Ricky Rubio fue pieza importante en Minnesota frente a los Detroit Pistons. Sus 12 puntos y siete asistencias fueron importantes. Pero más lo fueron los 18 tantos del base visitante, Reggie Jackson, que le ganó el enfrentamiento. También lo hizo Detroit en Minneapolis. Los locales siguen sin ganar en casa. Una mala segunda parte, que perdieron por 16 puntos, les condenó ante los Pistons, con los que cayeron por 96-86.
Esencial fue la aportación de André Drummond. El pívot hizo lo que quiso en ambas zonas. Sus 21 puntos y 11 rebotes fueron suficientes para doblegar a los jóvenes Wolves. El empuje de Zach LaVine, Karl Anthony–Towns o Andrew Wiggins no fue suficiente. Su mal porcentaje desde el tiro de tres puntos (3/13), les condenó cuando el partido tenía que decidirse.
“Tenemos que anotar más desde fuera”, destacaba el entrenador Sam Mitchell referente al pobre acierto de los locales desde el exterior. Enfrente, Detroit tampoco tuvo un gran acierto, pero Drummond encontró ayuda, además de en Reggie Jackson, en Marcus Morris y Stanley Johnson, que pasaron de los dobles dígitos de anotación. Suficientes para ganar en una plaza, la de Minnesota, de momento, accesible.
“Nos decidimos a defender mucho más», dijo al término del choque el base Reggie Jackson. «Hemos hecho lo que queríamos hacer. Nos trataron de limitar el espacio en la zona, pero no pudieron hacerlo». Los Pistons sumaron, con el triunfo ante los Wolves, su segunda victoria consecutiva, tras ganar a los Cleveland Cavaliers. Van hacia arriba. Todo lo contrario que los locales, que deben de superar su maldición en casa para aspirar a algo más.
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