NBAEstás viendo//Philly in my mind
Philly in my mind

Philly in my mind

Autor: Nacho Doria
Se acaba 2008. El año del mate de Rudy a Dwight Howard en aquel inolvidable desayuno olímpico… En terreno más personal, ha sido el de mis 25 años pendiente de las Finales de la NBA. Sí, yo me estrene con aquellos Sixers de 1983 dirigidos por Billy Cunningham y con el Doctor J, Mo Malone, Mo Cheeks, Bobby Jones, Andrew Toney… Philly in my mind.

No, entonces aún no existía ‘Cerca de las Estrellas’. Pero una casualidad despertó mi curiosidad por la mitificada y todavía por descubrir NBA. Un ‘Nuevo Basket’ de aquella temporada cayó en mis manos. Y un reportaje sobre Moses Malone me atrapó: ¡resultaba que el mejor reboteador de aquella competición mágica y aún misteriosa, con 15.3 por partido, tenía las manos diminutas! Play offs, Conferencias Este y Oeste, cuatro Divisiones, 23 equipos con sus respectivos apodos, All Stars, draft, rookies, Lakers contra los Sixers, el Spectrum y el Forum de Inglewood… ¡Otro planeta! A través de aquellas páginas semanales seguí la temporada con máximo interés. Aquellas telefotos (en blanco y negro con impresionante ‘grano’) hacían volar mi imaginación… Martes 31 de mayo de 1983: los Sixers liquidaban la final NBA 4-0 ante los Lakers en Inglewood. Aquel día, Malone, el de las manos enanas, firmó 24 puntos y 23 rebotes…

Dr. J. y Bobby Jones, de cerca
Con el tiempo, pude reencontrarme con bastantes protagonistas de aquel equipo legendario. Y esos encuentros o apariciones en canchas europeas mitificaron aún más ese equipo en mi memoria. Cinco años después de aquellas Finales ante los Lakers, Julius Erving fue el embajador NBA en el Open McDonald´s de Madrid. En un clinic en el Palacio de Deportes, el Dr. J desplegó toda su clase y encandiló a todos los presentes.

Ante una audiencia entregada, el ‘Mago’ explicó que «el jugador óptimo es el que combina técnica y fuerza física y el que tiene un enfoque mental positivo y unos sentimientos emocionales fuertes. Esa ventaja psicológica es difícil de enseñar y es la que marca la diferencia. Pero también es importante mantener la pureza del amateur. Los jóvenes de hoy ven en el deporte un trabajo, no una diversión. El basket debe ser algo extra y no la principal motivación de sus vidas». Consejos de lujo tanto para futuras estrellas como para el barrio. ‘El poder de la mente’ se tituló la crónica que tuve la suerte de escribir para ‘Nuevo Basket’ rememorando sus acrobáticos vuelos para anotar a aro pasado, su pelo afro, el balón tricolor de la ABA… Erving, la mega estrella se ajustó su anillo en la recta final de su carrera (817.000 dólares de salario aquel ejercicio).

Un año después, en 1989, Bobby Jones compartía sus experiencias con los alumnos de un humilde colegio del barrio de Barajas. No tenía el glamour del Dr. J, pero era otro de los grandes héroes de aquellos Sixers’83. Aquella temporada 82-83, la NBA estrenó el galardón al Mejor Sexto Hombre con él (también el primer Mejor Defensor, que fue el base de los Bucks Sydney Moncrief). Con el quinteto titular formado por jugadores negros (de hecho, 9 de los 12 miembros de aquel plantel lo eran), mis sueños me asociaban a aquel esforzado alero alto. Su camiseta 24 me acercaba un poco más aquel baloncesto galáctico. «El ataque gana partidos; la defensa, campeonatos» fue la lección que recibí de Jones en aquel patio de colegio. Un brillante tópico que aún no era muy conocido por estos pagos.

Malone, Cheeks, Toney, Richardson…
Mo Malone fue la pieza precisa que necesitaban los Sixers. Tras perder las Series Finales del 80 y el 82 (ambas ante los Lakers), el equipo de Philadelphia recurrió a este center que sobresalía por su potencia y solidez, pero que aún asombraba por su movilidad y agilidad. Llegó procedente de los Houston Rockets (1.587.000 dólares su primer año en Philly). Un felino lince a la hora de rebotear y una roca que no necesitaba otro pívot a su lado para dominar. Fue la gran estrella de esos Sixers: Sports Illustrated (1.75$ era el precio) le dedicó la portada que tituló ‘La Tierra Prometida. Moses Malone lidera a los 76ers en la serie por el título’. ‘Big Mo’, el dominador.

