Jugaron en los Lakers, fueron ídolos en Los Angeles y ahora ejercen de padres orgullosos: Shaquille O’Neal y Metta World Peace dejan paso a sus hijos, que se han enfrentado en el Ron Massey Classic, un torneo californiano.
A Shareef O’Neal le habíamos visto hablando de Kobe, machacando por encima de su padre o jugando una pachanga con sus hermanos y el hijo de Jason Williams. Ahora, con camiseta blanca y el número 44 a la espalda, ha anotado 18 puntos ante otro hijo de ilustre.
Ron Artest III, número 1 de negro y autor de 14 tantos, apenas hace dos años que juega al baloncesto y no se le da mal: es la viva imagen de su padre, que mira el partido desde la línea de fondo, sentado en el suelo.