El pívot de los Denver Nuggets fue uno de los protagonistas del Basketball Without Borders de Belgrado, relativamente cerca del Sombor donde él nació. Momento que aprovechó para tener una conversación a modo de entrevista con Basketballsphere y dejar claro que sus comienzos en el mundo del baloncesto no fueron precisamente los que deberían tener los chicos que quieren llegar lejos en el deporte de la canasta.
«[Cuando era joven] ni siquiera me interesaba demasiado el baloncesto. No me exigía mucho a mí mismo. Sé que muchos de estos chicos probablemente acaben jugando en la NBA, pero yo soy un mal ejemplo. Lloraba cuando tenía que ir a entrenar y mi padre tenía que convencerme», explicó el jugador, que además aprovechó para bromear sobre lo que es tener a tu padre como tu mayor fan. «Mi padre sufre mucho porque no puede dormir. Ve todos mis partidos, y yo le digo que no me levantaría todos los días para verle jugar a él a las tres de la mañana. Supongo que eso es el amor de padre».