Otro Mo, ‘Little’ Cheeks, era el ordenado base de aquel equipo memorable. El director de juego ideal para sacar partido a las piezas de una rotación corta y un esforzado y efectivo defensor. El clásico base clarividente que hace carrera en los banquillos tras colgar las botas… como así ha sido. A su lado, dos escoltas complementarios: el anotador Andrew Toney y el comodín Clint Richardson. Del primero contaban que anotaba con una facilidad insultante cuando la tensión era máxima (la prensa de Boston le bautizó como ‘El Estrangulador de Boston’ por sus destrozos a los Celtics); el segundo, salía de inicio, daba relevos a Cheeks y Toney y podía defender a aleros muchos más altos que su 1.91. Una coincidencia unió a estos dos escoltas: se retiraron con apenas 30 años y 8 años de carrera en la NBA. Trayectorias cortadas tras alcanzar la gloria.

Banquillo emigrante
Recordados los seis nombres básicos que acumularon el 80% de la anotación y el 70% del tiempo de juego de los Sixers aquella campaña, en el banquillo Cunningham tenía a disposición muchos jugadores que terminaron sus carreras luciendo su flamante anillo en Europa. Cinco de ellos jugaron en Italia: Clemon Johnson (88-93: 3 en el Knorr Bolonia y 2 en Montecatini), Marc Iavaroni (78-80 en Brescia; 81-82 en Forlí y 89-90 en el Phillips Milán), Reggie Johnson (84-86 en Rimini y 90-91 en Messina), Earl Cureton (Milán en la 83-84 y la 89-90) y Marc McNamara (85-86 en Livorno). Únicamente Franklin Edwards cerró su carrera sin emigrar.

En aquel febrero del 83, los Sixers realizaron dos cambios en su plantilla buscando los retoques precisos de cara a los play offs: aterrizaban Clemon Johnson, cambiado a los Indiana Pacers por Russ Schoene (otro que viajaría al pallacanestro), y Reggie Johnson, procedente de los Kansas City Kings. El primero formó pareja con Michael ‘Ray Sugar’ Richardson con el Knorr Bolonia de Messina que ganó la final de la Recopa’90 en Florencia al Real Madrid de George Karl (8 puntos y 8 rebotes). El segundo… merece un punto y aparte.

Reggie Johnson, una leyenda en Badalona. Este elegante, inteligente y efectivo ala-pívot sentó cátedra en sus cuatro temporadas en el Joventut (86-90). Le tocó la época en que los verdinegros perdían las finales (en ese periodo, llegaron a dos finales ACB), pero fue esencial en el triunfo de la Copa Korac’90 que cambió el destino de la Penya. Reggie logró dar otra dimensión al club catalán. Tras su magisterio, el Joventut fue campeón ACB las dos siguientes temporadas. Johnson cerró su carrera en León (91-95). Basket de muchos, muchos quilates.

Marc Iavaroni, entrenador de los hermanos Gasol y Navarro en Memphis, jugó 31 partidos ACB en el Caja Ronda de la 90-91 (17 a las órdenes de Mario Pesquera y 14 con Martín Urbano: 16,8 puntos y 7,3 rebotes en 34,2 minutos de medias) junto a Fede Ramiro, Grau, Mike Smith, Rafa Vecina… Mediada esa misma temporada, Mark McNamara recaló en el Murcia (7 partidos) y en la siguiente jugó en el Real Madrid (14).

112 puntos por partido… sin apenas triples
Los Sixers’83 es recordado como uno de los equipos más fuertes y compenetrados de la historia NBA. Una máquina de hacer baloncesto con sus piezas perfectamente sincronizadas. En la ‘regular season’ firmaron un brillante balance de 65-17 y en los play offs, un sobresaliente 12-1 (4-0 ante los Knicks; 4-1 a Milwaukee Bucks en la Final de Este y 4-0 a los Lakers en la gran final). Incontestable superioridad.

Antes de apuntar detalles de aquella campaña de cada jugador, cabe señalar que los Sixers anotaban 112.1 puntos por partido sin utilizar apenas los triples. En los 82 encuentros ‘regulares’, Philly sólo anotó 25 de 109 intentos triples (22 de Toney, 2 de Dr. J. y 1 de Cheeks). Situemos a estos héroes en su contexto histórico.

