Los Spurs lograron la victoria este pasado sábado ante los Pistons con holgura, 136-109, y poniendo énfasis en los triples: 18 anotaron en 35 intentos, lo que supone un muy buen 51,4% de acierto. No tendría mayor trascendencia si los de Popovich no fueran el último reducto contra la nueva tendencia triplista en la NBA.
Gregg Popovich ya ha explicado en alguna ocasión su aversión por los triples, sobre todo por el uso abusivo que se le está dando últimamente en el baloncesto norteamericano. «Lo odio. He odiado los triples durante 20 años», aseguró en su día el seleccionador de Estados Unidos y técnico principal de San Antonio. Tras el partido ante Detroit, en el que los suyos metieron seis triples más que el rival y lograron la mejor marca de la temporada a ese respecto, Popovich volvió a explicar su punto de vista; lo hizo cogiendo el hilo de su colega Rick Carlisle (Mavericks), que había abierto el debate sobre el cambio de juego de los pívots unas horas antes («El juego al poste ya no es una buena jugada, es una situación con un valor muy bajo»).
«De eso va la Liga ahora mismo. Que se abran espacios en la pintura para tener una penetración y poder sacarla para que alguno de los que está fuera lance el triple. Es aburrido, lo sé, pero así es el juego ahora», declaró un resignado Gregg Popovich.
Los Spurs promediaban 26 lanzamientos de tres por partido y ante los Pistons se desquitaron, llegando a los 35 con tremendo acierto y con tope personal para una de sus estrellas: LaMarcus Aldridge, que logró cinco (5/6) para acabar con 25 puntos. Los texanos son el equipo que menos tira y anota desde fuera pero sólo diez de los otros veintinueve conjuntos tiene un mejor porcentaje que su 36,3%… Popovich critica pero claudica.
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