markelle Fultz ha lanzado este verano «150.000 triples». Exageración aparte, a juzgar por lo visto en pretemporada parece que al menos ha recuperado su mecánica. Y, aunque pasó desapercibido, contra los Orlando Magic anotó el primer triple de su carrera profesional.
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