Uno a uno
Julius Erving (22/2/50. Roosevelt, N.Y. 2.00 metros)

Season 82-83. 72 partidos: 21,4 ptos. y 6,8 reb. en 33,6 min. con 8,4 de 16,2 tiros
Play offs 83. 13 partidos: 18,4 ptos. y 7,6 reb. en 37,9 min. con 7,3 de 16,2 tiros
Con los New York Nets había ganado dos veces la ABA (74 y 76), pero sin el anillo del 83 la leyenda de Dr. J. no sería la misma. Erving ganó la NBA con 33 años, en la séptima de sus once temporadas en Philadelphia (76-87). Su pelo afro fue un icono de los 70, pero su clase brilló hasta el final.

Moses Malone (23/3/55. Petersburg, Virgina. 2.08 metros)
Season 82-83. 78 partidos: 24,5 ptos. y 15,3 reb. en 37,4 min. con 8,3 de 16,7 tiros
Play offs 83. 13 partidos: 26,0 ptos. y 15,8 reb. en 40,3 min. con 9,6 de 18,1 tiros
Descomunal (¡y en los play offs incrementó su aportación!). Atrapaba rebotes con una autoridad absoluta, volaba para hundir el balón en el aro, corría la cancha como un alero… Mo estaba en estado de gracia en la 82-83, la primera de sus cuatro campañas en Philly (82-86). Fue un pionero al pasar del colegio al profesionalismo (ABA) con 19 años. Una fuerza de la naturaleza en su máximo esplendor.

Maurice Cheeks (8/9/56. Chicago. 1.85 metros)
Season 82-83. 79 partidos: 12,5 ptos. y 6,8 asist. en 31,2 min. con 5,1 de 9,4 tiros
Play offs 83. 13 partidos: 16,3 ptos. y 7,0 asist. en 37,1 min. con 6,3 de 12,6 tiros
Una institución en Philadelphia: 11 años como jugador (78-89, ganó el anillo en el 5º), 7 como asistente (94-01) y actual entrenador. Notable incremento de su aportación anotadora en estos play offs del 83. Pero su mayor virtud era colocar el balón en el momento y en el lugar preciso, sacando el máximo provecho de las virtudes de cada compañero. Un batuta fiable.

Andrew Toney (23/11/57. Birmingham, Alabama. 1.90 metros)
Season 82-83. 81 partidos: 19,7 ptos. y 4,5 asist. en 30,5 min. con 7,7 de 15,4 tiros
Play offs 83. 12 partidos: 18,8 ptos. y 4,5 asist. en 29,7 min. con 7,6 de 15,8 tiros
Número 8 del draft del 80, era el prototipo del ‘killer’. “Era el mejor tirando en los momentos cruciales” aseguraba Bird. “¡Era muy fuerte! Él y Mo eran los únicos que podían postear contra mí” comentaba Barkley. Tirador, potente, sangre fría… Las rodillas fueron una tortura y tuvo que retirarse a los 30 años tras 8 temporadas en los Sixers (80-88, las 3 últimas ya renqueante).

Clint Richardson (7/8/56. Seattle, Washington. 1.90 metros)
Season 82-83. 77 partidos: 7,6 ptos. y 3,2 reb. en 22,7 min. con 3,3 de 7,2 tiros
Play offs 83. 13 partidos: 6,8 ptos. y 3,0 reb. en 24,5 min. con 2,8 de 6,3 tiros
Como Toney, jugó ocho años NBA y se retiró a los 30. Los Sixers le eligieron en el draft del 79 y se mantuvo en Philadelphia seis campañas (79-85) como efectivo defensor de perímetro. Polivalencia merced a unas soberbias condiciones físicas. Titular de rotación. Sus dos últimos años profesionales fueron en los Pacers.

Bobby Jones (18/12/51. Charlotte, N.C. 2.05 metros)
Season 82-83. 74 partidos: 9,0 ptos. y 4,6 reb. en 23,6 min. con 3,3 de 6,2 tiros
Play offs 83. 12 partidos: 8,6 ptos. y 4,8 reb. en 27,0 min. con 3,5 de 6,5 tiros
Campeón olímpico en Munich’72 con 19 años y formado en North Carolina (70-74). Mucho pedigrí. Como profesional, comenzó en la ABA con Denver. Ocho años en Philadelphia (78-86) en los que no cejó de trabajar en pos del bien colectivo. Su presencia en el banquillo daba numerosas variantes a Cunningham.

