Matt Barnes regresó a Los Angeles para jugar contra los Clippers, su equipo las tres pasadas temporadas. Y, claro, no podían faltar preguntas referentes al sonado incidente que tuvo a principios de octubre con Derek Fisher, antiguo compañero suyo en los Lakers y actual entrenador de los Knicks, en casa de su ex esposa.
“Somos dos adultos que deberíamos haber manejado el asunto como tales. Pero él [Fisher] prefirió salir corriendo y contárselo a la policía y a la NBA. Y por eso el asunto se ha ido de las manos”, explicó el alero de los Grizzlies tras la sesión de tiro matinal previa al choque ante los Clippers.
La investigación interna del caso por parte de la NBA, según, Barnes “es una manera de mantener la situación viva”.
Sobre su etapa y controvertida salida de los Clippers el pasado verano, Barnes comentó que “fue frustrante porque tuve la sensación muchas veces de que nada de lo que hiciese estaba lo suficientemente bien. Nunca bastaba”.
Su aterrizaje a los Grizzlies no está sido cómodo, ni individual (6,8 puntos de media con un pobre 28.3%) ni colectivamente (balance 3-5 antes de recibir mañana a los Warriors). Barnes marca el camino a seguir para la recuperación. “Tenemos que volver a ser ese equipo desagradable, incómodo, contra el que he jugado durante tantos años”.
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