Los Thunder son una de las verdaderas incógnitas de esta temporada. Lo llevan siendo desde que ésta comenzó porque aún no han dado una verdadera muestra de poderío. Algunas victorias de mérito ante los Warriors, los Cavs o los Rockets y actuaciones buenas de algunos de sus jugadores más reconocibles, pero con muchos problemas para jugar como un equipo.
Ahora mismo siguen peleando por ganarse una plaza en los playoffs. Se sitúan en la sexta posición de la Conferencia Oeste con 44-33, con opciones de ser cabeza de serie y también de quedarse fuera. Hasta eso es una incógnita a estas alturas para los de Billy Donovan.
¿Por qué los Thunder van a ganar el Anillo?
Lo demostraron el año pasado: sin casi jugadores ni opciones para romper otros sistemas mejor trabajados, estuvieron en la pelea. Se transforman en los momentos definitivos y ante los rivales de entereza.
Steven Adams, además, es la gran noticia para ellos. En una época en la que se juega más por fuera que por dentro, el juego de 2vs2 del de Nueva Zelanda con sus exteriores, así como la pugna por el rebote en ambos lados de la cancha, da unas opciones diferenciales al conjunto de Oklahoma sobre otros.
Y, pese a lo que dicen algunos de sus números, sí pueden defender. Los Thunder son el equipo de la NBA que más pérdidas del rival fuerza por partido: 16.
¿Por qué los Thunder no van a ganar el Anillo?
Tienen mucho que demostrar. El show de Westbrook queda atrás, en su año de MVP, ya que hasta él se tendrá que adaptar a otro tipo de juego si los Thunder quieren hacer el más mínimo progreso en el cuadro del Oeste, que ya de por sí es el más complicado de los dos.
Si hablamos con datos, OKC es el equipo que más lanza a canasta y uno de los que más tiros encesta pero ambos datos quedan empañados por su porcentaje: en el top-10… de cola. Y, en la era del triple, sólo siete de los treinta equipos tienen peor porcentaje desde la larga distancia.
El rendimiento alternativo de Paul George, las decisiones precipitadas de Russell Westbrook y el nulo encaje de Carmelo Anthony en el equipo están llevando a Donovan al quebradero de cabeza continuo para tratar de hacer que las piezas encajen. Y lo tiene que hacer sin su gran experto defensivo, Andre Roberson, como arma para liquidar a los rivales. Una quimera.
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