Marc Iavaroni (15/9/56. Jamaica, N.Y. 2.06 metros)
Season 82-83. 80 partidos: 5,1 puntos y 4,1 rebotes en 20,1 minutos
Play offs 83. 13 partidos: 5,2 puntos y 4,3 rebotes en 21,7 minutos
El actual entrenador de Marc Gasol en Memphis debutó como profesional en la A2 italiana (Brescia 78-79). Hasta los 26 años no se ganó un puesto en la NBA: llegó y besó el anillo. Jugó tres años en Philly (82-85), uno en los Spurs (85-86) y tres en Utah (86-89). Con 32 años regresó a Europa: Phillips Milán y Caja Ronda. Iavaroni daba algún respiro a Malone.

Clemon Johnson (12/9/56. Monticello, Florida. 2.08 metros)
Season 82-83. 32 partidos: 6,8 puntos y 6,4 rebotes en 21,8 minutos
Play offs 83. 12 partidos: 4,2 puntos y 3,5 rebotes en 16,8 minutos
Otro pívot desde el banquillo. Carrera NBA de diez temporadas (79-88) antes de jugar cinco campañas en Italia. Torre consistente. Los Sixers cambiaron a Russ Schoene por Clemon Johnson aquel 15 de febrero y no tardó en encontrar su rol en los planes de Cunningham. Un útil peón de brega.

Reggie Johnson (25/6/57. Atlanta, Georgia. 2.06 metros)
Season 82-83. 29 partidos: 5,5 puntos y 3,1 rebotes en 18,9 minutos
Play offs 83. 5 partidos: 1,2 puntos en 6,4 minutos
Sólo jugó 34 partidos con los Sixers… pero los más importantes de la historia de la franquicia. La temporada anterior (81-82) jugó en tres equipos (Spurs, Cleveland y Kansas). Parecía no iba a cuajar en la Liga, pero llegó a Philadelphia en el momento justo (presencia testimonial en los play offs). La siguiente campaña se despidió de la NBA en los Nets. Con 27 años emigró a Europa con mucho que ofrecer en su equipaje cestista.

Franklin Edwards (2/2/59. New York City. 1.90 metros)
Season 82-83. 81 partidos: 6,7 puntos y 2,7 asist. en 15,6 minutos
Play offs 83. 12 partidos: 3,3 puntos y 1,4 asist. en 8,4 minutos
Base suplente de Cheeks que sintió la gloria en sus tres primeras campañas NBA en Philadelphia (81-84). Pero se retiró a los 28 años tras dos años en los Clippers y dos en Sacramento. Un anillo en una carrera sin brillo.

Earl Cureton (3/9/57. Detroit, Michigan. 2.06 metros)
Season 82-83. 73 partidos: 3,4 puntos y 3,6 rebotes en 13,5 minutos
Play offs 83. 5 partidos: 0,4 puntos y 1 rebote en 5,0 minutos
Más centímetros para la batalla. Apodado ‘The Twirl’ (El Giro) por su juego de pies, comenzó su carrera de 12 años en la NBA en los Sixers (80-83). Después, Pistons (83-86), Bulls (86-87), Clippers (87-88), Hornets (dos etapas, con marcha a Europa en medio), Rockets (llegó a Houston para los play offs’94 en los que se ajustó un segundo anillo) y Raptors (96-97). Un complemento con más fundamentos que garra.

Mark McNamara (8/6/59. San Jose, California. 2.10 metros)
Season 82-83. 36 partidos: 2,2 puntos y 2,1 rebotes en 5,0 minutos
Play offs 83. 2 partidos: 2,0 puntos y 0,5 rebotes en 1,0 minutos
El rookie de estos Sixers legendarios (fue su elección de primera ronda, nº 22, del draft del 82). Anillo a la primera. Después, carrera mediocre en la NBA: 3,5 puntos y 3 rebotes en 9,7 minutos de medias tras 8 campañas. Además de estos doce jugadores, Schoene jugó 46 partidos y Mitchell Anderson 13 antes de ser cortado el 20 de diciembre.

Deliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Desliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Cargando el siguiente contenidoEspera un momento por favor :)