El mundo del baloncesto está de luto. Tras el fallecimiento del ex jugador y entrenador Quino Salvo, víctima de una larga enfermedad, también se ha conocido la muerte de otro antiguo jugador ACB.
Sean Rooks ha muerto a los 46 años de edad de un ataque al corazón según han confirmado los Philadelphia 76ers, donde llevaba dos años como entrenador ayudante.
El neoyorquino estuvo en la NBA durante 12 temporadas antes de llegar a España, donde vivió los últimos momentos de su carrera en el Unicaja de Málaga y el Joventut de Badalona (ambos durante el año 2005).
Antes, el pívot de 2,13 metros formado en la Universidad de Arizona, y elegido en el puesto 30 del Draft de 1992, había desarrollado su carrera en NBA en varios equipos: Dallas, Minnesota, Atlanta, L.A. Lakers, L.A. Clippers, New Orleans y Orlando.
La repentina muerte del norteamericano ha frustrado su futuro, que parecía estar ligado a los banquillos. Tras comenzar como entrenador ayudante en la D-League con los Bakersfield Jam, llevaba desde 2014 como asistente de desarrollo en los Sixers.
El próximo año aún era una incógnita: tenía una oferta para ser entrenador jefe del conjunto afiliado de los Hornets, los Greensboro Swarm de la D-League, y se había reunido con Jeff Hornacek y Phil Jackson para unirse al cuerpo técnico de los New York Knicks.